El blockchain, o cadena de bloques, se hizo famoso cuando apareció el Bitcoin, la primera moneda digital que irrumpió el mercado de internet. De hecho, es la tecnología que está detrás de las criptomonedas, y se proyectan un sinnúmero de usos que tal vez aún “no imaginamos”. “El blockchain funciona como una gran planilla de cálculo o libro de cuentas en la cual se registran todas las transacciones de una cadena. Cualquier miembro puede registrar, pero sólo aquellas transacciones en las que hay acuerdo, ya que funciona a partir de un algoritmo de consenso”, explica Jaime Navón, académico del diplomado de Blockchain de la Universidad Católica, e investigador de SEISLAB (Ingeniería de Software & Sistemas Inteligentes por sus siglas en inglés). “Es una plataforma de tecnologías que permite manejar cadenas de valor de forma muy transparente, ya que cada transacción se registra en muchos servidores. Funciona muy bien con las criptomonedas, pero podría tener una serie de usos”, agrega el experto.
"Estas nuevas plataformas tecnológicas facilitan la transacción de créditos de carbono y los procesos de registro de éstos".
Pero, ¿qué tiene que ver esta plataforma digital con las causas climáticas y de conservación ambiental? Mucho. Desde una gran empresa manufacturera que quiere ser completamente verde -dice el académico de la U. Católica-, que puede ocupar blockchain para manejar su cadena de valor y asegurarse que cada uno de sus proveedores tienen procesos de producción ecológicos; hasta la transparencia de los mercados de carbono, pasando incluso por la creación de criptomonedas locales que incentivan proyectos de reciclaje.
Mercado de carbono
“Estas nuevas plataformas tecnológicas facilitan la transacción de créditos de carbono y los procesos de registro de éstos”, afirma María Adelaida Correa, Directora de Sostenibilidad del Grupo ISA y una de las gestoras del proyecto internacional de conservación Conexión Jaguar. A través de esta iniciativa, la firma colombiana de infraestructura vial y transmisión eléctrica, financia el desarrollo de proyectos forestales en áreas prioritarias para la protección del Jaguar, y que están orientados a la emisión de bonos de carbonos. “Los proyectos bajo un sistema blockchain permiten dar total trazabilidad y confianza al mercado, para saber que los proyectos que se registran ahí no van a tener doble contabilidad, ni se van a emitir los mismos créditos de carbono más de una vez. Así se da transparencia a toda la cadena en los procesos de evaluación, de medición y registro, se pueden acortar y mejorar”, agrega la ejecutiva de ISA. Los créditos o bonos de carbono son un sistema validado internacionalmente que ofrece incentivos económicos para que las empresas disminuyan sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), considerando el derecho a generar emisiones de dióxido de carbono (CO2) como un bien canjeable y a un precio establecido en el mercado. De hecho, un bono de carbono representa el derecho a emitir una tonelada de CO2. [caption id="attachment_975193" align="alignnone" width="640"]
Santuario de La Naturaleza Carlos Anwandter en Valdivia. Foto: Archivo La Tercera.[/caption] Gran parte de la generación de estos bonos de carbono provienen de iniciativas de reforestación y conservación de áreas de bosques, como las que promueve Conexión Jaguar, que está presente en Colombia, Perú y también Chile con su versión Conexión Puma. En Colombia, el mercado de bonos de carbono ha tomado gran relevancia luego de la promulgación de la ley que crea un impuesto a las emisiones de GEI. Así, impulsados por esta normativa se originó la iniciativa Eco Registry, una empresa colombiana que utiliza la plataforma de blockchain para entregar un servicio de registro de las transacciones de los bonos o créditos de carbono que se generan en ese país y que ciertas empresas tienen la posibilidad de comprar. “La transparencia del mercado que entrega la utilización de blockchain se origina enn que cada participante del mercado –o nodos, que es el término preciso- forma una parte de la cadena y conoce el origen y uso final de cada uno de estos créditos. Así, cada nodo, sean éstos los dueños de proyectos que emiten bonos, el gobierno, las entidades de certificación, las de registro, y las empresas compradoras, reciben la misma información que se sube a la cadena”, explica Juan David Durán, Líder de Innovación de la empresa colombiana Eco Registry.
"La tecnología puede facilitar la interacción entre las partes que están tratando de alcanzar la meta de reducir las emisiones de carbón".
“A través de la tecnología de blockchain podemos optimizar los procesos y disminuir sus costos, ya que el sistema debe ser muy rigurosos para cuantificar y certificar cada uno de los bonos”, agrega Durán. Según el ejecutivo, la plataforma Eco Registry ha registrado bonos de carbono vendidos y utilizados, equivalentes a la compensación de cerca de 600 mil toneladas de CO2 emitidas a la atmósfera durante 2019.
Blockchain en el reciclaje
A nivel global, cada día aparecen nuevas iniciativas que ocupan blockchain. Una de las más conocida es Blockchain4Humanity (B4H) que aplica soluciones derivadas de esta tecnología a proyectos de impacto social alrededor del mundo. Uno de esos usos es aplicado a proyectos ambientales. Al respecto, Greace Torrellas, integrante de esta fundación internacional explica que la “la tecnología puede facilitar la interacción entre las partes que están tratando de alcanzar la meta de reducir las emisiones de carbón, y las plataformas se están desarrollando para facilitar esta interacción”. [caption id="attachment_686875" align="alignnone" width="640"]
Imagen referencial de separación de envases de plástico para proceso de reciclaje. Foto: Hans Scott / AgenciaUno.[/caption] Volviendo a Latinoamérica, una de las iniciativas que utiliza la plataforma de blockchain aplicadas a proyectos ambientales es la del Proyecto Colmena, una iniciativa que fomenta el reciclaje a partir de la creación de una criptomoneda, y que está en fase de prueba en la ciudad argentina de Campo Viera, en la Provincia de Misiones. “Gracias al blockchain esta ciudad ha promovido el reciclaje a partir del uso de incentivos o
token
(criptomoneda) para que la gente participe del proceso”, explica Pablo Tutino, socio fundador de Waba, una empresa tecnológica del país Trasandino, orientada a la creación de soluciones económicas a base a blockchain, la cual entegó apoyo tecnológico al proyecto Colmena. Esta criptomoneda llamada JellyCoin, con la cual esta comunidad retribuye digitalmente el registro, transporte y procesamiento de los residuos hasta los puntos de recolección. Actualmente la iniciativa está en proceso de implementación de su primera prueba en la ciudad.