“Un showman de pocos amigos”: el polémico perfil de Javier Milei que escribió un biógrafo reconocido
Jon Lee Anderson, quien escribió anteriormente la biografía del Che Guevara, publicó el perfil de Javier Milei basado en entrevistas con el propio presidente y sus cercanos. El mandatario de Argentina le confesó que habla “telepáticamente” con su perro muerto y que escucha ópera en su tiempo libre, entre otras curiosidades.
“El Loco” o “la Peluca” son los apodos que sus partidarios utilizan para hablar sobre Javier Milei. El estadounidense Jon Lee Anderson —quien también escribió la biografía del Che Guevara— observó con curiosidad y cautela al presidente argentino, para después publicar un perfil sobre él en The New Yorker.
En el escrito de 15 páginas, el autor explora los detalles que hacen que Milei sea un personaje atractivo y polémico: desde su pelo, que es arreglado por la estilista Lilia Lemoine (que, a propósito, fue cosplay, novia del mandatario y ahora fue electa legisladora) para que parezca “una mezcla entre Elvis y Wolverine”, hasta lo que hace fuera de la oficina.
“Milei ganó seguidores al culpar del problema (la inflación) a una casta corrupta que incluía políticos, periodistas, sindicalistas y académicos”, comenzó explicando Anderson.
Un discurso agresivo fue el que, aparentemente, le entregó la victoria al ahora mandatario: una vez, dijo sin resquemor que “el Estado es el pedófilo en el jardín de infantes, con los niños encadenados y untados con vaselina” o que cortaría con una motosierra la “grasa y corrupción de la casta”.
Ahora, sentado en la oficina presidencial de la Casa Rosada, aquel economista que “comenzó tarde en la política”, conversó con el escritor con las ventanas tapadas y a oscuras. Dijo que era “fotosensible” y que trabajaba desde el amanecer hasta la noche “luchando contra la inflación”.
Este es el polémico perfil que escribió el autor sobre Javier Milei.
El perfil de Javier Milei escrito por Jon Lee Anderson
Los cuatro perros de Javier Milei llevan nombres de economistas: Murray (Rothbard), Milton (Friedman), Robert y Lucas (por Robert Lucas). Son cuatro mastines ingleses que son paseados por su dueño al menos una vez a la semana.
Todos fueron clonados a partir del ADN de Conan, su mastín original que falleció en 2017. Aunque no está vivo, Milei habla de él en presente porque dijo que “se comunica con él telepáticamente”.
Aunque puede sonar extraño, declaraciones así de controvertidas no son poco usuales para Milei. Sin tapujos, le ha dicho “culos sucios” a sus oponentes e incluso al mismo Papa Francisco lo catalogó como “izquierdista sucio” y “representante del diablo en la tierra”.
Milei está próximo a cumplir un año en el poder y, según escribió Anderson, “su estabilidad emocional es un tema de especulación nacional”.
“En un país donde la psicoterapia es una obsesión generalizada, casi todos los que conocí ofrecieron un diagnóstico. La mayoría coincidió en que Milei estaba, como mínimo, desequilibrado”.
Sus polémicas medidas para reducir la inflación, como haber recortado los aumentos del costo de vida para los jubilados, la financiación de la educación y hasta los suministros en comedores en barrios pobres, son parte de lo que él llama un “plan cuidadosamente meditado”.
Pero, según con quién se hable, esta idea es “un paraíso terrenal en construcción” o “un avión que se precipita hacia el suelo”.
Anderson se refirió a Milei como “el otro presidente MAGA”. Esta sigla corresponde al Make America Great Again, la frase célebre y nacionalista de Donald Trump.
Y es que el argentino estaría “inusualmente obsesionado” con la economía y con volver a hacer que Argentina sea “la nación más rica del planeta”.
El contexto histórico hizo que el país se viniera abajo, aunque los argumentos favoritos del mandatario argentino son “nuestro gobierno recibió la peor herencia económica de la historia de argentina” y “no hay plata”.
Para él, el colapso de su país fue provocado por “la mala gestión gubernamental, la corrupción y, sobre todo, las políticas ‘comunistas’”.
El polémico inicio de Javier Milei en la política
Durante la presidencia de Alberto Fernández, Javier Milei se postuló al Congreso argentino. Aunque ingresó como miembro de una coalición electoral libertaria, pronto formó su propio partido donde los miembros se llamaron a sí mismos Libertarios.
Desde ese entonces, Milei comenzó a demostrar “instintos de showman”, escribió Anderson.
Decía que su sueldo era “dinero robado al pueblo por el Estado” y que lo iba a rifar mensualmente a través de una transmisión por la televisión.
Según explicó el biografista, Milei creció en el centro de Buenos Aires. Es hijo de un conductor de autobús, llamado Norberto, que abrió una empresa de transporte. Pero su infancia no estuvo exenta de problemas.
“Su padre lo maltrataba y lo golpeaba sin piedad. Lo llamaba ‘basura’ y le decía que se moriría de hambre. Su madre, Alicia, ama de casa, facilitaba los abusos”.
Entre la oscuridad, su hermana Karina —quien es tres años menor— fue su mejor aliada, una relación que ha cultivado hasta hoy.
“Las personas que conocen bien a Milei dicen que su relación más duradera es con su hermana Karina (...) Ahora es su jefa de personal, conocida por el título masculino El Jefe. Es una figura tímida y esquiva, que evita las entrevistas”.
“Se dice que ejerce una inmensa influencia sobre su hermano. Si quiere que despidan a alguien, su decisión es definitiva”.
Sin embargo, Anderson explicó que a raíz de su cercanía, se han formado rumores “escabrosos y persistentes”, tanto así, que el año pasado Milei tuvo que emitir un comunicado donde desmintió que tuviese una relación incestuosa con ella.
De joven, Milei cantó en una banda tributo a los Rolling Stones y soñaba ser futbolista profesional, pero desistió a los 18 años. Después de la dictadura militar, estudió economía, dos maestrías y estuvo 20 años trabajando como economista en empresas y centros de estudios.
Sus cercanos lo describen como una persona “solitaria. Al parecer tenía pocos amigos cercanos”.
Por ejemplo, Mario Fernández, un economista que trabajó con él en 2005, contó que en distintas ocasiones lo llevó a bares y Milei “solo pedía jugo. La conversación era generalmente impersonal, centrada en política, perros y, más a menudo, debates sobre economía”.
“Milei tiene una especie de síndrome de Asperger. Al mismo tiempo, tiene cierto magnetismo. Una vez lo llevé a un asado y habló con tanta vehemencia que la gente se detuvo a escucharlo”.
Pero con quienes no están de acuerdo con él, el panorama parece ser distinto. Según Ernesto Tenembaum, psicólogo, periodista y autor de un libro sobre Milei, hubo una ocasión en la que una vecina del mandatario le preguntó a qué se dedicaba.
Cuando le respondió que era profesor de economía, ella le dijo: “Ah, entonces debes enseñar a Keynes”. Esto desató la furia de Milei, quien le respondió a gritos: “¡Comunista de mierda! Hija de puta, estás arruinando el país”.
La popularidad de Milei pese a su fuerte carácter
“En persona, Milei da una impresión menos libertina”, aseguró Jon Lee Anderson. De hecho, el presidente argentino le dijo que una vez que termine su mandato, espera pasar más tiempo con sus “hijos de cuatro patas” y su hermana Karina.
También contó que, pese a que se crió católico, se está convirtiendo al judaísmo, aunque reconoció que “todavía tiene mucho que aprender”.
A Milei le gustan las películas sobre matemáticas, el rock and roll, Elvis Presley y los Rolling Stones. Cuando tiene tiempo, escucha ópera, como Rossini, Bellini, Donizetti, Verdi y Puccini.
Pero este Milei más apaciguado no es el que llama la atención a los líderes internacionales, sino su disposición a decir lo que piensa sin tapujos.
Para Miguel Boggiano, un consultor financiero, “todo el mundo quiere conocerlo. Los directores ejecutivos de Google, OpenAI, Musk, Meloni… todos”.
Incluso, Milei se reunió una vez con Donald Trump. En el video, el mandatario gritó con, quizá, demasiado entusiasmo: “¡Presidente! Es un gran placer conocerlo, presidente. Es un gran honor para mí. Gracias por sus palabras. Estoy muy feliz, es muy generoso. Muchas gracias, muchas gracias, lo digo en serio”.
El argentino dijo en una entrevista en la televisión que “hoy soy uno de los dos políticos más relevantes del planeta Tierra. Uno es Trump, y el otro soy yo”.
Con cierto egocentrismo, Milei se ha llamado a sí mismo “el león”, el que va a cambiar Argentina por completo.
Pero según Kenneth Rogoff, profesor de economía de la Universidad de Harvard, la revolución a la que está llamando el mandatario argentino es compleja. Y es que toda revolución “son, por naturaleza, inciertas e inestables”.
“Es muy difícil encontrar un ejemplo de terapia de choque tan drástica como ésta”.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.