Los autos eléctricos hoy ya se convirtieron en una realidad y, aunque en Chile aún estemos lejos de alcanzar niveles de masividad en uso, poco a poco comienzan a hacerse más presentes. No solo en el ámbito particular, sino que en la adquisición de máquinas para el sector público de transporte o, incluso, de servicios municipales. Todo en línea con una visión amigable con el medio ambiente, con el uso de energías limpias, combatiendo los focos de contaminación. Por lo mismo, como el camino ya se inició, la relevancia de la regulación y de las formas en que operarán estos productos en el futuro es de gran relevancia. Desde las condiciones técnicas requeridas para este tipo de vehículos, así como las normas que deben cumplirse. O partiendo de un tema básico: si en el futuro tendré un automóvil eléctrico, ¿dónde debo cargarlo?, ¿puedo hacerlo en casa?, ¿qué debo saber antes de hacerlo? En ese aspecto, los expertos comentan que lo primero que hay que saber es diferenciar entre las estaciones de carga públicas y domiciliarias. Así lo explica el Superintendente (s) de Electricidad y Combustibles (SEC), Andrés Jáuregui Cabrera: “Un tema son las estaciones de carga públicas, que algunos han llamado ‘electrolineras’ y otro son las estaciones de carga domiciliarias. El impulso y desarrollo que ha tenido la electromovilidad en nuestro país hace prever que en el mediano plazo se extienda la infraestructura de esta última modalidad. Es más, en Reino Unido, por ejemplo, el 61% de los usuarios de vehículos eléctricos utilizan principalmente un punto de carga doméstico y en el resto de Europa este porcentaje llega al 54%”.
Según la nueva normativa en elaboración los edificios nuevos estarían obligados a dar capacidad eléctrica y espacio de canalizaciones para la recarga domiciliaria de autos eléctricos, para, al menos, un 30% del total de los estacionamientos subterráneos.
Por lo mismo, esta comodidad de hacer las recargas de baterías en sus propios domicilios por parte de los usuarios, necesita tener ciertas reglas. Jáuregui agrega que “en atención a lo anterior, en la propuesta normativa que está desarrollando la SEC –Reglamento de Infraestructura para Recarga de Vehículos Eléctricos- se incluye un apartado en el cual se establecen los criterios de diseño que deberán cumplir los edificios nuevos, pensando en la futura incorporación de estaciones de carga en ellos”. En el documento que actualmente se encuentra en consulta pública, se específica que los edificios deben dar capacidad eléctrica y espacio de las canalizaciones que sirve de infraestuctura de recarga domiciliaria de autos eléctricos, para, al menos, un 30% del total de los estacionamientos subterráneos. Para Luciano Mallimo, gerente de Desarrollo de TE-Mobility, una de las pocas empresas en Chile que hoy realizan la instalación de cargadores para vehículos eléctricos tanto en empresas como en casas, comenta que “un factor fundamental para la masificación de la carga residencial es que los proyectos inmobiliarios consideren esto desde el origen, idealmente con el cargador incluido o en su defecto con los empalmes y canalizaciones proyectadas para poder incorporar sistemas de carga a futuro”. Ya que, como Mallimo asegura, “la carga residencial será la que predomine. La experiencia en otros mercados consolidados, como los países nórdicos, muestra que los conductores de autos eléctricos cargan la mayor parte del tiempo en sus casas debido a que es el lugar donde el auto está detenido con mayor frecuencia y donde tiene un costo menor”.
Cargando en la casa
El fundador de TE-Mobility pone énfasis en lo necesario que debiera tener la red eléctrica para esta masificación a nivel domiciliaria, entre ella, la capacidad del empalme o de la instalación eléctrica. “Mientras el empalme tenga la potencia suficiente para poder soportar el cargador y, además, seguir abasteciendo los consumos propios de la vivienda o departamentos, no habrá mayores problemas para implementar un sistema de carga. De lo contrario, algo que nosotros hacemos en el proceso de instalación, es incluir dentro del sistema de carga mecanismos inteligentes de gestión del consumo o realizar un aumento del empalme e instalación eléctrica” dice. Sobre este tema, Andrés Jáuregui, Superintendente (s) de la SEC, no ve mayores problemas en la red existente en el país: “El total de cargadores públicos y privados, para vehículos particulares, que se han instalado en el país, alrededor de 170, suman una potencia de consumo de casi 5MW, lo cual no significaría un gran estrés para el sistema eléctrico general. Hasta el momento, no prevemos que existan dificultades respecto de la disponibilidad eléctrica para instalaciones domiciliarias”. [caption id="attachment_994893" align="alignnone" width="640"]
Cargador de auto eléctrico en una universidad. Foto: TE-Mobility.[/caption] No obstante, la autoridad agrega que la normativa que implementará la SEC incluye diversos aspectos técnicos que permitan que el sistema funcione de manera óptima y sin efectos negativos. “El pliego de electromovilidad trata de establecer los requisitos mínimos de seguridad que deben cumplir este tipo de instalaciones. Indica, por ejemplo, cuáles son el tipo de canalizaciones, conductores, el tipo de montaje que deben cumplir los cargadores, protecciones eléctricas e, inclusive, estándares de los conectores. Una de las interrogantes que hemos escuchado de la ciudadanía es si estos vehículos se pueden conectar, directamente, a cualquier punto de alimentación común existente en un hogar. En este sentido, la normativa permite realizar la carga a un punto común, pero solo a través de un cable que tenga un dispositivo denominado ICCPD, el cual posee las protecciones eléctricas y control de comunicación adecuado para realizar este tipo de cargas”. Sin embargo, de acuerdo a lo informado por el superintendente (S) “este método de carga se define como de emergencia, ya que se promueve la instalación de cargadores dedicados exclusivamente para la carga de vehículos eléctricos”. La carga de un vehículo puede llegar consumir 32 Amperes (A) y un enchufe común de un hogar permite hasta 10 A o máximo 16 A. “Por lo tanto, hemos limitado la capacidad del dispositivo ICCPD a sólo 10 A pensando que estará en funcionamiento alrededor de 8 horas cargando baterías de 28kWh, esto para alcanzar una autonomía de 200 km”, explica Jáuregui.
Diferencias a tener en cuenta
Luciano Mallimo cuenta que TE-Mobility nació hace dos años con el fin de contribuir a la masificación de la electromovilidad en Chile, realizando la instalación y operación de estaciones de carga para locales comerciales, oficinas, flotas, condominios, edificios residenciales y otros. Este servicio, a la vez, cuenta con una aplicación móvil, la cual comunica a los conductores y la red de cargadores que operan. “Por medio de la aplicación, el usuario puede localizar los cargadores en el mapa, ver su disponibilidad en tiempo real, filtrar por tipo de conector y capacidad de carga. Además, puede iniciar y finalizar la sesión de carga, pagar por la carga, visualizar su progreso y ver su historial”. Sobre lo mismo, Mallino señala que no es lo mismo realizar una carga domiciliaria que en una electrolinera: “A diferencia de un cargador residencial, un cargador público debe incorporar funcionalidades de control de acceso y de pago, entre otros. La nueva normativa establece requisitos exclusivos para cargadores públicos, en especial aquellos ubicados en bienes nacionales de uso público. Alguno de estos son una potencia mínima de 22 kW, protocolos de comunicación según el estándar internacional, protección antivandálica y conector tipo
socket
y no con cable”.
Mientras que los cargadores rápidos pueden cargar un vehículo en menos de 30 minutos, los residenciales tardan entre 4 a 8 horas.
También, asegura, existen matices si la carga se hace desde una fuente de energía de un edificio o de una casa. “Tomando en cuenta que el cargador de un edificio se ubica en un espacio común, la gran diferencia está en que será utilizado por diferentes usuarios, por lo que estos sistemas de carga cuentan con control de acceso para identificar quién está cargando, sistemas de pago y, generalmente, se conectan a una plataforma de gestión para realizar control y monitoreo, así como también para balancear los consumos en caso de ser necesario por limitaciones de la red eléctrica del edificio”. Finalmente, Luciano Mallino enfatiza en la diferencia entre un sistema de carga rápida y uno domiciliario que, por ejemplo, se carga durante la noche. “Como su nombre lo dice, la principal diferencia es el tiempo de carga. Mientras que los cargadores rápidos pueden cargar un vehículo en menos de 30 minutos, los residenciales tardan entre 4 a 8 horas. Esta diferencia viene dada en gran medida por la potencia, tipo de corriente y tipo de conector que distingue a los dos sistemas de carga. Normalmente los cargadores rápidos son equipos de 50 kW o más, que cargan los vehículos en corriente continua (DC). De esta manera, la energía va directamente desde el cargador a la batería del auto, sin pasar por el conversor interno del vehículo. Por su parte, los cargadores residenciales generalmente son equipos de 3,7 o 7,4 kW que cargan el vehículo en corriente alterna (AC), por lo que la energía va desde el cargador al conversor interno del vehículo y luego a la batería de éste”.