Qué es el cambio climático subterráneo, el “peligro silencioso” que afecta a las zonas urbanas
Se trata de un fenómeno que se manifiesta principalmente en las ciudades y que involucra una serie de repercusiones que preocupan a los expertos.
Un equipo de investigadores de la Universidad Northwestern de Estados Unidos publicó recientemente un estudio que analiza los efectos del cambio climático subterráneo en las grandes ciudades.
Si bien, seguramente has escuchado acerca del cambio climático (a secas) y sus repercusiones en el medioambiente, este concepto en particular se diferencia sustancialmente. Aunque como es de esperar, también tiene implicancias en la vida de las personas.
En qué consiste y por qué es más común en las zonas urbanas
El autor principal del trabajo académico, Alessandro Rotta Loria, explicó de qué se trata en conversación con la BBC.
“Es un término que se usa para describir el aumento de temperatura por debajo de la superficie”, dijo al citado medio, “se le llama así porque implica cambios en las condiciones climáticas subterráneas, pero este no tiene que ver con el cambio climático de la superficie, aunque sea otra muestra del impacto humano en la Tierra”.
Según el ingeniero experto en materia medioambiental, se caracteriza porque “el suelo se deforma como resultado de las variaciones de temperatura”, lo que lo convierte en un problema, ya que “no existen estructuras civiles diseñadas para soportarlas”.
Dicho fenómeno —que ha sido calificado por distintos científicos como un “peligro silencioso”— afecta en mayor medida a las zonas urbanas, debido al calor que se emana desde fuentes como los sistemas de transporte subterráneo, los estacionamientos y las redes de calefacción, entre otros.
A ello también se le suman las temperaturas de los materiales de construcción, que suelen tener la característica de absorber y retener esa energía durante el día, para luego liberarla por la noche.
Tal es el motivo de por qué el cambio climático subterráneo es más común en las ciudades grandes, mientras que también explica —a grandes rasgos— por qué estas son más calientes si se comparan con los sectores rurales.
Cuáles son sus repercusiones
Pese a que los primeros estudios sobre este fenómeno iniciaron hace más de dos décadas, la investigación dirigida por Rotta Loria es la primera que analiza sus repercusiones en la infraestructura civil.
El académico de Northwestern precisó a la BBC que las implicancias pueden afectar a la salud de los habitantes, al crecimiento de las plantas, a la forma en la que fluye el agua subterránea y al estado de las vías de transporte bajo la superficie.
Además, las deformaciones más severas en el subsuelo podrían ocasionar problemas estéticos y operativos en ciertas construcciones citadinas.
“No es que un edificio vaya a colapsar de repente. Las estructuras se están hundiendo lentamente. Las consecuencias podrían ser muy malas, pero tomará un largo tiempo para verlas”, aclaró. “Es muy probable que el cambio climático subterráneo ya haya causado grietas que no asociamos a este fenómeno, porque no éramos conscientes de ello”.
Bajo esta línea, Rotta Loria aseguró que la mayoría de las edificaciones no fueron diseñadas considerando esta situación. Pese a que habría que analizar cada caso particular, destacó a nivel general que las más modernas deberían enfrentar mejor estos efectos.
Los especialistas que participaron en la investigación hicieron una serie de simulaciones para observar de manera más gráfica que es lo que puede ocurrir.
Tras los ensayos teóricos, vieron que las temperaturas cálidas pueden hacer que el suelo se hinche y expanda hacia arriba por cerca de una docena de milímetros, mientras que también podrían hacer que se contraiga y hunda un edificio en hasta 8 milímetros.
Aunque tales cifras puedan parecer leves a simple vista, tienen el potencial para interrumpir las necesidades operativas de una gran cantidad de construcciones, según aseveró el experto a la BBC.
Es por esto que subrayó la importancia de que las nuevas edificaciones consideren el cambio climático subterráneo, para así evitar posibles riesgos a largo plazo.
No obstante, sugirió que a pesar de las complicaciones derivadas a partir del fenómeno, este puede ser utilizado para extraer energía, siempre y cuando se haga de forma adecuada.
“Hay tecnologías geotérmicas que pueden recoger el calor y administrarlo en la calefacción de edificios, seguramente suficiente para cubrir su demanda”, dijo al citado medio.
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