La Fórmula E lleva siete años con la idea de ser el futuro del automovilismo mundial. La serie de monoplazas eléctricos, que ahora tiene una fecha en Santiago cada año, apuesta por el lento retiro de los motores de combustión interna no solo de las calles de la ciudad, sino de las carreras. Pero sus responsables han ido más allá y sus organizadores buscan ahora ampliar la idea fuera de las pistas, pues el cross country fue el elegido para debutar en 2021 con la Extreme-E. Los autos serán de libre diseño y se están buscando pilotos de primer nivel, como Sebastien Ogier, el francés seis veces campeón mundial de World Rally Championship (WRC). Pero el foco está realmente puesto en que la competencia de automovilismo ayude a generar conciencia sobre las consecuencias del calentamiento global y otras acciones del hombre como la deforestación y la contaminación por plásticos. Lejos de dañar aún mas las zonas vulnerables donde serán las competencias, las carreras van a generar acciones en favor de los respectivos lugares.
La idea es demostrar que el evento con autos eléctricos generan impactos mínimos o ningún daño al medioambiente.
“Extreme E es una competición que utiliza el motorsport, las carreras, para alertar de lo que está pasando en los distintos ecosistemas en el planeta”, dice el español Alejandro Agag, fundador y Chairman de la Fórmula E. "Vamos a llevar estos todoterrenos eléctricos hasta el Ártico, hasta el Amazonas, hasta el Himalaya, a zonas dañadas de esos ecosistemas para enseñar lo que está pasando a través de una forma divertida, de una forma entretenida que es una carrera de coches”, agregó. [caption id="attachment_856583" align="alignnone" width="300"]
Sébastian Ogier, seis veces campeón del Rally World Championship. Foto: Archivo.[/caption] Las carreras se llevarán a cabo en tres días, en un área que no excede los 10 kilómetros cuadrados. Los diseñadores de las pistas tendrán la tarea de seleccionar cuidadosamente las opciones de pista para que la carrera sea desafiante y emocionante, con mínimos impactos negativos, tanto ambiental como socialmente. Además, se colocarán obstáculos, como cambios y saltos de elevación, sin tener que adaptar el entorno. Tal como la Fórmula E, en la
se busca acelerar el desarrollo de los vehículos eléctricos, pero más importante que eso, inspirar acciones para salvaguardar el medioambiente. De partida, los organizadores compraron un viejo barco para ser la base de operaciones de la competencia, el que está siendo completamente modificado para reducir sus emisiones al mínimo posible.
Lugares amenazados
El plan es que cada fecha sea temática, es decir, se dispute en una zona de alta vulnerabilidad climática. La Extreme-E va a cuidar el impacto que pueda tener la competencia y dejará un legado. Por ejemplo en la Amazonia colaboraran con las fuerzas de bomberos y civiles de la zona para replantar árboles en una superficie similar a la que se va a utilizar para la carrera.
La Extreme-E busca acelerar el desarrollo de los vehículos eléctricos e inspirar acciones para salvaguardar el medioambiente.
También se planifica una fecha en el Ártico, donde el calentamiento global se duplica respecto del promedio mundial: derretimiento de las capas, alza del nivel del mar y la extinción de especies como el oso polar y las focas. La placa de hielo es fundamental para mantener el balance mundial, actuando como un gran reflector de los rayos solares de vuelta al espacio, regulando la temperatura y facilitando también la circulación de aguas frías hacia el sur. El lugar no está definido, pero está decidido no molestar a los cerca de cuatro millones de personas, muchos de ellos indígenas, ni afectar la fauna (peces, pájaros, mamíferos) y los corales. El plan es poner en discusión el derretimiento de los polos producto del uso de combustibles fósiles. [caption id="attachment_874435" align="alignnone" width="300"]
Imagen referencial de un oso polar en el Ártico. Foto: Dan Bolton / Unsplash[/caption] Un glaciar también será escenario de la serie, en especial, por su especial labor en el mantenimiento de la temperatura global y que están desapareciendo rápidamente. El derretimiento de los glaciares, la pérdida de agua dulce y la extinción de especies como el elefante asiático, rinocerontes y tigres están en las carpetas de los organizadores de la categoría. El Himalaya, donde se realizará la carrera, es la fuente de buena parte del agua de los ríos de Asia, el continente más poblado del mundo: mil millones de personas dependen de sus reservas hídricas. La idea de la Extreme-E en este lugar es proteger la vida salvaje cercana a lagos contaminados.
En el Amazonas se trabajará con organizaciones locales de conservación, científicos, legisladores y comunidades para la protección y manejo de áreas.
La selva es otro de los destinos elegidos. En este caso hay lugar definido, el Amazonas, una de las principales fuentes de oxígeno y de almacenamiento de carbono. Entre los desafíos del clima en este lugar están los cambios en los modelos de clima, pérdida de biodiversidad e incremento de los incendios y períodos de sequía. Los bosques tropicales contienen cerca del 50 por ciento de todas las especies de la Tierra. En este lugar se trabajará en conjunto con organizaciones locales de conservación, científicos, legisladores y comunidades, que laboran en incrementar la protección y manejo de áreas. Así, se protegerá también a las comunidades indígenas. [caption id="attachment_737747" align="alignnone" width="300"]
Práctica de Extreme-E en el lanzamiento de la competencia. Foto: Extreme-E.[/caption] El desierto es otro de los lugares del mundo donde llegará la Extreme-E. El avance de las zonas desérticas hace prever millones de refugiados por temas climáticos, pues lejos de ser zonas deshabitadas, son biológicamente ricas, con numerosos animales y plantas, que se han adaptado a las condiciones. Por eso el lugar elegido es la frontera del Sahara, para dar luz a los problemas de la desertificación y trabajar en proyectos para preservar y restablecer ecosistemas afectados por el impacto del cambio climático. [caption id="attachment_874497" align="alignnone" width="300"]
Imagen referencial de un grupo de personas viajando sobre camellos. Foto: Jeremy Cai / Unsplash[/caption] El océano es el último de los objetivos, lo que no quiere decir que se corra en el agua, sino en zonas donde el aumento de los niveles del mar generarán problemas en los próximos años. Se estima que 60 millones de personas viven a menos de 200 kilómetros de la costa en el Océano Índico. La competencia se desarrollará en una isla amenazada del Océano Pacífico, que cuenta con una de las más grandes reservas marinas y que está siendo directamente impactada por la contaminación con plásticos. El aporte de la llegada de la Extreme-E a esta zona será trabajar en conjunto con científicos y conservacionistas para apoyar los esfuerzos para detener el embate del plástico.