Medición y neutralización de la huella de carbono: evaluación al lento despegue de las iniciativas en Chile
El Programa Huella Chile del Ministerio de Medio Ambiente, que incentiva a entidades a disminuir sus emisiones de gases de efecto invernadero, sobrepasó recién la semana pasada, la barrera de mil organizaciones inscritas luego de seis años de ejecución. No obstante, en los últimos meses han aparecido nuevas alternativas de cuantificación y se están masificando las de compensación.
En el último tiempo hemos escuchado con mayor frecuencia el término “huella de carbono” tanto en Chile como el mundo, principalmente cuando se habla sobre la emergencia climática y de la necesidad de unir esfuerzos para detener el aumento de la temperatura de la tierra. ¿Por qué? Porque el término es un indicador del impacto que toda actividad, proceso, evento, organizaciones, personas y cualquier entidad, tienen sobre el cambio climático, a partir de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que producen. Así, la huella de carbono sirve para cuantificar estas emisiones y gestionar medidas para reducirlas y neutralizarlas. Con este propósito se instauró el Programa Huella Chile, iniciativa que nació en 2013 en el Ministerio de Medio Ambiente, y que incentiva a distintos tipos de organizaciones a conocer su huella e implementar acciones para mitigarlas. “La medición de la huella de carbono es fundamental para estimar los gases de efecto invernadero que emite prácticamente cualquier cosa y eso constituye una línea base para luego implementar medidas para gestionarlas. Por ejemplo, Chile como país, ha elaborado su Inventario Nacional de Emisiones y a partir de este registro se han construido sus NDC’s (Contribuciones Nacionales Determinadas)”, explica el coordinador del Programa Huella Chile, Sebastián Garin. Las NDCs establecen un compromiso internacional en el que Chile expresa cuántas emisiones va a disminuir y de qué forma lo logrará. El Programa funciona con entrega de sellos de reconocimiento a las empresas y organizaciones que realizan algún tipo de acción para gestionar sus GEI. El más básico es el Sello de Cuantificación, para aquellos que realizan la medición de su huella; luego viene el de Reducción, para quienes han tomado acciones para disminuir sus emisiones. El tercero es de Neutralización, para aquellas entidades que han encontrado la forma de mitigar las emisiones que no han podido reducir –por ejemplo, a través de la compra de bonos de carbono-. El último es el sello de Declaración de Excelencia.
Una empresa que no ha realizado ningún tipo de gestión de su huella, podría demorar unos tres años en alcanzar el sello de Excelencia.
“Este se entrega cuando evaluamos que la gestión de las emisiones de CO2 se ha internalizado como una acción propia de la empresa, y que ha involucrado a ejecutivos, trabajadores, proveedores y colaboradores. Además, existe una mejora continua en la gestión de sus GEI”, explica Garin. Para alcanzar este máximo sello, explica el ejecutivo, una empresa que no ha realizado ningún tipo de gestión de su huella, podría demorar unos tres años en alcanzarlo. Hasta el año pasado, sólo cuatro empresas lo habían recibido.
La barrera de las mil
La semana pasada, esta iniciativa traspasó la barrera de las mil organizaciones inscritas en el programa, luego de seis años de funcionamiento. De ellas, el 90% pertenecen al sector privado. No obstante, poco más de 480 entidades ha recibido algún tipo de sello. El ejecutivo del Ministerio de Medio Ambiente agrega “sabemos que si comparamos el millón de empresas que cuentan con un Rut ante el Servicio de Impuestos Internos (SII) con las que están inscritas en el Programa, no llegamos al 0,1%. Sabemos que hemos avanzado lento, pero en los últimos años ha crecido exponencialmente el número de organizaciones interesadas en participar de la iniciativa y, al menos, conocer su huella de carbono”. Sebastián Garin agrega que “aunque parezca que falta mucho, lo importante es involucrar al 20% de aquellas organizaciones que generan más del 80% de los GEI en el país”. [caption id="attachment_602492" align="aligncenter" width="394"]
Imagen referencial de las acciones que podrían reducir la huella de carbono. Foto: Archivo La Tercera.[/caption] Asimismo, el experto afirma que es necesario incentivar no sólo a las grandes empresas, sino también a instituciones del Estado, como ministerios, municipalidades y otras entidades a participar de la iniciativa. Actualmente sólo 52 organizaciones públicas cuentan con algún tipo de sello, Huella Chile se realiza actualmente con financiamiento articulado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con recursos provenientes de los gobiernos de Alemania, España y la Unión Europea.
Medición en tiempo real
Mientras las mediciones del Programa Huella Chile se realizan evaluando las emisiones de las entidades en un año cronológico, en los últimos meses ha surgido nuevas alternativas que realizan mediciones en tiempo real. Una de ellas es el sistema implementado por la organización chilena For The Planet, que puede medir en continuo las emisiones de cualquier actividad. “El objetivo de este sistema es que uno puede ir viendo en tiempo real cuales son las acciones que aumentan las emisiones de CO2 en una organización y cuáles de las medidas implementadas logran una reducción significativa de GEI”, dice Cristian Mosella, director de la iniciativa.
Actividades como el uso de energía eléctrica, de combustibles, de calderas, grupos electrógenos, cocina, viajes, y la gestión de residuos, son fuentes de emisiones de CO2.
Uno de los proyectos que participó de esta forma de medición fue el Programa Hoteles Carbono Zero, en el cual participaron seis hoteles que cuantificaron sus emisiones, implementaron acciones para reducirlas y luego se certificaron como carbono neutral a través de créditos o bonos de carbono emitidos por la empresa de generación eléctrica Colbún. Así, este proyecto midió las emisiones en distintas actividades de estos hoteles, como el uso de energía eléctrica, de combustibles, de calderas, grupos electrógenos, cocina, viajes, y la gestión de residuos, entre otros. Según Mosella, el monitoreo identificó emisiones cercanas a 12 mil toneladas de CO2 durante el 2019, lo que equivale, dice, a lo que emiten unos tres mil autos circulando durante un año y lo que pueden capturar en promedio, unos 30 mil árboles durante su vida. [caption id="attachment_997801" align="alignnone" width="1360"]
Emisiones de los seis hoteles medidos en el Programa For The Planet - Colbún. Gráfico: For The Planet.[/caption] Al respecto, la coordinadora de Cambio Climático de Colbún, Paula Reyes, dijo que “la neutralización de la huella de carbono de estas empresas se realizó bajo estándares internacionales y con auditoría de un tercero independiente para que evaluara que los cálculos para medir y compensar las emisiones a través de estos bonos de carbono son los correctos”. La ejecutiva explica, además, que Colbún cuenta con seis centrales de producción de energía renovable que están certificadas para emitir créditos de carbono ante organismos internacionales como la ONU. Cinco de ellas son centrales hidroeléctricas de pasada y una planta de generación fotovoltaica. Asimismo, Reyes plantea que cada vez serán más las empresas que realicen acciones como éstas. “A nivel internacional los mayores grupos de inversión están demandado información a las empresas donde quieren colocar inversiones, sobre la cuantificación de su huella y su riesgo climático. El interés va en aumento y se están buscando las formas de implementar proyectos ya sea dentro de las mismas empresas o en conjunto con otras entidades”, dice. Los hoteles que se sumaron a esta iniciativa, la cual cuenta con el apoyo del programa Huella Chile, del Ministerio de Medioambiente, fueron Novotel Santiago Providencia, Novotel Las Condes, Pullman Vitacura y Pullman El Bosque, de la cadena Accor, Hotel San Francisco y Mandarin Oriental Santiago.
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