Las zonas cordilleranas de Los Andes del sur son el extenso hábitat natural de una serie de felinos que durante las últimas décadas se han visto amenazados. El gato colocolo, el gato güiña o el gato andino, son especies que que están en peligro ya sea por caza ilegal o por la destrucción de su hábitat. Y también está el puma, el felino más grande y majestuoso de nuestro país, y que si bien no vive el mismo nivel de amenaza de sus “primos”, ha entrado en conflicto un sinnúmero de veces por su acercamiento a comunidades y por la depredación de animales de ganaderos. Como forma de dar protección a estos felinos y a todo el ecosistema donde ellos viven, a mitad de este año comenzó el funcionamiento en Chile de un proyecto que promueve la conservación de los territorios a través de la venta de créditos de carbono. Se denomina “Conexión Puma”, y es el símil nacional del programa de conservación que el grupo ISA ha implementado en Colombia y otros países de Sudamérica, conocido como “Conexión Jaguar”. María Adelaida Correa, es directora corporativa de Sostenibilidad del Grupo ISA, una compañía de infraestructura vial y de transmisión eléctrica colombiana, presente en 12 países de la región. Durante la celebración de la COP25 en Madrid, conversó con
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, acerca de la iniciativa que ya está dando apoyo en Chile a dos proyectos de conservación, uno en la Provincia de Arauco y otro en Valdivia, para que puedan postular al programa y emitir créditos de carbono. [caption id="attachment_943596" align="alignnone" width="300"]
María Adelaida Correa es Directora Corporativa de Sostenibilidad del Grupo ISA. Foto: ISA.[/caption]
¿Cuál es el objetivo del programa que el Grupo ISA está implementando en Chile?
Conexión Puma es la versión chilena de nuestro programa bandera Conexión Jaguar. Si bien en Chile no habitan jaguares, hay una cantidad de felinos maravillosos como el puma, el gato güiña y el gato colo colo. Nuestro objetivo es contribuir a la protección y conservación de todas estas especies que viven en el territorio de estos felinos, como un camino para impulsar la conservación, proteger la biodiversidad y mitigar el impacto del cambio climático.
¿En qué consiste el apoyo que el Grupo entrega a los proyectos?
Conexión Puma entrega apoyo técnico y recursos financieros para aquellos proyectos que estén listos para ser certificados para emitir créditos de carbonos. Al emitir estos créditos, un porcentaje pequeño retorna al programa para que sea autosostenible y generar recursos para financiar otras iniciativas. El resto va al titular del proyecto para que mantengan las acciones de conservación. En ese proceso nos preocupamos de la conservación de la biodiversidad gracias a las acciones que realiza nuestro aliado Panthera, una ONG de alcance global que se dedica a la conservación de los 40 grandes felinos alrededor del mundo. Con ellos hacemos los monitoreos de biodiversidad y estudios para conocer el estado de las poblaciones y sus densidades, ya que son especies amenazadas. Y con nuestro otro aliado, South Pole, certificamos los créditos de carbono.
Créditos o bonos de carbono
Los créditos o bonos de carbono se originan por la capacidad de tienen los bosques de absorber las emisiones de dióxido de carbono (CO2), derivados de la combustión de combustibles fósiles. La concentración de éste y otros gases de efecto invernadero (GEI) están provocando el calentamiento de la atmósfera y, como consecuencia, elevando la temperatura promedio de la Tierra. Estos se pueden transar en un mercado y las empresas se interesan en comprarlos como forma de mitigar sus emisiones. [caption id="attachment_470133" align="alignnone" width="300"]
Imagen referencial de un Puma chileno. Foto: La Tercera.[/caption] Es por eso que los bosques han sido señalados como grandes fuentes de mitigación del CO2 y han sido catalogados como una ayuda en la lucha contra la crisis climática. De ahí la importancia global para la conservación de los bosques.
¿Cuál es la diferencia entre los bonos o créditos de carbono, con los bonos verdes?
Los créditos de carbono no son bonos verdes. Los bonos verdes son bonos de deudas para financiar proyectos que cumplen ciertos protocolos del mercado verde, pero se transan en el sector financiero. Los bonos de carbono, en cambio, se emiten, una empresa los compra para compensar su huella, y ahí muere, ya no se siguen transando porque lo que se compra en definitiva con ese crédito de carbono es la protección y conservación del bosque que captura CO2, equivalente a las emisiones de esa empresa. Entonces. no tendría sentido seguir transándolo, porque ya se aportó por las acciones que se están haciendo en ese bosque específico.
¿Cuáles son los proyectos que podrían calificar para emitir créditos de carbonos?
Buscamos que los proyectos no sólo tengan las características necesarias para emitir los créditos. Lo que nosotros certificamos son co-beneficios, es decir, proyectos que garantizan la conservación de la biodiversidad y también el trabajo con las comunidades, que se involucran en acciones para evitar la degradación y la deforestación. Entonces, buscamos que estos proyectos además cuenten con unas diez mil hectáreas. Y cuando estos proyectos están combinados con iniciativas agroforestales, pueden ser más pequeños, pero la extensión del territorio depende del potencial de captura de carbono que éstos tengan.
¿Qué tipo de iniciativas agroforestales?
Hablamos de proyectos que incluyen territorios de conservación de especies nativas y también zonas de plantaciones agroforestales. Por ejemplo, en Colombia, tenemos una iniciativa de cultivo de cacao en una zona importante de conservación y para la emisión de los créditos, tomamos en cuenta no sólo la potencial captura de carbono de la zona de conservación, sino también la captura que hace el cultivo de cacao. Esa es una iniciativa importante porque a veces los agricultores no pueden acceder a este tipo de mecanismos, pero en algunos proyectos es sorteable cuando combinan el cultivo con conservación.
En Chile hay una visión más bien crítica sobre los impactos de los proyectos agroforestales en los ecosistemas. ¿Crees que estos pueden ser compatibles con la conservación?
Ese es uno de los mitos que hay que trabajar, porque hay instancias en las que sí pueden ser compatibles. Pongo el ejemplo de un proyecto colombiano, pero que ya se está extendiendo en Latinoamérica: la ganadería sostenible. Antes, el sector ganadero y el de conservación eran incompatibles, pero hoy se ha demostrado que la ganadería en zonas de conservación es compatible. Lo mejor de todo es que aumenta la productividad. Y es ahí cuando se empiezan a romper los mitos. En Colombia, los cultivos de cacao y café son compatibles para emitir créditos forestales. Entonces el reto es hallar alternativas para hacer compatibles sectores que tradicionalmente no trabajan con una visión de conservación, para que lo hagan con una visión sostenible. [caption id="attachment_941460" align="alignnone" width="300"]
María Adelaida Correa, presentando el proyecto Conexión Jaguar durante la COP25. Foto: ISA.[/caption]
El potencial de conservación en Chile
¿Cuál es el potencial de conservación de los ecosistemas que ustedes observan en el territorio chileno?
Chile es un país privilegiado en recursos naturales, bosques extensos en el sector sur y en la Patagonia, pero también existe una gran diversidad de ecosistemas en, por ejemplo, las zonas de humedales, que, si bien aún no han sido estudiadas a profundidad, creemos que pueden tener un gran potencial para estos proyectos.
¿De qué forma las comunidades pueden postular a la iniciativa del Grupo ISA en Chile?
Tenemos una pagina que es
, donde anualmente abrimos una postulación. Si bien este año ya se cerró, igualmente revisamos nuevas propuestas si el proyecto es interesante. Muchas veces un pequeño agricultor, campesino o comunidades indígenas no reúne el área mínima, pero si se agrupan con otros tal vez pueden desarrollar proyectos de conservación en conjunto. En Perú tenemos dos iniciativas de agrupación de distintas concesiones y eso permite que los proyectos sean viables y tengan mejores resultados.
Además de la extensión mínima de 10 mil hectáreas ¿qué otros requisitos deben cumplir los proyectos de conservación para poder calificar para la emisión de créditos de carbono?
Es fundamental que se tenga información de línea base del territorio, es decir, información del área, de las especies que conservan, y mientras más antigua y más clara es la información, mayor potencial tiene ese proyecto. Todo el proceso para emitir créditos de carbono se garantiza bajo una base científica, por eso es necesaria mucha información. No obstante, el programa Conexión Jaguar, o Conexión Puma en el caso de Chile, también entrega soporte para reunir estos antecedentes. [caption id="attachment_923160" align="alignnone" width="300"]
Panorámica de la Selva Valdiviana, en la Región de Los Ríos. Foto: Archivo.[/caption]
¿Cuántos créditos emite un área de 10 hectáreas de conservación?
Es muy relativo. Depende del tipo de especies, el nivel de amenazas a la conservación del ecosistema, de deforestación, las condiciones climáticas, la antigüedad del proyecto y sus las proyecciones a largo plazo. La idea es que los éstos puedan certificarse a 20 o 30 años. Así, hay iniciativas que pueden compensar unas 6 mil toneladas de CO2 al año y otros unas 50 mil.
¿Cuánto vale un crédito de carbono?
Depende del país. Se pueden encontrar bonos de menos de un dólar hasta otros de alrededor de los 8 dólares. Este mercado de carbono se mueve en un mercado voluntario, y cuando las empresas compran es porque quieren compensar su huella de carbono. En Colombia ese valor es de $3,5 a $4 dólares, en Chile han estado del orden de los $5 dólares. Pero también depende del tipo de proyecto: si es de monocultivo, el crédito es de menor valor ya que no contribuye con variedad de especies y biodiversidad. En el caso de nuestros proyectos, éstos tienen más valor porque no sólo se basan en la capacidad de mitigación de CO2, sino también en la generación de co-beneficios.