Venezuela amanece con sus fronteras cerradas, mientras Petro sigue sin condenar acciones de Maduro

La mañana de este 10 de enero amaneció en la frontera Colombia-Venezuela como tantas otras lo han hecho: con contenedores bloqueando el paso entre los dos países.

La orden vino de Freddy Bernal, gobernador de Táchira, estado fronterizo, y miembro del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), el partido de Nicolás Maduro. Bernal dijo que la razón de la restricción era “una conspiración internacional para perturbar al pueblo venezolano y en especial en esta zona de frontera”.

El cierre comenzó a las 5:00 am y se mantendrá, según dijo Bernal, hasta el lunes 13 a la misma hora. Aunque Migración Colombia había anunciado este jueves 9 de enero que estaba considerando cerrar la frontera durante el 10, la medida fue sorpresiva, especialmente tomando en cuenta que apenas dos días atrás Bernal había asegurado que no había motivos para cerrar la frontera, que era un territorio que tenían “en absoluto control” y que tenían cámaras incluso en los pasos irregulares. “La frontera no se va a cerrar, no hay por qué cerrarla”, dijo.

El espacio áreo también estará cerrado, lo que significa que una de las pocas rutas para salir de Venezuela ya no está disponible. Actualmente, también están cerradas las rutas con Estados Unidos, Chile, Panamá, República Dominicana y Perú.

Parte de la sorpresa viene de que fue una decisión unilateral tomada mientras Gustavo Petro defendía ser uno de los pocos países de la región con presencia en la toma de posesión de Nicolás Maduro de este 10 de enero.

Milton Rengifo, el embajador de Colombia en Caracas, dijo en una entrevista al medio colombiano Noticias Caracol que asistirá como parte de su política de “buena vecindad” y que es parte de un nuevo intento de mediar un diálogo entre chavismo y oposición.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, encabezado por miembros del partido de gobierno, dio a Nicolás Maduro como ganador de las elecciones presidenciales del 28 de julio con 51,95% de los votos frente a 43,18% para Edmundo González, su principal contendor. Cuatro meses después siguen sin publicar los resultados desagregados, argumentando un hackeo. Desde ese entonces, su página web sigue caída.

Edmundo González fue escogido como el abanderado de la oposición luego de que el CNE inhabilitara a María Corina Machado, la principal líder opositora venezolana, y a Corina Yoris, su reemplazo.

Encabezados por Machado, la oposición recogió el 85,18% de las actas de los centros de votación del país, gracias a la figura de testigos de mesa. Estas actas dan como ganador a González con 7.443.584 votos, es decir, 67%, contra Maduro y sus 3.385.155 votos (30%).

Desde estas elecciones, varios gobiernos del mundo han criticado a Nicolás Maduro y roto relaciones con su gobierno, como el chileno. Mientras Maduro afincaba la idea de tomar posesión este 10, Gabriel Boric dijo “Desde la izquierda política les digo que el Gobierno de Nicolás Maduro es una dictadura.”

Boric habló luego de que Machado, quien apareció en las protestas del día de ayer luego de meses en la clandestinidad, fuera detenida brevemente por funcionarios, en un episodio confuso donde, según ella reportó, hubo un herido de bala.

La cancillería chilena emitió un comunicado donde “expresa su más enérgica condena ante la represión y continuas violaciones a los derechos humanos que se están produciendo en Venezuela [...] y rechaza y manifiesta su preocupación ante la detención de la que fue objeto la líder opositora [...] y exige que se garantice su seguridad, así como la de otros líderes de la oposición democrática”.

También habló al respecto el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, reconociendo el triunfo de González y expresando su apoyo a la oposición venezolana. “¡Estos luchadores por la libertad no deben sufrir daño y deben permanecer seguros y con vida”, dijo en su red social Truth Social.

Mucho menos enérgico fue Gustavo Petro, quien se limitó a citar un tuit sobre los expresidentes colombianos Juan Manuel Santos, Álvaro Uribe e Iván Duque condenando el hecho diciendo “El mundo de las fake news.”

Cuando su tuit consiguió una nota de la comunidad indicando que la detención sí pasó, Petro redobló su postura diciendo “Pues X (la red social antes conocida como Twitter) se equivocó.”

Horas más tarde, frente a aquellos que le exigen “acciones contundentes” frente a Maduro, Petro dijo que acciones como cerrar la frontera no es más que “una terca idea de condenar al hambre a 14 millones de colombianos que viven en la frontera y desatar un inmenso éxodo de migrantes”. En ese mismo tuit, también volvió a expresar la postura que ha mantenido estos días: no hay elecciones libres bajo bloqueos económicos extranjeros, sin referirse a las irregularidades de parte del gobierno que la oposición denunció antes, durante y después de la campaña, como las inhabilitaciones y detenciones a activistas y periodistas.

Son justamente las detenciones de los últimos días las que han causado algo de roce entre los gobierno de Colombia y Venezuela. Entre las más destacadas (la organización Foro Penal registra 40 en lo que va de enero) están las de Carlos Correa, uno de los activistas por la libertad de expresión más importantes del país y director ejecutivo de la ONG Espacio Público y Enrique Márquez, excandidato presidencial y líder progresista. No fue hasta que se confirmara la detención de Márquez que Petro confirmara que no asistiría a la toma de posesión de Maduro. “Esto, y otros hechos, impide mi asistencia personal”.

Diosdado Cabello, ministro de Interior venezolano y segundo del chavismo, le dijo a Petro que “aquí no hay ángeles, y menos en los opositores” y que “puede ser tu amigo, pero es un delincuente”, acusándolo de estar orquestando un golpe de Estado con ayuda del FBI.

Petro le dijo que “el Frente Democrático Popular de Venezuela no es una organización delincuencial y es movimiento fraterno del progresismo colombiano”.

Mientras esto pasaba, Edmundo González se embarcaba en una gira internacional que lo llevó a reunirse con Joe Biden en la Casa Blanca, Javier Milei en Buenos Aires, Luis Lacalle Pou en Montevideo, Luis Abinader en República Dominicana y José Raúl Mulino en Panamá, donde dejó las actas de las elecciones a resguardo del Banco Nacional Panameño.

La gira no estuvo exenta de problemas: González tuvo que cortar su agenda en Washington luego de que se conociera que Rafael Tudares, su yerno, había sido detenido por hombres encapuchados mientras llevaba a sus hijos, de siete y seis años, al colegio.

Aunque todavía no se sabe cómo Edmundo volvería a una Venezuela con fronteras cerradas, la dirigencia opositora ratifica que él se presentará, y varios expresidentes latinoamericanos, como el colombiano Andrés Pastrana, los mexicanos Vicente Fox y Felipe Calderón y la costarricense Laura Chinchilla, se han mostrado dispuestos a acompañarlo.

Por su parte Brasil, Honduras, Bielorrusia, Bolivia, Nicaragua, Cuba, Irán, China, Rusia, Honduras y México han confirmado su asistencia al evento organizado por Maduro.

Mientras el llamado “Día-D” arranca, Venezuela está repleta de carteles de “Se Busca” contra González y, como es usual, más dudas que certezas.