Escribir sobre Valparaíso es llamar a infinitas puertas coloridas. Tras cada una de ellas, las historias de cientos de familias y emprendedores conforman un mosaico de ganas, identidad y resiliencia. Luego de varios días felizmente enredada entre escaleras y ascensores, aquí los mejores datos para volver a Valpo, conocer a las y los transformadores que siguen dando la pelea y, en definitiva, reencantarse con el puerto.
Comer bien entre cerros y perritos
En una ciudad que otrora dependía en gran medida del turismo, hoy los emprendimientos gastronómicos exitosos son quienes centran su oferta en el público local con una oferta aterrizada y consistente. Aquí, dos opciones: una para desayunar o almorzar como reyes, y otra para vitrinear y enterarse de las últimas novedades de la movida vegana porteña.
Vale la pena comenzar el día en María María. En pleno cerro Concepción una casona color granate alberga desde hace casi dos años una panadería de lujo y un restaurante de estética impecable, donde cada mañana unos jóvenes y talentosos Valerica Bialoskorski y Vicente Larraín producen bollería de calidad, panes de masa madre y una infinidad de preparaciones que permiten desayunar como la realeza misma. Sabores intensos y novedosos, ingredientes de primera y texturas bien cuidadas dejan en silencio a mesas completas -hecho del que he sido testigo y parte varias veces-.
¿Los favoritos de quien escribe? El danish de manzana, pastelito en masa de hojaldre con crema pastelera, manzana, canela y una capita crocante, que dejó chicos a los originales que probé en Dinamarca. El sándwich de omelette (relleno de queso mantecoso) con ensalada verde en pan brioche era, en tanto, como estar en una nube mascando una nube dentro de otra nube: simplemente celestial. Con fines estrictamente profesionales probamos todo el resto de la carta de desayuno y, como en muy pocos lugares ocurre, todo es recomendable.
Para el almuerzo tienen pastas caseras, golosos tártaros con papas fritas, sopas componedoras cuando hace frío y, como dice Valerica “cosas entretenidas para compartir con lo que vamos pillando en la caleta o de la feria”, como un montadito de camarón nacional y jaiba, o pejerreyes fritos con alioli y pimientos asados, entre otras delicias. El único gran pero es la cola que hay que hacer -pasa lleno-, mas es una situación que se resolverá pronto: “Quisimos hacer una terraza para aumentar nuestra capacidad y que la gente no tenga que esperar tanto los fines de semana, y pueda ser un espacio más cómodo y más bonito”, dice Bialoskorski.
El nuevo comedor, que se estima estará listo en un par de semanas, casi duplicará la capacidad actual y además tendrá una vista única al cementerio de Disidentes. Vaya, pero vaya corriendo.
Una experiencia también única que se puede saborear en Valpo es la feria gastronómica Rurales, que ya va en su séptima versión. Nos encontramos con ella por casualidad; como ocurre con casi todo lo que realmente vale la pena. En las afueras del Parque Cultural de Valparaíso, tres hileras de coloridos stands albergan una oferta variopinta de micro emprendimientos veganos, en su mayoría gastronómicos: dulces, productos de belleza, sánguches y sopas, literatura y encuadernados, cerámicas y serigrafía, plantas y deliciosos fermentados, entre otros. Hay también talleres de cocina vegana, adopción de cachorros y un original “Tinder de Tápers”, donde se emparejan tápers y tapas en soltería, con el fin de evitar desechar plásticos innecesariamente.
“Esto nace por una búsqueda de espacios para exponer nuestras creaciones culinarias; había otras ferias, pero eran más de oficios, y era muy difícil optar a cupos de comida, entonces dijimos: ¿por qué no hacemos una feria que sea casi exclusiva de gastronomía, que sea vegana y antiespecista? Para nosotros era importante también que tuviera un sentido político, que no estés consumiendo maltrato animal”, cuenta Maresa Arévalo, una de las organizadoras.
La mayoría de los participantes son personas pertenecientes a diversidades sexuales y de género, en su mayoría de la zona de Laguna Verde, donde inicialmente tuvo lugar la feria. Después se asociaron con la junta de vecinos de cerro Cárcel, que les facilitó un lugar y la conexión eléctrica; ello les permitió acceder a un público más amplio. “Nos gustaría que se transformara en un espacio realmente político, hacer charlas, mostrar documentales sobre el antiespecismo; queremos proyectarnos de esa manera”, cuenta Arévalo.
Maresa Arévalo es también artesana de la comida: elabora fermentados bajo su marca Pivotante. Hace algunos años partió vendiendo preparaciones simples en la calle, pero siempre encontró interesante “la alquimia” de la fermentación. Tras una infinidad de pruebas, hoy ofrece sus preparados en cada versión de la feria. Nos tentamos con un chucrut de repollo morado con pimienta molle silvestre “que es nativo y muy característico de la zona”, y de un picantísimo y muy bien hecho kimchi al merkén. Su versión de este último -vegana, por supuesto- reemplaza la salsa de pescado de la receta tradicional por una decocción de algas que ella misma recolecta en Laguna Verde. Búsquela y pruebe su kimchi -y todas las otras exquisiteces de alguno de los más de 20 emprendedores participantes-.
Maria María está en Beethoven 286, Cerro Concepción. @mariamaria_valpo en Instagram
La feria Rurales realizará su octava versión el domingo 8 de Junio. Para más info, seguir a @rurales.feriagastronomica en Instagram; los fermentados de Maresa Arévalo están en @Pivotante.
Toda la oferta cultural y turística en formato digital
El proyecto VLPO -que cuenta con un sitio web, una app bilingüe y una plataforma de redes sociales- nació “frente a la necesidad de digitalizar la oferta turística de la comuna de Valparaíso integrando también a las zonas aledañas”, nos cuenta Sebastián Labra, encargado de comunicaciones del Departamento de Turismo de la Municipalidad de Valparaíso. La iniciativa nació hace casi cuatro años, en los primeros dos años de la Alcaldía Ciudadana de Osvaldo Jara, y, sobreviviendo al estallido social y la pandemia, se mantiene activa hasta hoy tras varias versiones y mejoramientos.
Se trataba de una necesidad pendiente, tanto para los turistas como para los mismos porteños, de contar en un solo lugar con la cartelera cultural, recreativa, gastronómica y hotelera completa. Y con un detalle crucial, explica el delegado: “que tuviera solamente la oferta turística formal, o sea de servicios que estén registrados en el Sernatur”. Ello garantiza la calidad de estos y deja fuera la rama informal que tantas veces ha hecho pasar rabias a ilusionados visitantes. Aparte, recalca Labra, la herramienta también ha sido provechosa para los emprendimientos turísticos, al permitirles mantener una comunicación permanente con sus potenciales usuarios y una vitrina siempre actualizable de su oferta.
¿El resultado? “La app va teniendo bastante impacto: es una forma más amigable y rápida de ver el turismo, con los estándares digitales que hoy se manejan a nivel internacional. Sobre todo con la app 2.0, que es bilingüe y que muestra eventos, fiestas, talleres, música, ferias, dónde dormir y comer, y mucho más”, relata el encargado. No hay que olvidar que tras cada aviso o dato que aparece en VLPO hay un pequeño emprendimiento cultural, gastronómico o artístico luchando por subsistir, y que el simple hecho de reservar o agregar una actividad a la agenda personal es activar la economía local; es dar oxígeno a ese tan especial fuego porteño que arde aún más bonito cuando hay visitantes.
Aparte de todo ello -y comprobado in situ por esta cronista- la aplicación cuenta con variados y estupendos mapas de diferentes zonas de Valparaíso, como uno del casco histórico -patrimonio de la humanidad -, otro del centro cívico y otro de Playa Ancha. ¿Lo mejor? Al ser completamente descargables, se pueden guardar en el celular y usar aunque no se tenga internet. También hay que destacar la usabilidad de la plataforma: tanto la web como la app son claras y simples de usar, tienen un diseño amigable y están siempre actualizadas con nuevas actividades e informaciones.
“Este es un trabajo prolongado en el tiempo; pronto el sitio web estará en tres idiomas: inglés, portugués y francés, pues esos son mercados importantes para nosotros y que generan muchas visitas turísticas”. Es de esperar que la reactivación del turismo internacional sea rápida, y que algún día, no tan lejano, podamos volver a ver cada colorido rincón del Puerto lleno de nuevas caras sonrientes. Usted, mientras, descargue la app y vaya planificando su viaje, que Valpo está a un paso.
La App VLPO se encuentra disponible para sistemas Android y Apple. En Instagram, Facebook y Twitter, @vlpoinfo. También se puede seguir al Dpto. de Turismo de la Municipalidad de Valparaíso en el Instagram @valpoturistico
Un arcoíris de múltiples colores no se mantiene solo
El tiempo, los rayados y la falta de recursos había hecho de las suyas: las casonas históricas de los barrios patrimoniales, así como los murales más emblemáticos, estaban en estado deplorable. En tales condiciones el epicentro turístico del Puerto querido no estaba en condiciones de mostrar su mejor cara en esta lenta -aunque segura- reactivación turística.
Tal fue, exactamente, el diagnóstico realizado por la Asociación Gremial Hoteles de Valparaíso, ente que reúne a 19 emprendimientos hoteleros de Valparaíso y que postuló, en conjunto con las juntas de vecinos de los cerros Alegre y Concepción, a un proyecto Sercotec para refaccionar fachadas y murales en las zonas en que se encuentran. “Desde el estallido social y luego la pandemia, el deterioro de Valparaíso se hizo tan evidente que era necesario hacer algo urgente por la estética y la identidad del lugar”, señala Karen Lein, Presidenta de la Asociación.
El proyecto PUERTO PANTONE: “Directo al corazón de Valparaíso” logró devolver su color original a cuarenta fachadas de casas particulares, pequeños negocios y también un par de hoteles, además de restaurar dos murales históricos -realizados por artistas locales- que se encontraban dañados. Casi todas las restauraciones se encuentran en el eje de las calles Almirante Montt, San Enrique, Lautaro Rosas y Galos, que coinciden con los principales circuitos turísticos -los mismos que se pueden recorrer siguiendo los mapas de VLPO-.
Así, de paso, se restauró la autoestima de un barrio completo, cuyos habitantes, además de participantes, son beneficiarios inmediatos del mejoramiento. “Es vital para la recuperación de la economía de la región restaurar el capital arquitectónico de Valparaíso. Fue así que en vez de pintar nuestros hoteles, decidimos que se pintaran las casas de nuestros vecinos, el Patrimonio Humano, con el que nos cruzamos día a día. Su calidad de vida para nosotros es primordial”, dice Lein.
Y los vecinos no pueden estar más de acuerdo: “Los murales son una expresión de las personas y los pueblos desde todos los tiempos y en muchas ciudades importantes del mundo. Mantener ese lenguaje en buenas condiciones, sin rayones, es vital para la identidad de una ciudad única que no podemos dejar morir. Esta arquitectura resume todas las influencias de los inmigrantes que fundaron esta ciudad”, expresa la arquitecta, historiadora del arte y gastrónoma María Pedrina, quien facilitó el patio de su casa -y su deliciosa cocina- para el lanzamiento oficial de este proyecto.
Para saber más sobre PUERTO PANTONE, ver este video aquí, o, tanto mejor, visitar Valparaíso y recorrer los cerros Concepción y Alegre con los ojos bien abiertos y la cámara de fotos bien cargada.