
Qué revelaron los soldados de Corea del Norte que luchaban junto a Rusia y fueron capturados por Ucrania
Los efectivos, que fueron enviados a la región rusa de Kursk, contaron cómo llegaron al frente de combate y detallaron cómo es el control que ejerce Pyongyang.
Dos soldados de Corea del Norte que fueron capturados por Ucrania relataron cómo llegaron al campo de batalla para apoyar a las tropas de Rusia.
Paek (21) y Ri (26) fueron parte de los alrededor de 12.000 efectivos norcoreanos que fueron enviados por Pyongyang a finales de 2024.
El objetivo era que fuesen a ayudar a las tropas rusas en la región rusa de Kursk, en donde las fuerzas ucranianas iniciaron operaciones transfronterizas en agosto del año pasado.
Los soldados capturados en combate aseguraron en entrevistas con el Wall Street Journal que no tenían conocimiento de la guerra a la que fueron enviados, la cual estalló con la invasión militar a gran escala que Rusia inició en Ucrania el pasado 24 de febrero de 2022.
Les dijeron que se enfrentarían a soldados de Corea del Sur que supuestamente estaban batallando junto a las fuerzas ucranianas, afirmaron.
Entre las instrucciones que recibieron, estuvo la orden de evadir su captura a toda costa.
Lo anterior, incluso aunque les significara inmolarse y atentar contra sus vidas.
Junto con ello, contaron, la policía secreta norcoreana les realizó sesiones ideológicas en el territorio ruso.
Ahí, les advirtieron que rendirse era equivalente a traición.
En una de esas sesiones, los comandantes leyeron una carta de su líder supremo, Kim Jong Un, la cual algunos soldados tuvieron que transcribir a mano.
“Los extraño mucho, camaradas”, era el mensaje del dictador norcoreano, en una misiva en la que los saludaba por las fiestas de fin de año.
Los efectivos capturados por Ucrania hablaron con el citado periódico desde un centro de reclusión en Kiev, en donde han estado recibiendo atención médica y dando testimonio ante las autoridades.
A pesar de los informes sobre el despliegue, ni Rusia ni Corea del Norte han confirmado la participación de soldados norcoreanos en la guerra.
Desde Corea del Sur se ofrecieron a aceptar a los soldados capturados por las fuerzas ucranianas.
Uno de los dos efectivos recluidos dijo que estaba considerando desertar a Corea del Sur.
Funcionarios de Kiev y Seúl afirmaron que las negociaciones están en curso, según rescata el Journal.

Qué relataron los soldados de Corea del Norte que luchaban junto a Rusia y fueron capturados por Ucrania
Paek está herido en sus dos piernas y debe pasar la mayor parte del tiempo acostado, como consecuencia de las lesiones que le dejó el despliegue en el frente de batalla.
Por otro lado, Ri se está recuperando de una grave herida en el brazo.
El efectivo de 26 años también ha enfrentado dificultades para hablar, ya que una bala le atravesó parte de la mandíbula antes de que fuese capturado en enero.
Su connacional de 21 años contó que fue reclutado a los 17 en las fuerzas especiales de la Oficina General de Reconocimiento, que entrena para incursiones y operaciones de sabotaje en Corea del Sur.
Aseguró que los efectivos tienen sesiones diarias de entrenamiento ideológico, en las que se les obliga a memorizar las órdenes de Kim Jong Un.
Desde que son niños, se les recalca que deben estar dispuestos a sacrificarlo todo por el líder supremo.
Paek se desempeñó como fusilero. La última vez que vio o supo de sus padres fue en mayo de 2021, cuando se retiró al servicio militar.
Relató que era hijo único, de un médico y una vendedora de la clase privilegiada de Corea del Norte.
Esto último contribuyó a que pudiese acceder a una educación estable, con la que pudo aprender inglés y jugar en el equipo de fútbol de su escuela.
Según afirmó, los profesores les enseñaron que Rusia era un aliado.
Dijo que tanto él como sus compañeros podían usar teléfonos celulares para llamarse entre ellos y a sus padres.
Sin embargo, estos solo podían conectarse a la Intranet del país, la cual está fuertemente censurada bajo los lineamientos del régimen.
Su trayecto hacia la guerra comenzó en noviembre de 2024, cuando lo llevaron en tren al Lejano Oriente de Rusia.
Cuando llegó, le entregaron un uniforme del ejército ruso y una identificación militar rusa.
En esta última no pudo reconocer el nombre, ya que no estaba familiarizado con el alfabeto cirílico.
“No sabía que iba a Rusia. Solo me di cuenta al llegar”, declaró Paek al citado periódico.
Antes de iniciar el entrenamiento, le pasaron un chaleco antibalas y un rifle de asalto.
Aunque previamente ya había realizado ejercicios militares en su país, nunca había participado en combates que involucraran drones.
Dijo que los instructores rusos les dieron indicaciones con la ayuda de traductores norcoreanos.
Posteriormente, tuvo que hacer un viaje de varios días en el que tomó avión, tren y bus para llegar a la región de Kursk, en las cercanías de la frontera con Ucrania.
Fue destinado a una red de búnkeres. Una vez ahí, se percató de que estaba en medio del conflicto.
“Solo había oído hablar de la guerra. Estar en una me pareció surrealista”, comentó Paek, quien tuvo que transcribir manualmente la carta de Kim que le leyeron los comandantes.
A principios de enero, fue asignado a una unidad de 10 soldados norcoreanos que fue enviada a una operación.
El objetivo era que bloquearan una carretera que era de relevancia estratégica para las fuerzas ucranianas.
En la misión, se enfrentaron a fuego de artillería y drones.

El soldado de 21 años vio morir a varios de sus compañeros y, tras sentir una serie de explosiones, terminó postrado en el piso.
Se dio cuenta de que no podía mover las piernas.
En ese momento, según relató, pensó en suicidarse, debido a los procedimientos militares que les exigen las autoridades norcoreanas.
“Es lo que se supone que debes hacer. Se espera que tomes tus propias decisiones”, dijo Paek al Journal.
Sin embargo, antes de que pudiera atentar contra su vida, perdió el conocimiento.
Permaneció tirado en el bosque por cinco días, mientras se desangraba.
Sus compañeros habían muerto o escapado, precisó.
Estuvo así hasta que el 9 de enero, tras haber estado apenas una semana en el frente, llegaron unos soldados ucranianos.
Según relataron estos últimos, su primera reacción fue sacar una granada y amenazar con inmolarse.
Aún así, lo convencieron de que no querían hacerle daño. Le dieron comida y primeros auxilios. Querían capturarlo con vida.
Después de llevarlo, se identificó un intenso cuadro de gangrena en sus pies, por lo que posteriormente tuvieron que imputarle varios dedos, afirmaron funcionarios ucranianos al Journal.
Las únicas personas de otros países con las que había interactuado, eran los rusos que había visto poco tiempo antes, aunque sin forjar una mayor relación o comunicación.
Paek declaró: “Pensé que los extranjeros serían muy diferentes a nosotros, los norcoreanos. Quizás incluso raros”.
“Al verlos aquí, veo que no hay ninguna diferencia entre ellos y nosotros. Todos son buenas personas”, dijo desde el centro de reclusión en Kiev.
Ri, quien se desempeñó como francotirador, fue capturado el mismo día que Paek.
Afirmó que una motivación para ir a la guerra fue que sus superiores le dijeron que tropas surcoreanas estaban combatiendo junto a las ucranianas.
Abordó un buque de guerra ruso con destino a Vladivostok en octubre de 2024, con el objetivo de vivir una “verdadera experiencia en el campo de batalla”.
Más adelante, cuando llegó a Kursk, le dijeron que participaba en un combate para liberar la región rusa de las fuerzas enemigas.
“Luché como si Rusia fuera mi patria. No sé por qué, pero no tenía miedo”.

Según Ri, fue el único sobreviviente de un escuadrón de tres soldados que había sido enviado para asaltar posiciones ucranianas.
Fue encontrado en el bosque en estado crítico, después de recibir disparos en el brazo y la mandíbula.
Los dos soldados norcoreanos que fueron capturados por las fuerzas ucranianas reconocieron que ser exprisioneros de guerra podía ser peligroso para ellos, debido a las órdenes que les impone Pyongyang.
Desde el gobierno surcoreano han afirmado que aceptarían a cualquier efectivo norcoreano que expresara su disposición a desertar.
En palabras de Paek: “Al fin y al cabo, somos una nación, un pueblo”.
Durante su reclusión en el centro de Kiev, le entregaron una memoria USB con series de origen surcoreano.
El efectivo de 21 años dijo que uno de esos programas le dio su primera visión de lo que describió como una sociedad capitalista.
Una de sus primeras impresiones fue que todos los personajes parecían buscar dinero.
“No sé si los militares rusos y ucranianos se pelean por dinero. Pero nosotros no recibimos dinero por participar en la guerra”.
Bajo esta línea, Paek sentenció al citado periódico: “No obtenemos nada a cambio. Pero es una orden, así que luché”.
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