Santino Bandido: el “hombre del maletín” que viste al género urbano en Chile
Martín Laso es uno de los diseñadores más respetados de la escena nacional. Acá, cómo construyó su firma de estilo en las calles de distintas ciudades del país.
Algunos lo conocen como San Martín por su faceta musical. Otros, simplemente como “el hombre del maletín”. También, están quienes han visto el logo con una ilustración de su cara en uno de los stickers que ha pegado por Santiago.
Pero lo seguro, es que quienes saben de la existencia de su marca de ropa, Santino Bandido, saben inmediatamente cuando se encuentran frente a una de sus prendas.
Y es que Martín Laso (23), de San Felipe, se ha construido un nombre tanto en la música como en la moda de la música urbana en Chile.
Álbumes como el homónimo a su firma de diseño, Santino Bandido (2021), han llamado la atención del circuito porque reúne una amplia variedad de estilos, y porque incluye colaboraciones con artistas como Mariana Montenegro (cofundadora del grupo Dënver), además de otros como Junior Mafia y Steveens Benjamin.
También, actuó en el papel de uno de los personajes principales de la película Historia y geografía, protagonizada por Amparo Noguera y dirigida por el cineasta sanfelipeño Bernardo Quesney.
En cuanto a la ropa que interviene o confecciona desde cero, cantantes clave del género urbano, tales como Pablo Chill-E, Harry Nach, Aqua VS, Tommy Boysen y Fuka, entre muchos otros, han optado por su firma. Ya sea para videoclips, conciertos o para vestir en su día a día.
Dos maletines, viajes y lentes de cámara: el arte de Santino Bandido
En conversación con La Tercera, Martín cuenta que ese particular apodo entre quienes no lo conocen directamente se debe a sus dos maletines: uno azul de mano (para llevar las prendas justas y necesarias) y otro rojo de gran tamaño (para transportar todo un arsenal de vestimentas).
“Los dos son de cuero, antiguos. Por eso siempre llaman la atención”, asegura.
Con ellos, se pasea constantemente entre San Felipe, Santiago y Viña del Mar, para así ofrecer sus diseños y tenerlos a disposición cuando un artista requiere de vestuario para un videoclip o un concierto.
“A veces, cuando voy a eventos, me preguntan qué llevo en el maletín. Es una locura, porque de repente creen que llevo una pistola, cuando en verdad llevo la ropa para el show. Entonces, cuando lo abren, se llevan la media sorpresa”, relata en tono risueño.
Pese a que hoy se dedica principalmente a la moda y a su proyecto musical, los inicios de Martín en el ámbito de las artes se remontan a su adolescencia con el freestyle, cuando con 15 años buscaba espacios para participar en duelos de rap con otros jóvenes de San Felipe.
“Me iba súper bien, pero con el tiempo me aburrieron las batallas y me empezó a gustar más escribir canciones, letras con un contexto y una historia. Tomé la música por ese lado y de a poco fui viendo cada vez más videos y a estudiar cómo funciona todo lo que hay detrás”.
Así, se inició en la confección de sus primeras prendas, un ámbito que se vio influenciado porque su familia tiene una tienda de ropa en Llay-Llay, la cual ofrece desde productos para niños hasta otros más urbanos e incluso deportivos.
“De chico siempre estuve ligado a la ropa y al buen vestir”, asegura.
Pero el detonante mayor fue cuando se unió al reparto de la película Historia y geografía de Bernardo Quesney, la cual se estrenará dentro de este año.
Durante el rodaje, el cual se desarrolló en medio de la pandemia con el apoyo de permisos, le llamó particularmente la atención lo que hacía el equipo de vestuario, por lo que quiso dedicarse de lleno a crear sus propios diseños y a incluir este elemento con una fuerte presencia en los videos de San Martín, su seudónimo en el ámbito musical.
Incluso, llegó a ofrecerlas en el showroom de Feria Libre, una tienda que es considerada como un punto neurálgico de la capital para encontrar ropa dirigida hacia la escena urbana.
“A ese lugar casi solo iban artistas o gente que igual está metida en este mundo. Ahí intentaba vender todo el día y a veces mis amigos me decían: ‘Hermano, hoy toca no se quien en tal lugar. Vamos’ (...) Entonces, de a poco empecé a colarme en eventos, llevaba harta ropa y la vendía. Caché que estaba bueno el negocio”.
Martín asegura que, poco a poco, se fue haciendo una red de contactos más amplia, tanto en el ámbito de la música como en el de la moda urbana, debido a que además de viajar desde San Felipe hasta Santiago, también transitaba por otras ciudades grandes como Viña del Mar.
Dice que su primera vez ahí fue con su amigo Ignacio Videla, fundador del medio especializado Trap2Day y creador de la marca de ropa Kidz See Dripping Ghosts.
“Comenzamos a marcar presencia, a dejar prendas, tratar de vender. Las veces siguientes me fui con un perchero gigante”.
La cara que reconoció Pablo Chill-E
Cuando tenía cerca de 18 años, Martín obtuvo su primer logo personal: una ilustración animada de su propio rostro.
Según cuenta a La Tercera, esta idea le gustó porque, “es fácil, la puedo ocupar para todo y funciona”, ya que es reconocible a simple vista y le gusta que quede “ese misterio sobre de quién es el rostro”.
Y precisamente, dio en el clavo.
Cuenta que un día, durante las grabaciones del videoclip “Gata Retoba” de Fuka, Harry Nach, Marcianeke y Pablo Chill-E, este último se acercó a él para ver las prendas que tenía en una de sus maletas.
—Si quieres puedes usar estas para el video.
—Oh, hermano. ¿Esa cara es tuya? —respondió Chill-E.
—Sí.
—Bacán, porque la había visto antes y se parece a la de un amigo que falleció.
El diseñador dice que al cantante “le gustó caleta”, por lo que le compró dos chaquetas.
A diferencia de otras propuestas de estilo más contemporáneo que también son aclamadas en la escena nacional, Santino Bandido se diferencia porque recurre a influencias más cercanas a lo que describe como “lo fancy, lo antiguo, esa estética más vintage”.
De hecho, las vestimentas de películas como Scarface (1983), Goodfellas (1990) y Casino (1995), además de series como Los Soprano (1999), han sido una fuerte influencia en su trabajo. Aunque recalca que no es por el crimen en sí, sino que más bien, por cómo lucen los personajes.
“Eso de salir perfumado, bien arreglado, con un buen terno”, detalla, “no como un sujeto de oficina, pero sí como alguien normal que tiene sus negocios”.
“Me distingo por eso, esa siempre ha sido mi propuesta”.
El vestuario como una oportunidad
En opinión de Martín, el styling es un campo que todavía es mayormente desconocido fuera de ciertos nichos, por lo que considera necesario que este se abra para que cada vez más jóvenes puedan dedicarse a la ropa y así obtener ingresos a partir de ella. Sea mediante la confección, el diseño, o su comercialización.
“Los niños antes querían ser futbolistas para sacar adelante a sus familias. Después muchos se dieron cuenta de que no era tan factible, que uno de diez lo lograba. Entonces, empezaron con la música. Ahora pasa lo mismo con esta, porque es difícil que todos se peguen si hay miles intentándolo. A ello se le suma que la forma de facturación igual es complicada, porque subes un tema y después se demoran meses en pagarte”.
Bajo esta línea, sentencia: “Imagina que todos los niños quisieran ser diseñadores. Si todos pudieran hacer prendas, si les enseñaramos. Podrían hacer ropa bonita y salir a vendérsela a sus mismos amigos en la calle. Creo que es una buena oportunidad para mucha gente”.
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