Reducir, reutilizar y reciclar conforman las tres erres del medioambiente: la primera apunta a disminuir la basura que generamos y los productos que compramos, considerando que cada chileno produce un kilo de residuos diarios; la segunda busca darle nueva vida a los materiales antes de desecharlos; y la tercera se refiere a usar las materias primas de los desechos (como latas, cartón, vidrio y plástico) para generar nuevos productos. Y esas 3R son el principal foco que busca la Ley de Responsabilidad Extendida al Productor, conocida como REP, que se implementará en Chile en 2022 y que busca evitar la disposición final de la basura en vertederos y rellenos sanitarios, que tienen gran impacto ambiental. La ley REP es un instrumento de gestión que obligará a los fabricantes a organizar y financiar la gestión de sus residuos, con el principal objetivo de disminuir su generación y fomentar su reutilización, el reciclaje y la valorización. Pero también abre el camino para que los ciudadanos cambien los hábitos sobre el reciclaje: no sólo se eliminarán los puntos limpios, también habrá una dinámica de acopio y retiro de los residuos a domicilio, más plantas de transformación de estos en nuevos productos, buscando una mayor conciencia y educación ambiental.
La ley REP es un instrumento de gestión que obligará a los fabricantes a organizar y financiar la gestión de sus residuos, con el principal objetivo de disminuir su generación y fomentar su reutilización, el reciclaje y la valorización
Guillermo González, jefe de Economía Circular del Ministerio del Medioambiente, dice que la ley REP es el principal cuerpo legal para avanzar hacia la economía circular: “Es un proceso de regulación que ha funcionado con éxito, en los últimos 30 años, en casi todos los países de Europa, Japón y Corea y en los países de la OCDE”. Y ejemplifica: “Cuando compro una botella con agua, como consumidor soy responsable del productor que compro y la municipalidad es responsable de la gestión de ese residuo a nivel domiciliario. A esa altura, el productor ya se desentendió de ese producto y lo que hace la REP es decirle al productor que es responsable de ese producto, de forma extendida, cuando se convierte en residuo”. Por ejemplo, si al año vende mil toneladas de plástico, la ley le exigirá que recupere una porcentaje.
Aceites lubricantes, aparatos eléctricos y electrónicos, baterías, pilas, envases, embalajes y neumáticos son los productos prioritarios que se reciclarán. “La ley dice que los productores están obligados a organizar y financiar el sistema, lo que significa en la práctica que habrá mucha más infraestructura para reciclar, avanzando hacia un programa de recolección puerta a puerta de los productos reciclables”, explica González. “Los puntos limpios se convertirán en un eje de transición y los productores tendrán mayores incentivos de crear envases 100% reciclables”, agrega el jefe de Economía Circular del Ministerio del Medioambiente, quien asegura que con los neumáticos también habrá una transformación, exigiendo que al año 2028 se valorice el 90%. “Con la implementación de esta ley se asegura que los materiales sean reciclados”, afirma, ante el fantasma de que el esfuerzo sea en vano y vayan a parar a un relleno sanitario o vertedero. Respecto al material orgánico, actualmente sólo se recicla el 1%, a pesar de que compone el 50% de la basura que produce una familia. Para eso, el Ministerio de Medioambiente trabaja en la “Estrategia de Residuos Orgánicos”, que planea estar lista antes de la COP25. La meta es que los residuos domiciliarios se reduzcan a un 70%.
Piloto en Providencia
La Municipalidad de Providencia, junto a la empresa AB Chile, comenzarán a implementar desde septiembre un plan piloto llamado “Mi Barrio Recicla”: en 58 mil departamentos de la comuna probarán cómo opera un sistema masivo de reciclaje, con distintos operadores, sistemas de recolección y valorización. Paloma Valenzuela, Coordinadora de Medioambiente de la Municipalidad de Providencia, señala que este modelo “es una ampliación a lo que ya teníamos implementado en 300 edificios ,que ha tenido excelentes resultados para reciclar envases y embalajes. Tiene un 90% de trazabilidad, lo que significa que tiene un gran valor para ser reciclado”.
Para ser parte de esta iniciativa, los edificios deben inscribirse en la página web de la
y tener un piso de 30% mínimo de participación de los vecinos a través de una asamblea. Luego, se instalan los contenedores y se capacitan a los vecinos y conserjes. Una vez a la semana se retirarán los residuos (vidrios, plásticos y botellas, tetrapak, latas, hojalata, papeles y cartones), que serán reciclados por diversas empresas. “Es importante hacer este piloto, porque los puntos limpios ya no dan abasto. Al estar en la vía pública, depende de la voluntad de las personas en como lleven los residuos”, explica Valenzuela. No hay costo asociado para participar del piloto y en primera instancia no están contempladas casas, pero se ampliará durante los próximos meses.