Quién es la “abogada del diablo” que defendió a Dominique Pelicot, el monstruo de Mazán

Un juicio lleno de tensiones. Así fueron los días de audiencia donde se buscaba condenar a Dominique Pelicot, el francés que drogó, violó y permitió que otros 80 hombres abusaran de su esposa, Gisèle Pelicot, por más de una década.

Pero además de la figura de Gisèle, quien se convirtió en un símbolo de lucha contra el abuso sexual en Francia y el mundo, también sobresalieron otros personajes importantes, como la “abogada del diablo”, Beatrice Zavarro. La mujer asumió la defensa del principal perpetrador del macabro caso.

Durante los cuatro meses que duró el juicio, Zavarro —que carga un amplio historial de defender a delincuentes— se mantuvo al lado de Dominique Pelicot. Al comienzo de las audiencias, sabía que lo que les esperaba iba a ser duro, en especial por ser un juicio abierto y un caso mediático.

“Seremos usted y yo contra el mundo entero”, le advirtió la abogada a Dominique.

Desde antes de defender al monstruo de Mazán, a Beatrice Zavarro ya la conocían como la “abogada del diablo”.

La mujer es abogada desde 1996 y desde entonces, ha defendido a distintos delincuentes. También es conocida por haber sido la defensora de Christine Deviers-Joncour, la entonces pareja del ex ministro de Asuntos Exteriores de Francia, quien fue condenada a 18 meses de prisión por encubrir el caso Elf.

Según relató El País, Dominique Pelicot llegó a Zavarro a través de otro recluso que le recomendó a la abogada, mientras conversaban en el patio de la prisión de Baumettes, donde estaba en prisión preventiva.

Cuando la oportunidad se le presentó a Zavarro, ella supo que aceptar a Dominique como cliente iba a tener repercusiones para su vida y carrera, “pero nunca tuve dudas de defenderlo, ni un solo segundo”, dijo en las puertas del tribunal de Aviñón.

“Soy abogada y él tiene derecho a una defensa”.

Por eso, al iniciar las audiencias, la abogada quiso que Dominique entendiera que lo que iba a comenzar sería duro y complejo. “Entonces seremos usted y yo contra el mundo”, le dijo al imputado, según el diario francés Le Monde.

Beatrice Zavarro notó que, poco a poco, sus colegas abogados se fueron alejando de ella en la sala. “No había imaginado la soledad. En cualquier caso, no tan intensa”, comentó.

También recibió insultos y críticas por su “ética”: “Usted es una mujer, no debería defenderlo”, le dijeron en incontables ocasiones.

Pero Zavarro se mantuvo firme, en especial porque su estrategia no fue justificar ni inculpar a Dominique Pelicot. Desde el inicio, dijo que el acusado era responsable de sus actos, pero que no se le podían atribuir los delitos de los otros 50 hombres que participaron en los abusos.

“Somos todos capaces de hacer cosas horribles. No hay predicciones sobre lo que puede o no llegar a cometer un individuo. Lo vemos con los niños también. Puede haber conductas que no son el reflejo de nuestra personalidad”, dijo la abogada a la prensa.

Quería transmitir el mensaje de que no se necesita ser un monstruo para hacer cosas terribles: “Lo que ha hecho es monstruoso, incontestable, y no voy a minimizar su responsabilidad. Simplemente digo que se puede hacer algo monstruoso sin ser un monstruo”.

Pero su estrategia no funcionó del todo.

Dominique Pelicot fue condenado a 20 años de cárcel, la pena más alta entre los otros 50 imputados, hombres que fueron reclutados por el francés para atender a su casa familiar y violar de su esposa.

La abogada reconoció que no tuvo un éxito “total”: “El principio de individualización de la pena ha sido aplicado, eso es incontestable. Más allá de eso, el tribunal ha lanzado su veredicto. La corte ha distinguido lo que se reprochaba a Pelicot y a todos esos hombres”.

“Ahora estamos reflexionando sobre una oportunidad de plantear un recurso”, adelantó.