La posibilidad de contar con una óptima conexión a internet en medio de la playa, el campo o un sitio donde, por ejemplo, no exista disponible una conexión wifi, es una realidad que persiste en Chile. La masificación de las BAM -banda ancha móvil- en los últimos 15 años ha permitido que hoy, gracias a un router del porte de un encendedor y que se puede trasladar de un lado a otro en el bolsillo, se pueda trabajar en un computador, tablet o smartphone desde prácticamente cualquier lugar del país en donde uno esté, siempre y cuando en la zona exista cobertura de datos móviles 4G.
Las bandas anchas móviles permiten conectarse a internet con velocidades similares a las de una banda ancha por cable; es decir, entre 3 y 4 mbps. Para hacerlo, utiliza la misma tecnología 4G que usan los teléfonos móviles para conectarse a internet. Solo se necesita tener este router portátil (que es muy similar a un “gran” pendrive) y una tarjeta SIM o un chip de la compañía que presta el servicio.
En el caso de los computadores, se conecta a través de un puerto USB, mientras que en las tablets y celulares lo hace a través de un protocolo al que puede accederse desde el menú “Ajustes”. No necesita conectarse a ninguna fuente eléctrica y su batería es de alta funcionalidad, por lo que garantiza varias horas ininterrumpidas de conexión sin necesidad de recargarla.
“La BAM o Banda Ancha Móvil es un servicio de internet sin cable que nace en respuesta a la necesidad trabajar en internet con nuestros equipos independiente de la ubicación geográfica, y cómo complemento en aquellas zonas donde no es posible entregar un servicio de internet cableado”, resume Matías González, gerente de Claro Negocios. “Estos servicios operan sobre la red móvil, en bandas 3G, 4G y 4G+. Al momento de cotizar es fundamental revisar la cobertura de la red móvil y la capacidad de transferencia de datos, asegurando que el servicio funcione y soporte la cantidad de datos de navegación que se consuman”, añade.
Aunque algunos no auguraban un futuro a las BAM, los años han revalidado su rol de alternativa. Ante la posibilidad de la opción de “compartir internet” desde el teléfono móvil a distintos dispositivos, se esperaba que este método terminara por imponerse al mercado de los routers portátiles; no solo porque no era necesario contratar otro servicio, sino también porque la creciente democratización del acceso a la telefonía móvil estaba permitiendo a las y los usuarios contratar cada vez mejores planes por menos dinero.
Sin embargo, el perfeccionamiento de la tecnología de las BAM con el paso de los años, junto con el desarrollo del 4G, o internet móvil de alta velocidad, ha permitido “ganarle” al celular y volver a dominar una cuota del mercado de la conexiones. Las razones son varias: primero, permite que una mayor cantidad de dispositivos se conecten al mismo tiempo con una buena estabilidad de servicio. Aunque las BAM no hacen milagros -mientras más conexiones, más lenta se vuelve la velocidad de navegación y descarga-, sí es cierto que permiten navegar con menos interrupciones y en mejores condiciones.
La segunda razón es que las BAM funcionan muy bien en movimiento; es decir, son ideales para cubrir las necesidades de internet dentro de un bus o un tren, por lo que permiten tener casi asegurada una buena cobertura en trayectos, a diferencia de los smartphones, que pueden perder más fácilmente la cobertura.
La tercera razón es su enorme practicidad: tomando en cuenta las dos ventajas anteriores, el hecho de que además sea tan fácil de transportar y usar permite, incluso, considerarla una excelente alternativa cuando no hay factibilidad técnica de instalar fibra óptica u otra conexión inalámbrica en casa. Y ahora, pensando en la próxima masificación del 5G, todas estas virtudes serán aún mayores.
Según Comparaiso, sitio independiente de comparación de precios de planes de telefonía móvil presente en varios países, en Chile, contratar un servicio de BAM en alguna de las compañías que ofrecen el servicio cuesta entre $19.900 y $30.900 por mes, dependiendo de la velocidad de descarga y los gigas incluidos en el plan (no todas las compañías tienen aún la opción de gigas libres). De todo el cuadro comparativo, una de las mejores ofertas costo y beneficio la ofrece Claro, con planes en promoción que van desde $4.676 mensuales (el precio normal es de $15.990) con 30 Gb disponibles por mes.
Las BAM son excelentes soluciones para, por ejemplo, trabajar en movimiento, o en casa cuando no hay factibilidad técnica para establecer conexiones fijas. Pero no siempre son la mejor solución. Hay que considerar que tener una BAM implica contratar un servicio adicional. No funciona “recargándola” con los datos del teléfono móvil. Y debes tomar en cuenta que la mayoría de los planes tiene oferta limitada de gigas. Una vez que se supera la cuota, la capacidad de conexión y descarga baja considerablemente.