Qué es el captagón, la droga de Medio Oriente que alimenta la guerra, el crimen y las fiestas
Le dicen “la cocaína de los pobres” porque tiene efectos similares pero a un menor costo. Y aunque los riesgos que provoca en la salud son altos, su consumo está aumentando sin medida, en especial en una región golpeada por la guerra y el crimen.
Al desolador panorama de Medio Oriente, se le suma una nueva y preocupante crisis: se trata de la guerra contra el captagon, una droga que se consume y comercializa por toda la región y que está “llenando los bolsillos” de milicias apoyadas por Irán para la compra de armas.
Según un reportaje de The Wall Street Journal, su consumo es transversal: no importa la clase social o la frontera, el captagon está siendo utilizado por estudiantes, taxistas de turnos nocturnos, ejecutivos de alto rango y milicianos que buscan “infundir coraje”.
Además, denunciaron que el tráfico de esta droga sería lo que está sosteniendo al presidente de Siria, Bashar al-Assad, pese a que han negado su participación en este negocio.
Sin embargo, su régimen sería “uno de los sindicatos de la droga más grandes del mundo” que le estaría ayudando a compensar todos los años que han sufrido sanciones económicas de Occidente.
Pero, ¿qué es captagón? ¿Qué efectos produce?
Qué es el captagón, la droga que se utiliza en Medio Oriente
El captagon era una marca de un medicamento que se producía en Alemania, en 1960, para tratar la depresión, narcolepsia y el trastorno por déficit de atención. Sin embargo, pronto fue prohibido en la mayoría de los países del mundo.
En forma de una pequeña pastilla beige, su ingrediente principal es la pseudoefedrina, un componente que suele estar en los medicamentos contra la gripe o el resfriado. Esta actúa con otros estimulantes que inducen la euforia, aumento de la vigilia y del rendimiento físico y mental.
Es por esto que algunos le llaman “la cocaína de los pobres”.
Sin embargo, sus efectos secundarios pueden ser graves: además de generar adicción, su consumo puede deteriorar la función cognitiva y generar defectos cardiovasculares.
Además, según explicaron desde la Deutsche Welle, uno de los problemas principales de este estupefaciente es que, en varios casos, se producen las pastillas en laboratorios ilícitos, por lo que los consumidores se arriesgan a consumir sustancias químicas tóxicas.
Según WSJ, algunos traficantes mezclan la droga con anestésicos, sedantes y cafeína y le agregan niveles tóxicos de zinc y níquel.
El peligroso tráfico de captagón en Medio Oriente
Desde hace más de dos décadas, los grupos criminales búlgaros han tomado “control” de la producción de esta peligrosa droga, y la guerra siria de 2011 junto con la compleja situación del Líbano han provocado que su comercio crezca sin medida.
En esta línea, Siria sería el país que sirve como intermedio para el tráfico: según un funcionario de seguridad de Jordania, cada año se trasladan drogas por un valor de 8.000 y 10.000 millones de dólares en la frontera de Siria.
Usualmente, los narcóticos son transportados por “sirios empobrecidos” que son convencidos de llevar la mercadería por 10.000 dólares por cada envío. Los contrabandistas contratan camiones o mujeres y niños, para que escondan los paquetes en sus vestimentas y zapatos.
Además, en el desierto utilizan catapultas para sobrepasar los muros fronterizos y los drones de seguridad y palomas mensajeras para transportar pequeñas dosis de narcóticos.
También aprovechan ir en invierno, para camuflarse con la nieve y el polvo.
“Hezbolá ayuda al régimen sirio a facilitar el tráfico en las zonas bajo su control y asegura las casas de los traficantes de drogas en el sur de Siria”, aseguró el funcionario.
Por su parte, Jordania, un aliado crucial de Estados Unidos, estaría protegiendo su frontera con Siria para frenar el flujo de drogas y armas traficadas.
Sin embargo, han reportado que los enfrentamientos con los infiltrados —que casi siempre están armados— son tan violentos que los soldados adoptaron la política de “disparar a matar”.
Siria y el comercio de la droga captagón
Según el centro de estudios de Washington, New Lines Institute, el mercado mundial de captagon tiene un valor estimado de 5.700 millones de dólares —una cifra mayor a la mitad que el comercio de la cocaína en Europa—.
De ese total, el régimen sirio de Assad obtiene un promedio anual de 2.400 millones de dólares (según los datos entre 2020 y 2022). Esto sería una cuarta parte del PIB de su país, según el Observatorio de Redes Políticas y Económicas.
Además, desde el inicio de la guerra entre Israel y Gaza, las incautaciones de captagón en la frontera entre Jordania y Siria se han “cuadruplicado”, junto con el envío de armas.
“El régimen sirio está creando un ejemplo para los estados que están desgastados y bajo sanciones y que buscan ganar dinero, un muy buen dinero”, dijo Caroline Rose, experta en el comercio de captagón en el New Lines Institute.
Este intento “desesperado” por mejorar la economía hizo que el presidente sirio industrializara la producción de la droga que está alimentando la guerra en el Medio Oriente y al crimen desatado en toda la región.
“El régimen sigue dependiendo completamente del captagón”, declaró el coronel Farid al-Qassem, desertor sirio que luchó en la guerra civil contra Assad. “No pueden operar sin estas drogas”.
Ante ello, desde Estados Unidos firmaron la Ley Captagon que exige que el país desarrolle una estrategia para desmantelar las redes de contrabando de esta droga, además de establecer alianzas para su cumplimiento.
Aunque no ha enviado tropas a Jordania para la lucha contra los traficantes, sí suministró bombas guiadas por satélite para atacar a los presuntos líderes de la droga en territorio sirio, además de asesorarlos sobre estrategias como interceptar comunicaciones, utilizar sensores de vigilancia, etc.
Por qué la droga captagón es tan demandada en Medio Oriente
Según el director ejecutivo de The Balance y administrador de clínicas de rehabilitación de drogas de lujo en Europa, Abdullah Boulad, el uso de captagon se ha duplicado en los últimos años.
El médico le dijo a WSJ que sus pacientes suelen ser árabes del Golfo y adinerados que después de estudiar o trabajar en Occidente, vuelven a su región, donde las leyes son más restrictivas, lo que provoca que tengan una “vida insatisfecha”.
Este sentimiento sería el que los motiva a probar este estupefaciente.
Por otra parte, en una región donde hay guerra y conflictos constantes, los soldados la utilizan para estar más alertas y poder pasar más horas sin dormir, como también sentir más valentía al momento de llevar a cabo sus operaciones.
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