Meiggs se enfrenta a la falta de juguetes para Navidad
Uno de los epicentros santiaguinos de las compras navideñas vive un especial panorama: con la pandemia más controlada que en 2020, han vuelto los clientes, pero los locatarios no siempre pueden venderles lo que buscan por falta de stock.
El próximo jueves 16 de diciembre se estrena la nueva entrega de Spiderman, Sin regreso a casa, y los puestos de los comerciantes ambulantes en Meiggs lo saben: poleras, polerones, piyamas, calcetines, figuritas, vasos, cubiertos y platos de melamina con la figura del hombre araña se multiplican bajo cada toldo perfectamente ordenados, peleándose el espacio entre cajas de mascarillas, relojes, pantalones de buzo, zapatillas, papel de regalo, adornos navideños, rollos de cinta adhesiva y todo lo que se puede vender en una fecha como esta.
Faltan 19 días para Navidad, y aunque no hubiera estreno cinéfilo de por medio, el superhéroe arácnido siempre ha sido venta segura. También los juguetes relacionados con la película Cars, los patines, los coches para muñecas, las mismas muñecas, los legos, los juegos de cocina, las patinetas y las pelotas; todos son los caballos de batalla del centenar de locatarios que se reparte en el Barrio Meiggs, en el límite entre las comunas Santiago y Estación Central.
El problema de este año no es que falten compradores, como sucedió en los meses más críticos de la pandemia: es viernes, son las 11 y media de la mañana y las calles, siempre atestadas por aquí, ahora están convertidas en una espesa ola humana que poco sabe de distanciamiento social, aforo y normas sanitarias. Lo que faltan son productos.
“No lo tenemos”. “Este año no lo trajimos”. “Se nos agostó el stock”. Frases como estas se escuchan por decenas al darse una vuelta entre San Alfonso y Salvador Sanfuentes. “Si el año pasado el flete desde China salía 2.400 dólares, este año subió a 18 mil”, cuenta Marcelo Bustamante, locatario del módulo 39, conocido por tener una buena variedad de coches para muñecas de todos los portes y tamaños. “Este modelo, por ejemplo, que el año pasado valía $15.900, este año está a $24.900″, dice, mientras le muestra a una pareja cómo funciona el juguete y cómo deben ensamblar las ruedas. Así, en 15 minutos, venderá uno de estos, dos más “sencillos”, de $19.900 y un coche paragua por $4.900.
Como la mayoría de las y los comerciantes del sector, Marcelo Bustamante se abastece de las importadoras chinas, quienes traspasaron los costos de transporte a sus compradores. “Al final, salía más caro el flete que el producto mismo”, explica el comerciante, cuyo puesto tiene más de 40 años y lo comenzaron sus padres.
La solución ha sido, entonces, comprar menos y vender más caro para intentar obtener las mismas ganancias que en años anteriores, pero con solo un 30% del stock acostumbrado. “Los precios están entre un 75% y 100% más caros que en otras temporadas”, ejemplifica. Aun con este aumento del precio, cree que tendrán entre un 30% y un 40% menos de ingresos; cifra que, según él, se ve influida también por la gran competencia de comercio ambulante que hay en la zona. Un tema que ha estado en el ojo de los medios de comunicación en los últimos días, luego de que el martes pasado la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler, ordenara a Carabineros el retiro de carpas y toldos en una intersección del barrio correspondiente a su comuna, con el fin de despejar la salida de un Centro de Salud Familiar.
El problema del comercio ambulante es un realidad permanente del sector, y los vendedores han realizado varias acciones de protesta para pedir a la Municipalidad que les permita regularizar su situación, lo que ha puesto al barrio en el ojo de las noticias. Eso preocupa a los locatarios, que temen que la gente deje de venir a comprar.
En todo este rato, a Marcelo Bustamante le han preguntado por un castillo, una casa de Barbies y un Lego Kart. “No llegaron”, responde.
“Este año ganaremos lo que el Señor permita”, dice
Aun así, siempre será más fácil encontrar un juguete aquí (y más barato) que en otros comercios: la falta de stock es un problema que ha afectado este 2021 a toda la industria.
Problema de stock
Son varios los factores que explican el problema de stock de los puestos de juguetes, más allá de que el flete haya subido producto de la pandemia. Desde que comenzaron las restricciones producto de la covid 19, el puerto de Valparaíso ha funcionado a media máquina y hay mucha mercadería que aún está retenida en la Aduana por temas sanitarios. “Si antes comprábamos en octubre, ahora compramos en agosto”, cuenta Ricardo Gutiérrez, presidente del Sindicato de Trabajadores Independientes de la calle Campbell.
En su local, el número 11, se venden habitualmente libros infantiles, pero este año ha sido tan difícil conseguirlos que ha optado por completar el negocio con juguetes: “Está todo diez veces más caótico que en otras temporadas”, cuenta Gutiérrez, quien se las ha arreglado para abastecer su negocio con lo que hay en el mercado más todo el saldo que tenía en bodega; el mismo con el que se las arregló para vender en la Navidad 2020.
Patines de línea ya casi no le quedan. “Tampoco burbujas, dinosaurios, cubos Rubik. Falta stock de pilas y hasta de papel de regalo”, cuenta Nataly Galdámez, quien trabaja con Gutiérrez desde hace diez años. “La gente tiene plata para comprar, pero no encuentra lo que busca”, dice.
Los juguetes son un producto especialmente sensible en época de Navidad. Nataly Galdámez cuenta que el año pasado, ante la falta de productos, comenzó a fabricar juguetes de madera, que ofrecía en grupos de Facebook y Whatsapp vecinales, con despacho gratuito. Lo vendió todo luego de que se corriera el boca a boca.
Hoy el barrio Meiggs está tranquilo. El verdadero movimiento se verá desde el 15 de diciembre en adelante, cuando queden pocos días para la Navidad y las personas, en el caso de los trabajadores dependientes, cuenten con su aguinaldo navideño. Ricardo Gutiérrez y Nataly Galdámez se lamentan: este año la temporada tendrá un día menos, ya que el domingo 19 se realizará la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. “Las cifras no se ven buenas. Creo que ganaremos un 40% de lo que esperamos”, dice Gutiérrez.
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