Actualmente, los emprendimientos no pueden escapar de la tecnología. Y no solo porque vivimos en un mundo completamente tecnologizado, sino porque en ella encuentran soluciones que hacen más eficiente, colaborativo y económico el quehacer, sobre todo en tiempos de trabajo híbrido.
Es en este contexto que aparece la nube o Cloud, muy utilizadas tanto por personas como por empresas. Sin embargo, al escuchar sobre ellas la mayoría piensa en las nubes de almacenamiento de archivos y documentos como iCloud o Dropbox, pero en realidad son muchísimo más que eso.
Según el National Institute of Standards and Technology (NIST), la computación en las nubes (Cloud Computing) “es un modelo que permite el acceso bajo demanda y a través de la red a un conjunto de recursos compartidos y configurables, ya sean redes, servidores, almacenamiento, aplicaciones o servicios, que puedan ser rápidamente asignados y liberados con una mínima gestión por parte del proveedor de servicio”.
¿Qué quiere decir lo anterior? Que los servidores, las redes, el almacenamiento, las herramientas de desarrollo, la gestión de datos y/o las aplicaciones de un negocio se habilitan a través de internet. O sea que, en vez de invertir en hardware, software, capital humano y mantenimiento, se utiliza un proveedor de servicios en la nube que, entre otras cosas, puede ser compartido entre varios usuarios.
Hay numerosas opciones de Cloud -con opciones como Claro Cloud o el servicio que ofrece Google-, para el servicio de alojamiento de archivos hasta espacio para desarrolladores de bases de datos SQL para crear aplicaciones y la posibilidad de editar colaborativamente documentos de Word, PowerPoint y Excel sin necesidad de utilizar un software. Además, son notablemente más segura y permiten a los usuarios guardar y sincronizar archivos en línea y entre ordenadores y también compartir archivos y carpetas con otros usuarios y con tablets y móviles.
Dentro de las características esenciales, los servicios Cloud ofrecen la posibilidad de no depender de la mantención, administración, implementación o mejoras de la infraestructura necesaria para ejecutar las aplicaciones de los clientes, sino que esos costos se traspasan a un proveedor que se hace cargo de eso, entregando estándares de seguridad y menor riesgo en la continuidad operacional de las aplicaciones y sistemas, entregando soporte y ayuda de especialistas que pueden gestionar múltiples clientes con altos estándares y certificaciones de la seguridad y confianza en los procesos.
El servicio más común es para almacenar archivos en servidores de internet y después acceder a ellos desde cualquier lugar, usando un dispositivo con conexión a internet. Con esto no es necesario que tus archivos estén guardados en tu computador y no corres el riesgo de perderlos en caso de que el equipo sufra algún daño. Las plataformas disponibles son intuitivas y funcionan como una carpeta gigante, con cierta cantidad de espacio gratuito, pero si necesitas más, puedes adquirir pagando planes mensuales o anuales.
También existen programas de contabilidad en la nube que pueden ayudar a las pymes a organizar su información. Dos ejemplos de estos son Contasimple y Contamoney, herramientas online gratuitas diseñadas para facilitar los procesos de facturación, contabilidad y cálculo de impuestos.