Cambio climático: cómo se originó la tormenta perfecta
Reducir los gases de efecto invernadero y evitar que la temperatura del planeta aumente sobre los 1,5 grados son las metas que se discutirán en la COP25, que se realizará en diciembre en Chile.
La Amazonía se está quemando, Chile sufre una sequía que se ha prolongado por 10 años, las temperaturas alcanzadas en invierno y verano han llegado a valores récord, en Islandia desapareció un glaciar, la contaminación por plásticos en los océanos ha aumentado considerablemente y cientos de especies de animales están desapareciendo en la llamada “sexta extinción”. Se trata de titulares alarmantes en medios de comunicación que constatan el cambio climático, producto del excesivo aumento de los gases de efecto invernadero (GEI) como el dióxido de carbono o metano, producido por las industrias, transporte, energía, agricultura, minería y también las personas. Esto aumenta la temperatura de la atmósfera, reteniendo más calor de lo necesario. Los expertos coinciden: la Revolución Industrial fue el punto de inflexión en el que las emisiones empezaron a dispararse, debido a un nuevo modelo de producción y consumo. Hoy, la principal meta ante la emergencia climática es reducir los GEI y evitar que la temperatura del planeta aumente sobre los 1,5 grados. Sobre eso, las consecuencias serían catastróficas para la vida en la Tierra.
Hoy, la principal meta ante la emergencia climática es reducir los GEI y evitar que la temperatura del planeta aumente sobre los 1,5 grados. Sobre eso, las consecuencias serían catastróficas para la vida en la Tierra
“El planeta ha vivido extinciones masivas y cambios climáticos muy importantes, pero han ocurrido en una escala de tiempo mucho más larga, de millones de años. El actual está siendo gatillado de forma abrupta por la fuerza del ser humano”, afirma Maisa Rojas, directora del Centro de Cambio Climático y Resiliencia (CR2) de la Universidad de Chile y Coordinadora Científica de la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP25), que se realizará en Santiago entre el 2 y el 13 de diciembre, donde representantes de 195 países se reunirán para avanzar con los compromisos en reducción de GEI hacia el Acuerdo de París, suscrito en 2015, que comenzará a implementarse desde el próximo año con ese objetivo. Maisa Rojas, quien participó en el informe multidisciplinar realizado por el CR2 llamado Antropoceno en Chile, evidencias y formas de avanzar, una hoja de ruta sobre las estrategias a seguir en el país ante el cambio climático, dice que la principal conclusión fue que “el medioambiente no resiste más presión humana ni contaminación”. Y luego añade: “El Antropoceno es un nuevo período geológico, en el cual el ser humano estaría interviniendo de forma significativa en nuestro planeta. Estamos dejando una huella que va a quedar para siempre, principalmente con el plástico. En Chile también hemos interferido drásticamente en el medioambiente desde hace unos tres mil años y se ha ido acentuando con un aumento de la población y el crecimiento de las ciudades”.
Buenas señales
La desertificación, deforestación y sobreexplotación de las tierras son problemas que están afectando gravemente al planeta, con consecuencias directas en la seguridad alimentaria e hídrica. Esa es la principal conclusión del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático en su informe La Tierra y el Cambio Climático, publicado recientemente sobre un trabajo realizado por científicos de 120 países. Una radiografía que apunta a que los procesos productivos actuales no son sustentables, pero tampoco las acciones de los consumidores. De hecho, el 25% de los alimentos se pierden y el 44% de las emisiones de metano (uno de los principales GEI) provienen del sector agrícola. “Mejorar esta huella de carbono es uno de los desafíos relevantes, un llamado urgente a la eficiencia. En esos procesos productivos se usa mucha agua y fertilizantes. Y también está el rol que tenemos como consumidores, de preferir productos que tengan una menor huella”, dice Sebastián Vicuña, director del Centro de Cambio Global UC. Luego agrega: “Cuando hablamos del cambio climático, la agricultura tiene un impacto grande. El metano proveniente de la ganadería o producción de carne y del cultivo del arroz son las dos principales fuentes de emisión de metano. Y también los óxidos nitrosos provienen de los fertilizantes”.
"Cuando hablamos del cambio climático, la agricultura tiene un impacto grande. El metano proveniente de la ganadería o producción de carne y del cultivo de arroz son las dos principales fuentes de emisión de metano" Sebastián Vicuña, director del Centro de Cambio Global UC
Pese a la emergencia climática, Sebastián Vicuña es optimista ante lo que se puede hacer hoy en día, antes de llegar a un punto de no retorno. “Se ven algunos cambios que son señales buenas”, dice el director del Centro de Cambio Global UC. “Por ejemplo, en Chile, la matriz de generación de electricidad cambió hacia las energías limpias o se produjo el abandono del uso de bolsas plásticas. Creo que el medioambiente está de moda y eso puede ser una revolución que nos lleve por el buen camino”, agrega. Maisa Rojas, directora del Centro de Cambio Climático y Resiliencia (CR2) de la Universidad de Chile, dice que la situación climática es compleja, pero también guarda esperanzas y recalca que lo primero es darse cuenta que hay un problema: “El hecho que estemos pensando en el plástico como uno de los indicadores es ver nuestra forma de consumo. Es cambiar nuestros hábitos alimenticios, los que deben ir acompañados hacia una transformación, ser más conscientes y responsables de nuestros actos”.
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