Un emprendimiento debe ser formalizado, primero, a través de la constitución de la empresa y luego, iniciando actividades en el Servicio de Impuestos Internos (SII). Tras esto, hay una serie de decisiones que el microempresario debe tomar y una de ellas es solicitar boleta o facturas para la pyme.
Según la definición del SII, una boleta de compra y venta es el comprobante tributario que acredita la venta de un producto o servicio a un consumidor final, mientras que la factura es un documento tributario que los comerciantes envían usualmente a otro comerciante, con el detalle de la mercadería vendida, su precio unitario, el total del valor cancelable de la venta y, si correspondiera, la indicación del plazo y forma de pago del precio.
¿Por qué conviene solicitar factura desde mi empresa?
Antes que todo, es importante puntualizar que, pese a que tengas una micro, pequeña o mediana empresa, no en todas las compras que realices puedes solicitar factura, sino que solo en aquellas que se relacionen con la actividad del negocio y permitan producir renta. De lo contrario, el SII tiene derecho a auditar y, entre otras cosas, pasar multas.
Las facturas se entregan solo a los contribuyentes de primera categoría, de lo contrario se les puede emitir una boleta de venta. Los contribuyentes, según el Servicio de Impuestos Internos, se clasifican tributariamente en dos categorías, de acuerdo al tipo de rentas o ingresos que obtengan:
- Primera categoría: Aquel que paga impuestos por conceptos de rentas que provienen del capital, es decir, de actividades relacionadas que no tienen que ver con su condición de persona natural, como empresas comerciales, industriales, mineras y otras, y pagan un impuesto que constituye un crédito fiscal para los impuestos personales que deben pagar los dueños o socios de la empresa como personas naturales.
- Segunda categoría: Aquel que paga impuestos por concepto de las rentas del trabajo (sueldos, salarios, dietas, gratificaciones, participaciones, entre otros). El impuesto que se les aplica, sin embargo, a quienes perciben rentas del desarrollo de una actividad laboral ejercida en forma dependiente y cuyo monto excede mensualmente las 13,5 UTM.
Para las empresas es beneficioso solicitar facturas por dos razones: se puede deducir como gasto, lo que quiere decir que el gasto acreditable puede llevarse a la contabilidad y, de esta forma, tener una menor base imponible —monto sobre el cual se aplica el porcentaje de impuesto para determinar el gravamen que debe ser pagado— de cálculo del impuesto a la renta. Esto quiere decir que mientras más facturas acredites como gasto, vas a pagar menos impuestos a las utilidades.
Por otro lado, cuando las facturas son afectas de IVA, el emprendedor tiene derecho al uso del crédito fiscal del IVA, que consiste en la suma del total de los impuestos que pesan sobre las adquisiciones y los servicios utilizados por el contribuyente durante el período tributario respectivo. Esto quiere decir que al ingresar el IVA de una compra, luego se puede descontar del que deberías pagar cuando hagas una venta.
¿Qué datos se deben entregar al solicitar una factura?
A la hora de solicitar una factura, es importante tener el e-RUT, un documento digital que identifica al contribuyente registrado en el Servicio de Impuestos Internos.