Un millón de personas juegan a este videojuego de guerra: el Pentágono también (y no es Call of Duty)
Se trata de un título que permite simular escenarios militares a partir de una extensa y precisa base de datos. Fue creado por una empresa familiar británica.
Un videojuego desarrollado por una empresa familiar de Reino Unido ha atraído la atención de ejércitos de todo el mundo.
Esto, debido a que permite simular con precisión escenarios militares, mediante diferentes tácticas y equipos.
Se trata de Command: Professional Edition, un programa creado y comercializado por personas con casi ninguna experiencia militar.
Según informaciones rescatadas por el Wall Street Journal, aunque los juegos de guerra han sido utilizados durante mucho tiempo entre altos mandos, ahora están siendo usados tanto entre efectivos de rangos inferiores como entre analistas.
Entre las ventajas que ofrecen está que ayudan a enseñar con mayor seguridad y menores costos, en relación a efectuar ciertas maniobras militares.
A esto se le suma que también permiten explorar escenarios hipotéticos que no se podrían abordar con otros ejercicios, tales como el de una guerra nuclear.
El coronel retirado y actual director de juegos de guerra en la Universidad del Cuerpo de Marines, Tim Barrick, contó al periódico estadounidense que utilizó Command: Professional Edition para entrenar a ocho mayores de la Marina.
Les pidió que participaran en reiteradas ocasiones en un ejercicio en línea que los situaba en un enfrentamiento en el Pacífico.
Barrick aseguró que, tras los dos meses en los que utilizaron el videojuego, vio un aumento en la creatividad del grupo.
Anticipó que “estos no son problemas simples” y que “no es como si les estuviéramos pidiendo que jueguen a las damas (el juego de mesa)”.
Recientemente, la Fuerza Aérea de Estados Unidos aprobó Command: Professional Edition para ser ejecutado en sus redes protegidas.
De la misma manera, el Comando Estratégico de Reino Unido acaba de inscribirse para usarlo en capacitación, educación y análisis, según rescata el citado medio.
Han calificado al videojuego como una herramienta “para probar ideas”.
Por su parte, analistas de defensa de Taiwán lo utilizan para evaluar potenciales escenarios militares, en medio de las constantes tensiones con las fuerzas de la República Popular China.
Por qué el Pentágono se interesó en un videojuego de guerra
Fue en 2016 cuando funcionarios del Departamento de Defensa de Estados Unidos se contactaron con Slitherine Software.
Dicha compañía británica es la que edita el videojuego y consiste en un negocio familiar que inició alrededor del 2000, cuando solían vender juegos en CD al por menor.
Uno de los títulos que ofrecían en ese entonces era Legion, el cual permitía situarse en campañas militares en la antigua Roma.
Los gerentes de Slitherine son un padre y un hijo: J.D. McNeil y Iain McNeil.
El primero de ellos afirmó al Journal que lo que atrajo la atención del Pentágono fue la vasta y precisa base de datos del software, la cual considera múltiples aviones, barcos, misiles y otros equipos militares de todo el mundo.
Así, los jugadores pueden simular escenarios militares con atención al detalle.
El exanalista del Comando de Movilidad Aérea de la Fuerza Aérea, Pete Szabo, contó que comenzó a usar Command alrededor del 2017, con el objetivo de modelar el consumo de combustible de aviones en situaciones de combate.
“Ha sido una herramienta muy poderosa para nosotros”, dijo el teniente coronel retirado al periódico estadounidense.
Y aunque reconoció que en un principio le costó convencer a los efectivos de rangos superiores de que usaran un videojuego de origen comercial, afirmó que hay numerosos defensores que ven beneficios en su utilización.
Aseguran que las simulaciones, especialmente las digitales, pueden ayudar desde a perfeccionar la toma de decisiones hasta a mejorar las habilidades de maniobra y la conciencia espacial.
Uno de sus defensores es el coronel del Ejército de Estados Unidos, Arnel David, quien asesora al general de mayor rango de la OTAN y ayuda a dirigir una organización informal para promover los juegos de este tipo, Fight Club International.
En sus palabras: “No hay duda de que las habilidades en un juego importan en el campo de batalla”.
Cómo es Command: Professional Edition, el videojuego que utiliza el Pentágono
A diferencia de videojuegos comerciales ampliamente populares como Call of Duty —en donde los usuarios realizan disparos con visión en primera persona— Command se ve más como un mapa, en el que los usuarios pueden añadir, eliminar o modificar factores para realizar una simulación.
Algunas de las aristas más destacadas de títulos de este tipo es que son rápidos y tienen una significativa potencia de procesamiento, por lo que se pueden simular escenarios a un ritmo sin precedentes.
De esta manera, los usuarios pueden generar datos para que posteriormente sean analizados.
Además de Command: Professional Edition, hay otros proyectos como Sword, del desarollador de juegos de guerra francés, MASA Group.
Desde esta última compañía aseguran que sus avances en el campo de la inteligencia artificial (IA) permite que el programa pueda ejecutarse con mayor facilidad, en comparación a los sistemas de la competencia.
Cuáles son las limitaciones actuales de los videojuegos de guerra para entrenar militares
Aunque distintos organismos militares han recurrido a videojuegos de guerra para incluir en el entrenamiento de sus efectivos, parece haber un consenso en que estos son solo una herramienta adicional, tal como sugirió el teniente coronel Szabo.
Aquello se debe a que la guerra está sujeta a factores que van desde el equipamiento militar y la estrategia hasta la política y la corrupción.
Por lo tanto, aunque se puede incorporar una extensa cantidad de datos en los sistemas, hay aristas que son más complejas de considerar.
Y, también, otras que no son cuantificables, tales como la moral militar.
El coronel David, quien sirvió en Irak y Afganistán, aseguró que “es una herramienta en un conjunto de herramientas”.
Junto con ello, cabe mencionar que no todos los videojuegos de guerra se centran en escenarios de combate.
También hay otros que, por ejemplo, abordan temas logísticos, como uno que desarrolló el Comando de Transporte de Estados Unidos.
Después de ser contactados por el Pentágono, Slitherine se centró en crear Command: Professional Edition, una versión —dirigida a organismos militares y de inteligencia— que aborda sus requisitos de seguridad y les permite cargar datos clasificados sin acceso a los programadores o a otros usuarios, contó Iain McNeil.
Sin embargo, Command también tiene una edición para usuarios comerciales, la cual es utilizada por alrededor de un millón de personas, afirmaron los desarrolladores.
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