¿Qué tan mal está el mundo por el cambio climático? Las 7 revelaciones de la Organización Mundial Meteorológica

A principios de 2024, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicó un reporte que reveló la actual situación del mundo, a raíz del cambio climático. En él, se encuentran los efectos que ha tenido sobre el clima, la atmósfera e incluso sobre los fenómenos meteorológicos, como El Niño, han afectado al planeta.

Se trata del Informe del Estado del Clima 2023, que fue dirigido por científicos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por su sigla en inglés) y publicado por el Boletín de la Sociedad Meteorológica Estadounidense (BAMS).

En el documento, más de 590 científicos de casi 60 países proporcionaron datos para tener la radiografía más completa de cómo se encuentra la Tierra y sus condiciones climáticas globales hasta 2023.

Y los resultados han sido preocupantes: “Estamos experimentando un mundo en calentamiento mientras hablo, y los indicadores e impactos se ven en todo el planeta. El informe es otra señal para las generaciones actuales y futuras”, dijo el director de los Centros Nacionales de Información Ambiental (NCEI por sus siglas en inglés), Derek Arndt.

Pero, ¿qué tan mal está el mundo frente a la contaminación y el cambio climático?

En el informe, destacan 7 puntos claves para entender cuál es el panorama al que nos enfrentamos como planeta.

El primer punto relevante del informe es que en 2023, las concentraciones de gases de efecto invernadero en el planeta Tierra fueron las más altas registradas en la historia.

Cabe recordar que los gases de efecto invernadero son aquellos provocados, en general, por los humanos a través de la contaminación por combustibles fósiles. El problema de los gases es que capturan energía y calientan la superficie del planeta.

Según el informe de la OMM, el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso fueron los principales gases atmosféricos registrados.

En 2023, el planeta rompió su récord histórico de altas temperaturas y se convirtió así en el año más cálido desde que hay registros (a finales del siglo XIX).

Según los datos, la temperatura superficial global anual fue de 0,99 a 1,08 grados F (0,55 a 0,60 grados C), una cifra muy superior a la media registrada entre 1991 y 2020 y al récord anterior, que fue en 2016.

El informe explicó que el fuerte fenómeno El Niño que se tuvo en 2023 contribuyó a que aumentaran las temperaturas cálidas y se rompiera el récord de calor.

Lo más preocupante es que se trata de una tendencia en alza: los últimos nueve años (desde 2015 hasta 2023) han sido los más cálidos registrados en la historia del mundo.

Además del calor que se registró en la atmósfera, la temperatura de los océanos también experimentó récords de calor históricos.

Y el informe de la OMM explicó que las condiciones que provocó el fenómeno El Niño Pacífico Ecuatorial, que surgieron en el otoño austral de 2023, intensificaron estos efectos: la temperatura promedio global de la superficie del mar en 2023 rompió un récord histórico.

Tanto así, que el calor no se disipó durante los meses: de junio a diciembre, se continuaron rompiendo récord tras récord de calor y el 22 de agosto de 2023 se obtuvo el registro máximo de todos los tiempos: el mar alcanzó los 66,17 grados F (18,99 grados C).

El 94% de la superficie del océano experimentó al menos una ola de calor marina.

Los océanos tropical oriental, Atlántico norte, el mar de Japón, el mar Arábigo, el océano Austral cerca de Nueva Zelanda y el Pacífico tropical oriental estuvieron en un estado de ola de calor marina durante al menos 10 meses.

Además, el mar también aumentó su nivel de forma histórica: alcanzó aproximadamente 101,4 milímetros, muy por encima del promedio de 1993, cuando se hizo la primera medición de altimetría por satélite.

Los científicos aseguran que los océanos son los que almacenan más del 90% del exceso de energía atrapada en el sistema de la Tierra por los gases de efecto invernadero, por lo que son uno de los elementos del planeta más afectados por la contaminación y el cambio climático.

Incendios forestales masivos y catastróficos se registraron alrededor de todo el planeta en 2023: por ejemplo, en Canadá (a finales de la primavera y durante el verano) se quemaron 15 millones de hectáreas. Para hacerse una idea, este tamaño sería el doble que la superficie de Irlanda.

Además, 232.000 personas tuvieron que ser evacuadas y el humo emitido por los incendios afectó a distintas regiones de Canadá y ciudades cercanas (y densamente pobladas) como Nueva York y Chicago.

Por su parte, en Australia —entre agosto y octubre de 2023, los meses más secos del país— se registraron 1900 millones de hectáreas que ardieron por los incendios forestales.

Por cuatro años seguidos, el Ártico ha registrado temperaturas récord (en 124 años de registros). Tanto así, que incluso las temperaturas subterráneas del permafrost —la capa del suelo congelada de forma permanente— también han sido las más altas registradas en la historia.

Además, la extensión mínima estacional del hielo marino fue la más pequeña en 45 años de registro y continúa disminuyendo día a día.

Por otra parte, las rutas que antes no se podían navegar por el hielo, ahora se volvieron accesibles al tráfico marítimo por el descongelamiento.

La situación es preocupante: el deshielo del permafrost afecta a las comunidades y la infraestructura del Ártico, pero también acelera el calentamiento global, al influir en la liberación de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

En tan solo ocho meses, se registraron nuevos mínimos históricos en la extensión y área del hielo marino.

El 6 de julio, la extensión diaria del hielo en la Antártida fue de 1,8 millones de kilómetros cuadrados, y día a día está reduciéndose a raíz del deshielo por las altas temperaturas registradas en el planeta.

En 2023, se registró un total de 82 tormentas tropicales con nombre, en la temporada de tormentas del hemisferio norte y sur. Estos datos muestran que los ciclones tropicales estuvieron por debajo del promedio, no obstante, aún así las tormentas rompieron récords.

Y es que de ellos, siete ciclones tropicales alcanzaron una intensidad de categoría 5 en la escala de vientos huracanados de Saffir-Simpson.

Además, a nivel mundial, la energía ciclónica acumulada —que mide la fuerza, frecuencia y duración de tormentas tropicales y huracanes— tuvo un nivel superior al promedio.

Las consecuencias de estas tormentas fueron graves: el tifón Doksuri causó pérdidas de 18.400 millones de dólares en tan solo 40 horas a raíz de la lluvia intensa que dejó sobre los territorios afectados.

Además, el ciclón tropical Freddy se convirtió en el ciclón tropical más largo del mundo, rompiendo así el récord jamás registrado.

La intensidad de los fenómenos meteorológicos parece estar relacionada al comportamiento del planeta por el cambio climático, por lo que los científicos temen que año tras año, si es que no se revierte la situación, el mundo pague consecuencias más caras de lo que se imagina.