Sacar adelante un negocio requiere de mucho trabajo, estrategia, conocimiento del mercado y de los potenciales clientes y más. Pero todo esto puede ser muy difícil a la hora de comenzar, o incluso en una etapa más avanzada del negocio, por lo que podría ser necesario un o una guía que oriente y traspase su experiencia.

Es aquí donde la figura de un mentor o mentora cobra relevancia. Según explican en Prepped, organización canadiense que prepara a jóvenes profesionales para mejorar sus posibilidades en la búsqueda de trabajo, un mentor “es alguien con conocimiento y experiencia en su campo deseado, que está dispuesto a compartir este conocimiento para ayudar a otros a lograr sus objetivos. Un mentor debe ser alguien que haya alcanzado el nivel de éxito que quien requiere su mentoría busca. Ese mentor es alguien que puede desafiar a su discípulo y empujarlo de maneras que otras personas no pueden”.

Lo más básico que debe hacer un buen mentor o mentora son cuatro cosas: compartir experiencia o conocimientos relevantes, es decir, traspasar sus aprendizajes al emprendedor o emprendedora para ayudarlo a tener éxito; mostrarse positivo y entusiasmado; contar con habilidad para dar una retroalimentación honesta y constructiva, y, finalmente, considerar la tutoría como una relación simbiótica: ambas partes deben aprender del otro u otra.

Según el reporte Industria de Redes de Mentores Chile 2020, realizado por la Universidad Adolfo Ibáñez y apoyado por Corfo, entre los beneficios de tener un tutor o una tutora está el la guía de una persona con experiencia y externa a la empresa, que con su visión permite a los emprendimientos mentoreados tomar decisiones con una perspectiva más amplia y sin sesgos.

Los datos de esta investigación sostienen que las redes de mentores en Chile toman bajo su tutela a más de 1.800 emprendimientos anualmente, y que una mentoría suele durar entre cuatro y ocho sesiones, teniendo en promedio cinco sesiones.

Además, un 37% de las y los emprendedores consultados señala como principal beneficio el acceso a conocimiento especializado (técnico o de mercado), seguido de un 21% que nombra el aumento de confianza en sí mismo, y un 11% el aumento de ventas.

Ahora: ¿Cuáles son las principales motivaciones de los emprendedores y emprendedoras para mentorearse? El acceso a conocimiento y aprendizaje.

Por otro lado, la información recopilada a través de entrevistas y encuestas señala que un 45% de los mentoreados de Santiago y un 22% de los de regiones recurre a este tipo de ayuda porque están en algún proceso crítico de su emprendimiento, el cual requiere habilidades o conocimientos con los que no cuentan.

Entre muchas otras, la Universidad del Desarrollo cuenta con una la red de mentores UDD Ventures que, según describen, busca ser una aceleradora de negocios líder en apoyo a startups, pymes y grandes empresas en relación a procesos de aceleración, emprendimiento corporativo e innovación abierta de Chile.

Por su parte, la Universidad Técnica Federico Santa María también creó una red de tutores que tiene como objetivo potenciar e impulsar el desarrollo de emprendimientos de base tecnológica, con alto potencial de crecimiento, que se encuentren en el ecosistema, tanto nacional como internacional, y que requieran del apoyo de un mentor.

En tanto, el Centro de Innovación UC también tiene una red que da apoyo a emprendedores de alto potencial. Según dicen en su sitio web, “es un programa que cree en el valor de las conexiones y relaciones virtuosas que se pueden generar entre todos los que componen esta comunidad”.