Mitos y verdades de la conexión a internet
¿Da lo mismo si tengo 12 megas en vez de 180? ¿Mi internet se vuelve más lento porque no he cambiado el router? ¿Da lo mismo el tipo de conexión que utilizo? ¿Mi internet anda lento por la cantidad de archivos en mi computador? Estas son algunas preguntas que muchas veces tienen respuestas incorrectas. Acá, despejamos algunos mitos.
Conceptos elementales: Internet es una de las herramientas esenciales en la vida cotidiana y también en distintos trabajos. Sin embargo, con el tiempo se han levantado mitos en torno a la conexión a internet fijo –que no es lo mismo que el internet móvil– sobre todo en cuanto a la velocidad y calidad del servicio.
Primero, hay que entender algunos conceptos respecto del internet fijo.
- Velocidad: Este término se refiere a la rapidez que tiene la conexión para intercambiar datos entre internet y el dispositivo que se está usando. Está determinada por el ancho de banda, que es la cantidad máxima de datos que se pueden transmitir a través de la conexión en un segundo. La velocidad de internet se puede medir en la capacidad de descarga y subida.
- Capacidad de descarga: Es la velocidad que tiene la conexión para descargar archivos, videos, audios, documentos y fotografías, y también para usar servicios de streaming. Entre mayor es la capacidad de descarga, menor es el tiempo que se requiere.
- Capacidad de subida: Es la velocidad que tiene la conexión para transferir un archivo desde el dispositivo hacia internet. Esto aplica para enviar archivos, subir videos o fotos, pero también es relevante, por ejemplo, para una videollamada, pues determina la calidad con la que se transmitirá el video.
- Simetría: Un internet simétrico tiene la misma capacidad de descargar datos y cargar datos durante un instante de un segundo, mientras que uno asimétrico posee mayor capacidad para descargar que para cargar.
- Las unidades de medida: Para medir la velocidad de internet se utiliza bit por segundo (bps) y se acompaña con un prefijo. Por ejemplo, está el kilobit (Kbps) que es igual a mil bits; el megabit (Mbps) es igual a mil kilobits; y un gigabit (Gbps) es igual a mil megabits. Eso sí, hay que diferenciar los megabits (Mbps) de los megabytes por segundo (MB/s). Aunque ambas son unidades de medida de transferencia de datos, no son lo mismo. Un Mbps indica cuántos datos fluyen por un medio durante un segundo, mientras que megabyte se refiere a capacidad, como la que puede tener un pendrive de 512 megabytes.
¿Qué banda ancha se necesita según el tipo de emprendimiento?: Dentro de las distintas ofertas que hay respecto de internet hogar y de empresas es posible escoger un plan a medida. En algunos casos, por ejemplo, se necesita lo básico para utilizar algunos servicios, como correo electrónico o nube, mientras que en otros es necesario conectarse a sistemas internos de la empresa o realizar constantemente videoconferencias.
“El internet se ha transformado en uno de los principales puentes de comunicación en la sociedad, tanto para las personas como los negocios. Dependiendo del tipo de negocio, se puede contratar servicios con distinta velocidad. En ese sentido, un plan básico para microempresas puede ser una banda ancha de 200 Mbps. En el caso de las pequeñas empresas, es necesaria una banda ancha de 500 Mbps o un servicio de Internet Dedicado, que permita que aplicaciones de videoconferencia u otras tengan un buen funcionamiento”, explica Matías González, gerente de Claro negocios.
Para las medianas empresas, dice el ejecutivo, es clave contar con herramientas para hacer más efectiva la comunicación entre los equipos de trabajo con el fin de facilitar la colaboración en proyectos, gestionar las tareas y hacer seguimiento de los progresos, además de poder usar programas más complejos de logística e inventario, como en el caso de una empresa que vende productos: “Para satisfacer estos requerimientos existen planes con velocidades simétricas, ya que no solo resuelven las necesidades de descarga de datos, sino que también están orientados al envío o carga de información”.
Despejadas esos puntos, que suelen ser fuente de desconocimiento o confusión a la hora de contratar un servicio de internet, una vez instalada la red existe una serie de situaciones que se justifican bajo falsos argumentos, como también “mitos” en torno al funcionamiento de internet. Acá revisamos algunos.
“Puedo hacer lo mismo con 400 megas que con un giga”:
Falso
Aunque depende del uso que se requiera –no es lo mismo solo utilizar el correo electrónico a utilizar sistemas en línea– contar con más megas permitirá ejecutar distintos procesos al mismo tiempo. También influirá que hayan varios usuarios conectados a la misma red en simultáneo. “Las diferencias más notorias son la capacidad de reproducción de calidad en streaming, descargas y reuniones virtuales. Si el uso está enfocado en teletrabajo, el mayor problema de tener pocos mbps será que si tienes en segundo plano descargando algo, o Spotify abierto, se notará en dos cosas: la calidad de reproducción y transmisión no será la óptima; y la velocidad de descarga será mucho menor”, explica Franco Jofré, consultor de Tecnología en IT Talent.
Es decir, que entre más procesos abiertos mejor conexión requerirá y tener un mejor plan evitará que la velocidad disminuya.
“Mi Internet se vuelve más lento al final de la facturación”:
Posible
Todo va a depender del tipo de plan que se contrate. Por ejemplo, si el plan contratado determina una cuota de navegación, la velocidad se reducirá cuando se haya alcanzado dicha cuota y aún resten días para que comience el próximo período. En cambio, si el plan no tiene cuota de navegación, no se verá afectada la velocidad.
“Mi internet está lento porque no he cambiado el router”:
Posible
Si el router, que es el dispositivo intermediario de conexión, no está sano, podría afectar las características que ofrece el proveedor de internet. Lo mismo ocurre si es que el router es antiguo y no tiene las características para proveer una conexión rápida. En ambos casos, es necesario contactarse con la empresa para que determine si el dispositivo es el causante de la baja de la calidad.
“Mi internet se pone lento porque tengo muchos archivos en mi PC”:
Verdadero
Al igual que el router, si el dispositivo que se ocupa tiene problemas de funcionamiento, como el que se produce por tener poco espacio en el disco duro o un exceso de archivos innecesarios, esto se va a ver reflejado en un internet más lento.
“Da lo mismo si utilizo fibra óptica o mixta”:
Falso
Hay distintos tipos de tecnología respecto de internet fijo. Actualmente la fibra óptica es la que posee mayores características en cuanto a la navegación: es más estable, fluida y rápida; la sigue la tecnología conocida como HFC (híbrido de fibra coaxial) que, aunque es un poco más económica, puede presentar inestabilidades. Finalmente está la ADSL o línea de abonado digital asimétrica, pero está cada vez más en desuso.
“Si tengo contratada una velocidad alta, tendré buena conexión”:
Falso
Hay muchos factores que influyen a la hora de tener una conexión buena y estable. Según explica Franco Jofré, algunas son el cableado, la instalación que se realizó o la distancia hasta la central de redes de telecomunicaciones. “Lo que sí podría favorecer tener una velocidad alta es solicitarle a la compañía de internet una conexión simétrica. Esto se replica si realizas streaming, subes archivos constantemente de alto tamaño o al jugar videojuegos”, explica.
“La calidad de la conexión baja si el router está en un lugar escondido”:
Verdadero
Sí influye, sobre todo para conexiones a través de wi-fi. Franco Jofré, de IT Talent, explica que siempre es recomendable poner el router en un punto céntrico, pues las señales tienden a disiparse cuando están lejos y, además, hay paredes muy gruesas. “Es bueno consultar al técnico al momento de realizar la instalación, preguntar cuántos metros abarca y, en caso de que el lugar sea muy grande, pensar en instalar un repetidor de señal o directamente cablear la zona”, afirma.
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