Para muchas personas, una taza de café en los primeros momentos del día puede ser un aliado predilecto para enfrentar las múltiples responsabilidades de la rutina.
De hecho, aunque no tomes dicha bebida caliente u otras como el té, la cafeína también puede encontrarse en elementos como ciertas bebidas de fantasía, chocolates, remedios y numerosos productos.
Sin embargo, aunque puede tener beneficios, distintos especialistas e investigaciones han alertado que se debe tener cuidado con su consumo excesivo.
El director del Centro de Estudios de Anatomía Clínica de la Universidad de Lancaster, Adam Taylor, escribió un artículo para The Conversation en el que abordó este último punto.
Según el experto, a los adultos se les recomienda que no consuman más de 400 miligramos de cafeína al día.
Aquello se traduciría en aproximadamente unas cuatro tazas de café, aunque por supuesto, puede variar dependiendo de aristas como tamaño del recipiente y las porciones que se utilicen.
“Más que eso podría generar temblores musculares, náuseas, jaquecas, fuertes latidos del corazón y hasta la muerte (en casos extremos)”, enfatizó Taylor.
Junto con ello, dijo que incluso las personas que consumen menos que esa cantidad podrían enfrentar efectos adversos, tales como irritabilidad, dificultades para dormir y nerviosismo.
En este sentido, el académico hizo una revisión de estudios para descifrar cuáles son los efectos y beneficios en el organismo de dejar o limitar la ingesta de este componente.
Cambios en la función cerebral y en el ciclo de sueño
Taylor detalló que en una primera instancia, dejar la cafeína puede desencadenar molestias como jaquecas, fatiga y cansancio, debido a que el cuerpo se acostumbra y desarrolla un grado de tolerancia.
“La cafeína se adhiere a un receptor en el cerebro utilizado por la adenosina (un nucleósido importante en la transferencia de energía). La adhesión a estos receptores hace que el cuerpo postergue el inicio de la fatiga. Pero, con el tiempo, las células del cerebro producen más receptores de adenosina para activar la adhesión normal de adenosina. Así que, cuando dejas de consumir cafeína, hay un exceso de receptores a los que la adenosina se puede adherir. Eso hace que la fatiga y el cansancio entren normalmente en efecto, con la persona sintiéndose más cansada que antes”.
Asimismo, agregó: “Cuando dejas de beber cafeína, los vasos sanguíneos vuelven a su tamaño normal unas 24 horas después, causando un incremento en el flujo de sangre al cerebro y desencadenando jaquecas”.
Estas últimas, según el académico, podrían durar hasta nueve días.
Asimismo, precisó que la adenosina también modula el dolor, por lo que dejar la cafeína abruptamente podría aumentar la percepción y sensibilidad por un tiempo.
No obstante, abandonarla puede contribuir a que tu ciclo de sueño mejore.
Una investigación científica citada por Taylor y publicada en Scientific Reports sugiere que los beneficios podrían evidenciarse tan solo 12 horas después.
A esto se le suma que dejar o limitar su consumo podría ayudar a mejorar el estado de ánimo, ya que la cafeína es asociada con un aumento en los ataques de ansiedad y de pánico.
Salud cardiovascular, estomacal, dental y sus efectos al ir al baño
El experto aseguró que reducir o eliminar la cafeína de la rutina también promete ser beneficioso para curar la acidez estomacal y la indigestión.
Esto debido a que “induce la secreción de ácido en el estómago y debilita el esfínter esofágico, que controla el reflujo del contenido estomacal hacia el esófago”.
“Abandonarla también podría reducir tu presión arterial y disminuir tu ritmo cardíaco, aunque otros estudios han demostrado cambios muy leves. Eso es porque si alguien la consume durante muchos años, su cuerpo se adapta a estar expuesto a esta, y sus efectos estimulantes sobre el sistema nervioso, los intestinos y el corazón se vuelven el estado normal”.
Aún así, el especialista de la Universidad de Lancaster precisó que la tolerancia a este componente puede variar dependiendo de aspectos genéticos.
“Podría significar que hay gente que puede verse más afectada que otra, aunque se necesita investigar más para establecer este vínculo”.
Respecto a los dientes, dejar el té y el café podría hacer que se vean más blancos.
Esto último no se debe a la cafeína en sí, sino que más bien, a que dichas bebidas tienen elementos que pueden manchar las piezas dentales.
Lo mismo ocurre con ciertos refrescos energizantes y de fantasía.
Y también, eliminar su consumo podría hacer que aumente la sensibilidad a los sabores dulces, ya que esta interfiere en la degustación de sustancias de este tipo, afirmó Taylor.
En cuanto a la actividad en el baño, la cafeína estimula la necesidad de defecar, mientras que también puede cambiar la consistencia de las heces, debido a que afecta en la absorción de agua.
Lo anterior se traduce en que reducir o dejar de ingerirla puede generar una reducción del deseo de ir al baño, junto con provocar cambios en las heces.
Además, la cafeína puede aumentar levemente la producción de orina e irritar la vejiga, por lo que también podrían desencadenar menos visitas al baño por este motivo.
Qué se debe considerar en torno a estos puntos y al consumo de cafeína
El especialista de la Universidad de Lancaster recalcó que es importante la moderación.
Sin embargo, dijo que si quieres eliminar la cafeína de tu rutina, la mejor forma de hacerlo es gradualmente, es decir, no de golpe.
“Hacerlo de un día para el otro te producirá efectos secundarios como jaquecas y cansancio que podrían durar entre dos y tres semanas”, advirtió.
De la misma manera, dijo que la duración de tales síntomas podría variar dependiendo de cuántas cafeína has consumido diariamente y de cuánto tiempo hayas mantenido ese hábito.
Cabe recordar que siempre es recomendable visitar a un médico si tienes problemas de salud.