Un químico de limpieza presente en la vida diaria podría provocar Parkinson, según un estudio
La investigación analizó a siete personas, cuyos antecedentes afirman la tesis de que estar expuesto a este peligroso químico incide en la posibilidad de desarrollar Parkinson e incluso cáncer.
Rigidez muscular, temblores y falta de coordinación. Estos son algunos de los síntomas del Parkinson, una enfermedad degenerativa que, según distintas investigaciones, es causada por una susceptibilidad genética y factores ambientales.
No obstante, un nuevo estudio dio luces de que estas razones podrían no ser las únicas, sino que un químico común, con el que muchas personas interactúan día a día, estaría estrechamente asociada a la incidencia del Parkinson.
La advertencia de un nuevo estudio
Un artículo publicado en Journal of Parkinson’s Disease, por un equipo internacional de investigadores, advirtió que una sustancia química común y ampliamente utilizada puede tener un papel importante en el aumento de la enfermedad de Parkinson.
Y es que el número de personas que la padecen se ha duplicado en los últimos 30 años y se espera que se duplique de nuevo en 2040.
Se trata del tricloroetileno (TCE), un químico utilizado para remover pintura, limpiar motores, para la anestesia, está en algunas toallitas de limpieza, limpiadores de alfombras y manchas, además de utilizarlo para descafeinar el café y secar la ropa.
En el artículo, detallaron que la evidencia vincula a este químico con el Parkinson: siete personas desarrollaron la enfermedad de Parkinson después de probablemente trabajar con el producto químico o estar expuesto a él en el medio ambiente.
A pesar de que su uso doméstico ha disminuido con los años, los autores advirtieron que “millones (de personas) más se encuentran con la sustancia química sin saberlo a través del aire exterior, las aguas subterráneas contaminadas y la contaminación del aire interior”.
¿Cómo puede provocar Parkinson?
La primera vez que se vinculó al Parkinson y al TCE fue en estudios de hace más de 50 años. Utilizando ratones y ratas, se pudo determinar que este químico ingresa fácilmente al cerebro y al tejido corporal. Además, en dosis altas, puede llegar a dañar las partes de las células productoras de energía, llamadas mitocondrias.
Ahora, en estos estudios con animales, también se vio que el TCE provoca la pérdida selectiva de células nerviosas que producen dopamina, lo que la ciencia ha determinado como la razón por la que una persona puede desarrollar la enfermedad de Parkinson.
Este químico, por tanto, está presente en mayor cantidad en sitios de limpieza en seco, áreas militares e industriales, y su facilidad para evaporarse y entrar a los hogares, escuelas y trabajos de las personas puede hacer que pase desapercibido. No obstante, estaría exponiendo a millones a no solo desarrollar esta enfermedad, sino también cáncer.
Por ejemplo, en el estudio se investigó al jugador de básquet, Brian Grant, que jugó 12 años en la NBA y que fue diagnosticado con Parkinson a los 36 años. Su historial data que es muy probable que haya estado expuesto al TCE cuando tenía tres años, pues su padre era marino y estaba asentado en un campo militar llamado Camp Lejeune.
Lo mismo pasó con el difunto senador estadounidense, Johnny Isakson, quien cuando se desempeñaba en la Guardia Nacional Aérea de Georgia, utilizaba TCE para desengrasar aviones y en 2015 renunció a su cargo después de que se le diagnosticara Parkinson.
La solución ante el TCE
“Durante más de un siglo, el TCE ha amenazado a los trabajadores, ha contaminado el aire que respiramos, tanto en el exterior como en el interior, lo mismo que el agua que bebemos. El uso global aumenta, no disminuye”, escribieron los autores.
Pero no es imposible limpiar los sitios contaminados: propusieron que se puede mitigar mediante sistemas de vapor similares a los que se usan para el radón, un gas contaminante: “Los niveles de TCE en las aguas subterráneas y potable, el suelo y el aire exterior e interior requieren un control más estricto y esta información debe compartirse con quienes viven y trabajan cerca de los sitios contaminados”, añadieron.
Y, por supuesto, los autores pidieron que se deje de utilizar estos productos químicos en su totalidad.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.