Las megaciudades y su transformación en
smart cities,
o ciudades inteligentes, buscan mejorar la calidad de vida a las personas. El concepto nace como una respuesta a los desafíos del mundo moderno, donde la densidad, contaminación, congestión, movilidad e infraestructura son problemas reales y concretos. Por ello es prioritario la planificación y ejecución de los diferentes servicios de la ciudad que requieren incluir tecnologías para responder de una mejor manera a estas demandas. En Chile principalmente se está avanzando hacia el desarrollo de planes para la descontaminación, descongestión y digitalización. En esa línea es donde se ha visto la incorporación de la electromovilidad tanto a nivel de buses para transporte público y vehículos livianos. Según Lorena Santana, directora de
, “en nuestro país los ministerios de Transporte, Energía y Vivienda, ya han incorporado a sus equipos de trabajo unidades especiales encargadas de velar por una dirección inteligente de ciudad. Existen Municipios, que han contratado profesionales especialmente dedicados a este tipo de proyectos. Lo tienen Santiago, Rancagua, Lo Barnechea, Temuco, Coquimbo, por nombrar algunos”. La experta además agrega que desde el mundo privado también han surgido distintas iniciativas en torno a la oferta de productos y servicios orientados a entregar información estratégica para la toma de decisiones o para implementar tecnología para resolver digitalmente trámites que tradicionalmente se han realizado con documentos impresos. En diversas ciudades del país se pueden encontrar ejemplos concretos. Uno de ellos es el sistema de detección de accidentes en las autopistas, que informan a los conductores de la existencia de un siniestro. En este ámbito también se están desarrollando planes pilotos para dar mejor gestión al control de tráfico. [caption id="attachment_876107" align="alignnone" width="300"]
Sala de televigilancia de Carabineros en Viña del Mar. Foto: La Tercera[/caption] También se están incorporando las luminarias públicas inteligentes, que responden a los cambios de luminosidad del ambiente, aumentando su intensidad si el entorno se hace más oscuro. De esta forma el sistema colabora con la seguridad de calles. Además, se pueden encontrar tecnologías que hacen a los centros urbanos más inteligentes en distintos ámbitos: una de ellas es la televigilancia, que permite monitorear cámaras de seguridad de forma remota; el smartparking, una innovación que muestra dónde encontrar estacionamiento. En temas medioambientales se cuenta el monitoreo de inundaciones en los ríos, lo que permite tomar medidas preventivas; el monitoreo ambiental para anticipar niveles altos de contaminantes; y la planificación del riego de parques en pos de una mayor eficiencia hídrica.
En municipios como Santiago, Rancagua, Lo Barnechea, Temuco y Coquimbo se han contratado profesionales especialmente dedicados a proyectos de <em>smart cities</em>.
“Todas las acciones que se están haciendo tienen directa relación en cómo enfrentamos el cambio climático. Se está ahorrando agua cuando la manguera es reemplazada por un sistema de riego inteligente. Se está ahorrando energía, si existe un sistema de luminarias que sólo se prende cuando se requieren. Y si estamos ante una lluvia intensas, un sistema de monitoreo permite que los ríos no se desborden y por tanto aplacar cualquier daño que una inundación provoque”, explica Santana. Una ciudad inteligente entrega varios beneficios a sus habitantes, además de la generación de innovación y emprendimiento. Aplicando tecnología se pueden disminuir los tiempos de traslados y maximizar los tiempos en actividades laborales, de ocio y familiares.
Eletromovilidad
La electromovilidad en el transporte público ha tenido un auge importante en el último año. De hecho, según registros del Ministerio de Transportes, en el país ya hay 386 buses eléctricos operando en el sistema RED y la incorporación de este tipo de transporte público en otras urbes del país va en aumento. En una alianza público privada, a fines de 2018, se incorporaron los primeros 100 buses eléctricos de la marca china BYD a Región Metropolitana, los que fueron adquiridos por Enel X y entregados a Metbus en modalidad leasing operativo. [caption id="attachment_862746" align="alignnone" width="300"]
Inauguración del primer electroterminal de Latinoamérica, en Peñalolén. Foto: La Tercera.[/caption] Karla Zapata, gerente general de Enel X Chile señala que “los actuales buses eléctricos que recorren las calles de Santiago se concentran en dos electroterminales de carga ubicados en Peñalolén y Maipú. Ambos cuentan con una infraestructura de estándar superior, moderna y sustentable, que permitirá cargar la totalidad de los buses eléctricos, gestionando horarios de carga y potencias”. Para la construcción de los electroterminales se han realizado obras eléctricas que incluyen trazados en alta, media y baja tensión, más un centro de transformación en el lugar. Todo ello necesario para energizar de manera confiable, y así poder suministrar nuevos cargadores para los nuevos buses. En el terminal del sector oriente, se instalaron 65 cargadores y 11 estacionamientos solares con paneles fotovoltaicos.
En 34 paraderos del Corredor Grecia se ha instalado iluminación led, estacionamientos de bicicletas, pantallas informativas, sistemas fotovoltaicos, cargadores USB y conexión wifi.
Como parte de la implementación de infraestructura para la electromovilidad del transporte público, también se han realizado cambios en los paraderos. De hecho, en 34 paradas del Corredor Grecia (Ñuñoa) se ha instalado iluminación led, estacionamientos de bicicletas, pantallas informativas, sistemas fotovoltaicos y una estación de monitoreo de condiciones de radiación y, temperatura. Además, contarán con cargadores USB y conexión wifi. “En términos globales, las ciudades inteligentes permiten traducir las necesidades de las personas en soluciones concretas. La incorporación de nuevas tecnologías permite planear mejor las ciudades y brindarle a los usuarios una mejor experiencia. Uno de los resultados tácitos de los buses eléctricos, fue la mejora en la valoración del transporte de los usuarios. Además de la contribución que implica en términos de la descontaminación de la ciudad”, añade Zapata.