Como es costumbre cada año, la Casa Blanca realizó un examen de salud al presidente Donald Trump para determinar si es una persona apta para desempeñar sus deberes como líder de Estados Unidos.

Y, por transparencia, se publicó el informe el pasado domingo, 13 de abril, donde se confirmó que Trump está habilitado para continuar trabajando en la presidencia, aunque tiene algunas afecciones que están “bien controladas”.

El Dr. Sean P. Barbarella fue el médico a cargo de la evaluación cognitiva y física.

Esto fue lo que arrojó el informe.

La salud cognitiva y física de Donald Trump, según un informe médico

“Se mantiene en excelente estado de salud” y “muestra una excelente salud cognitiva y física”. Así se lee en el informe que publicó la Casa Blanca sobre el estado del presidente Donald Trump, quien tiene 78 años.

El hombre padece de colesterol alto, no obstante, está en tratamiento, por lo que esta condición estaría bien controlada.

El documento también arrojó que Trump tiene daños en la piel —provocados por la exposición al sol—, alergias estacionales y diverticulosis en el colon. Además, tiene cataratas en ambos ojos y un pólipo benigno en el colon.

También registró un peso de 101.6 kg.

Pese a ello, el Dr. Barbarella escribió que Trump tiene un “estilo de vida activo” que contribuye a que sus afecciones no le impidan ejercer sus tareas al mando del gobierno estadounidense.

Sobre la salud cognitiva, el mandatario se sometió a un examen neurológico que no arrojó ninguna anomalía en su función cognitiva.

De hecho, en la prueba de capacidad mental conocida como la Evaluación Cognitiva Montreal, obtuvo 30 puntos sobre 30. Para hablar de un deterioro cognitivo, tendría que haber sacado menos de 25 puntos.

La salud de Donald Trump, según sus médicos

Distinto a este informe es lo que sus médicos personales han revelado a la prensa, según indicaron desde un reportaje del New York Times.

De acuerdo a la acusación del medio, durante su primera presidencia el mandatario habría “dictado personalmente” los resultados de sus informes pasados: en algunos, se establecía que Trump era “la persona más sana jamás elegida en la presidencia”.

También que gozaba de una salud cardiovascular “excelente”, pese a tener un nivel alto de colesterol LDL (el resultado arrojaba 143 puntos en esa prueba). En ese momento, un grupo de cardiólogos advirtió que la cifra no podía considerarse como un resultado positivo.

Según el New York Times, la dieta de Trump consiste en comida rápida, helado, carne roja y bebidas gaseosas.

Por su parte, el mandatario aseguró que no bebe alcohol ni fuma, y que es “muy germofóbico”. También que solo duerme cinco horas por la noche.