Ranking de calidad de los académicos
Excelencia y prestigio académico son factores que buscan las universidades. Una forma de medirlos es mediante la especialización de los profesionales que conforman su cuerpo docente.
Para medir este perfeccionamiento, los indicadores utilizados son las jornadas completas equivalentes (JCE), que corresponde al equivalente del trabajo de un académico contratado por 44 horas.
La razón para utilizar las JCE es que permite no otorgar el mismo valor a un profesor con doctorado que trabaja full time que uno que está contratado por hora. Este indicador es el mismo que recoge la Ocde cuando analiza el panorama de la educación de sus países miembros.
El ranking este año lo vuelve a encabezar la Católica de Vaparaíso, mientras que en segundo lugar se instala la Alberto Hurtado, plantel que en 2017 ocupó la sexta posición. Tras el ascenso de la Alberto Hurtado se encuentra el aumento de sus profesores con doctorado: de 48,3% de su JCE pasó a 54,7%.
La mayor alza en porcentaje de doctorados de las casas de estudio medidas, la tiene la U. Academia de Humanismo Cristiano, que de presentar en 2017 un 15,5% de JCE con doctorado, hoy tiene un 31,6%.
El desafío de las universidades es mejorar y fortalecer la calidad de la educación, por lo que invertir en el perfeccionamiento de sus docentes es clave. Se trata de una herramienta doblemente ventajosa, además de captar alumnos con buenos puntajes, un cuerpo académico preparado logrará que estos generen identidad y lealtad con su casa de estudio.
La red de contactos que un estudiante puede establecer en su paso por la universidad constituye otro factor para los nuevos alumnos. Las políticas nacionales para mejorar la calidad del personal docente se han concentrado en subir este indicador, el que tiene una estrecha relación con la investigación y el desarrollo, especialmente en las áreas definidas como prioritarias para aumentar la competitividad del país.
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