Qué es la psilocibina y qué rol cumple en la salud mental

En los últimos años, varios estudios han buscado explorar cómo opera un componente activo de los hongos alucinógenos y su potencial como tratamiento para aliviar algunos trastornos de salud mental.

Se trata de la psilocibina, que está presente en más de 200 especies de setas que principalmente se encuentran en México, Estados Unidos y Sudamérica.

La psilocibina es una sustancia química que se encuentra en hongos de géneros como Agrocybe, Mycena, y especialmente, Psilocybe.

Este ingrediente tiene propiedades psicoactivas, es decir, podría alterar el funcionamiento del sistema nervioso central.

Según describe el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EE.UU. (NIH, por sus siglas en inglés), es capaz de “cambiar el sentido de realidad de una persona”, provocando que vea, escuche y sienta cosas que realmente no están ocurriendo realmente, o así también, experimentarlas de una forma distorsionada.

Después de que se ha ingerido setas con psilocibina, el metabolismo transforma a ese compuesto químico en otra sustancia denominada psilocina, la que comienza a actuar sobre los receptores de serotonina en el cerebro.

Cabe recordar que la serotonina, comúnmente conocida como “la hormona de la felicidad” es un neurotransmisor cuya función está directamente ligada al estado de ánimo y las emociones. También está involucrada en otras funciones corporales como la regulación del sueño y el apetito.

Se estima que es la interacción de la psilocina con los receptores lo que produce los efectos psicodélicos en una persona que ha ingerido hongos, de acuerdo al NIH.

La sustancia presente en los hongos alucinógenos impacta directamente el funcionamiento cerebral y la conectividad entre las regiones cerebrales. Fred Barrett, director del Centro Johns Hopkins de Investigación Psicodélica y de la Conciencia, aseguró en una entrevista con The Washington Post que “regiones cerebrales que normalmente no se comunican entre sí empiezan a hacerlo de formas nuevas”.

La psilocibina, una vez que se ha ingerido, también puede causar una alteración importante en la percepción sensorial y el estado de conciencia. “Se pueden ver los colores diferentes o se pueden tener alucinaciones visuales, sentir que no se es uno mismo, se distorsionan el concepto del yo y la percepción del tiempo. Y esto se debe en gran medida a esa desorganización de las conexiones del cerebro”, dijo a El País Adriana Fortea, médica especialista en psiquiatra en el Hospital Clínic de Barcelona, España.

Otros de los efectos están relacionados a los cambios de humor. Y es que quienes han tomado psilocibina podrían presentar sensaciones de euforia o experimentar emociones como la felicidad de una forma mucha más intensa.

Generalmente, la psilocibina tiende a actuar rápidamente en el cerebro. Los expertos sugieren que los efectos llegan entre 30 y 60 minutos después de haberla ingerido. Esos síntomas iniciales, usualmente, consisten en somnolencia y náuseas. El proceso se extiende como máximo por seis horas.

Si bien los hongos con psilocibina han sido usados desde hace tiempo con fines recreativos o en ceremonias espirituales, en los últimos años ha crecido el interés de la ciencia para descubrir si podría ser una solución prometedora en pacientes con afecciones como depresión, ansiedad y trastornos del estrés postraumático, que no han respondido a tratamientos convencionales.

Actualmente, Australia es el único país del mundo que ha aprobado el uso médico de sustancias psicodélicas para tratar la depresión y los trastornos del estrés postraumático.

Según los expertos, el potencial de ese compuesto se debe a que, después de que se ha consumido, se aprecia que diversas áreas del cerebro comienzan a comunicarse y conectarse más, así como otras que interactúan poco. Eso termina causando que haya un cerebro desorganizado, donde los límites entre las áreas auditiva, visual y otras comienzan a difuminarse.

Desde la visión de los especialistas, es esa desorganización lo que puede ser útil para algunos pacientes con trastornos de salud mental.

“Los pacientes con trastornos psiquiátricos suelen tener el cerebro atrapado en un circuito del que no pueden salir, y los psicodélicos rompen ese ciclo”, aseguró a The Washington Post Charles Nemeroff, codirector del Centro de Investigación y Terapia Psicodélicas de la Universidad de Texas, Estados Unidos.

Según Fortea, los beneficios de la psilocibina que han sido investigados también están relacionados con la plasticidad cerebral, que es la capacidad que tiene el cerebro para ser flexibles, hacer cambios y nuevas conexiones. Se estima que la sustancia podría estimular la plasticidad cerebral con el propósito de que un paciente responda de mejor manera una terapia, o así también, para facilitar el proceso de recuperación de un trastorno depresivo mayor.

Más allá del potencial que podría tener esta sustancia, se debe tener en cuenta que su uso también está asociado a efectos físicos y psicológicos que pueden ser peligrosos.

Luego de haber ingerido psilocibina, las personas se exponen a que su presión arterial y frecuencia cardíaca aumente. Esto puede ser más riesgoso para quienes sufren de problemas al corazón. Otras consecuencias físicas son los vómitos, agitación, debilidad muscular y falta de coordinación, que en algunos casos, podría exigir atención de profesionales de la salud.

La sustancia también podría provocar que las personas estén más dispuestas a realizar conductas de riesgo sin alguien que los controle. Esto, teniendo en cuenta que en esos momentos tienen alteraciones del pensamiento y la percepción.

Otros, en tanto, se exponen a lo que se conoce como un “mal viaje”, que consiste en ataques de pánico, miedo extremo e incluso paranoia.