“Realmente malvado”: sentencian al joven de 21 años que asesinó y abusó de su hermana de 16

A inicios de esta semana se entregó el veredicto judicial de uno de los casos policiales que más ha conmocionado a Escocia.

Se trata del atentado en contra de Amber Gibson, una adolescente de 16 años que fue asesinada y abusada por su hermano mayor, Connor Gibson, quien hoy tiene 21.

El joven, quien ya había sido declarado culpable en los tribunales, fue sentenciado a cadena perpetua y deberá cumplir al menos 22 años tras las rejas antes de poder solicitar la libertad condicional.

Durante el proceso, también se le adjudicaron 9 años de prisión a otro hombre llamado Stephen Corrigan, un desconocido para los dos hermanos que encontró el cadáver y —en vez de alertar a las autoridades— lo tocó indebidamente y luego ocultó sus restos.

Unos meses antes, Amber había sido abusada por otro sujeto llamado Jamie Starrs, quien en un evento judicial distinto fue condenado a 10 años y medio de cárcel.

Su cuerpo fue encontrado en el parque Cadzow Glen de Hamilton, el domingo 28 de noviembre de 2021. Estaba oculto entre los arbustos, cubierto de barro y parte de su vestimenta fue hallada en las cercanías.

Aquello ocurrió solo dos días después de que se le viera por última vez.

Tanto Amber como Connor Gibson eran hijos adoptivos del matrimonio entre Craig Niven y su esposa Carol, pero en ese momento, ella se encontraba en el hogar infantil Hillhouse y él en un albergue para personas sin hogar llamado Blue Triangle.

Los hermanos acordaron reunirse en el centro de la ciudad durante la noche del viernes 26 de noviembre. Según informaciones rescatadas por los medios británicos, ella estaba emocionada por verlo. Tanto, que se sacó una selfie con él.

Alrededor de las 22:00 fueron vistos por cámaras de seguridad en las cercanías del parque Cadzow Glen.

Sin embargo, unos 90 minutos más tarde, los registros mostraron que Connor volvió solo y se dirigió al albergue Blue Triangle, donde se hospedaba.

Llegó ahí poco antes de la medianoche. Y más tarde, otra cámara mostró que fue a los contenedores de basura del exterior del edificio, con un cubo de plástico en sus manos.

Fue precisamente en esos contenedores donde los policías encontraron los pantalones cortos y la camiseta que llevaba Amber cuando fue asesinada. Ambas piezas tenían manchas de sangre.

Posteriormente, las pruebas forenses detallaron que la chaqueta de Connor tenía rastros de sangre de su hermana. Asimismo, muestras de su ADN fueron halladas en la prenda inferior de la adolescente.

Según declararon los fiscales, Amber confiaba plenamente en su hermano. No obstante, fue estrangulada y asesinada de forma “atroz” por él.

Tras acabar con su vida, Connor llamó al hogar infantil Hillhouse para decir que no se preocuparan porque no llegaba su hermana y les comentó que ella estaba bien.

Por supuesto, todo era una mentira.

Días después del atentado, el 1 de diciembre, publicó un “homenaje” a Amber en Facebook, en el que escribió: “Volarás alto por el resto de los tiempos. Todos te echaremos de menos. Especialmente yo. Te quiero enana pelirroja. GBFN (adiós por ahora)”.

Fue arrestado la jornada siguiente.

Al dictar sentencia esta semana, el juez a cargo del caso, Lord Mulholland detalló: “La golpeó en la cabeza rompiéndole la nariz, le quitó la ropa y la agredió sexualmente con intención de violarla y luego la estranguló manualmente”.

“La última persona a la que vio fue a ti, su hermano, estrangulándola. Lo que hiciste fue realmente malvado”, añadió dirigiéndose a Connor.

Los documentos judiciales mostraron que el padre biológico de ambos, Peter Gibson, había sido declarado culpable por agredir sexualmente a dos niños pequeños y por abusar de una mujer.

Tales crímenes ocurrieron entre 2001 y 2008, y le significaron una condena en abril de este año.

Durante el proceso también se mencionó el ataque de Starrs que había ocurrido unos meses antes y el de Corrigan, quien tocó indebidamente el cadáver de Amber después de que Connor la asesinara.

Luego de que se conociera que su hermano era el culpable del asesinato, los padres adoptivos —quienes los acogieron cuando tenían tres y cinco años— compartieron un comunicado.

Describieron a Amber como “la persona más generosa, atenta, cariñosa, solidaria y admirable”, quien tenía “una increíble perspectiva de la vida” y disfrutaba del arte y el canto.

De igual forma, dijeron que ambos habían sido “defraudados durante toda su vida por el sistema”.

“Ahora tenemos una hija enterrada en el cementerio de Larkhall y otro hijo en prisión (...) la vida nunca volverá a ser la misma”, manifestaron.

Por su parte, el abogado defensor de Connor Gibson, Tony Graham, declaró que su cliente había sufrido negligencia y abuso emocional.

“Hago referencia a estos asuntos para conciliar cómo un hermano puede actuar de tal manera”, expresó.

El director de salud y asistencia social del Consejo de South Lanarkshire, Soumen Sengupta, calificó el caso como “desesperadamente triste y angustioso”.

“Todos los aspectos del cuidado de Amber son objeto de una revisión independiente y nos comprometemos a publicar los resultados apropiados de esa revisión una vez que podamos darlos a conocer”, sentenció.