La Plaza Mayor, en el centro de Lima, se encontraba hoy con la misma agitación de siempre: personas paseando y turistas tomándose fotos, mientras en los cafés aledaños la conversación se centraba en el partido amistoso que este viernes jugará la selección peruana frente a Croacia y en la venta del Álbum Panini, que por primera vez en 32 años incluirá a Perú. Tal es la efervescencia mundialera que el álbum se agotó en su primer día de venta.
Solo unas vallas y el refuerzo policial en el centro de la ciudad reflejaban la tensión que se ha vivido en el Palacio Pizarro, donde el miércoles el Presidente Pedro Pablo Kuczynski presentó su renuncia luego de que la balanza de votos se inclinara hacia su destitución al día siguiente en el Congreso producto de la divulgación de unas grabaciones -en video y audio- que implicaban al abogado del mandatario, a dos de sus ministros y a tres congresistas del bloque de Kenji Fujimori, en "negociaciones" de entrega de obras públicas a cambio de votos para evitar la salida del Presidente.
Para el analista Fernando Rospigliosi, la "tranquilidad" en Perú se explica porque quienes más se asustan en estas circunstancias , como los empresarios y la Bolsa, han reaccionado bien. "Este es un proceso que viene desde hace meses y evidentemente ya estaba más o menos la idea de que en algún momento iba a ocurrir. Como la transición se está produciendo ordenadamente, va a asumir (este viernes) el vicepresidente Martín Vizcarra, quien es un hombre moderado, no hay mayor preocupación por lo que pueda ocurrir. Pero ya veremos cuando Vizcarra forme su gobierno. Esa será la primera prueba: si inspira confianza o no", explica a La Tercera quien fuera ministro del Interior en el gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006).
Pese a la aparente tranquilidad, en los programas de televisión el debate estaba centrado en la figura de Martín Vizcarra, quien por su rol como embajador en Canadá, debía arribar a Lima a última hora de anoche. La Constitución peruana establece que en caso de renuncia presidencial, el vicepresidente debe completar el período presidencial. Es decir, hasta 2021.
Vizcarra, que estima que en 10 días tendría listo su gabinete pero que aún no ha hablado "con nadie", debe asumir una vez que el Congreso acepte la renuncia de PPK o lo destituya, como pretende parte de la izquierda peruana.
De todos modos, algunos analistas estiman que el mandato de Vizcarra podría ser breve y que luego él mismo dé un paso al costado para propiciar los comicios.
A Keiko Fujimori, la principal artífice de la caída de PPK le conviene sostener a Vizcarra hasta que se despeje su camino a la Presidencia. Ello, porque Keiko también está implicada en el escándalo Odebrecht. La hija de Fujimori pretende postular por tercera vez al Palacio Pizarro tras sus dos fracasos electorales en 2011 y 2016.
A su vez, al antifujimorismo le conviene generar un escenario que propicie elecciones anticipadas, ya que en este momento la imagen de Keiko está por el suelo.
"Que se vayan todos"
Por eso, existía consenso entre los congresistas de Fuerza Popular de respaldar a Vizcarra para que termine su mandato. En su editorial de hoy, el diario El Comercio señaló que Vizcarra tiene "un reto grande por delante". "Si se crece para enfrentarlo, no estará solo. Tendrá al Perú detrás", apuntó.
Sin embargo, Vizcarra no tendrá a todo el país detrás. Así, al menos lo piensa Janet Flores, vendedora de un negocio cerca del Palacio Pizarro, que cree que es necesario que se adelanten las elecciones "para que se vayan todos los corruptos".
"El Presidente mintió y siguió mintiendo, al igual que todos los políticos de este país", añadió Flores. Muchos piensan como esta vendedora. De hecho, una encuesta de GfK divulgada hoy por el diario La República reveló que el 49% de los peruanos quiere que se realicen nuevas elecciones.
En esa línea, La República señaló que Vizcarra podría "considerar medidas dramáticas, como propiciar, con el respaldo ciudadano, la convocatoria a nuevas elecciones. Un estadista tiene el deber de descifrar el clamor de la ciudadanía en esta emergencia".
"La continuidad con Vizcarra es una mejor carta. Primero porque es una carta conocida, mientras que las elecciones son un bueno por conocer. Segundo, porque la continuidad de Vizcarra obliga al país político, al gremio político, a mejorar, a organizarse, a tratar de llevar las cosas adelante. Vamos a ponerlo al revés, las elecciones adelantadas no serían realmente la búsqueda de una solución, sino el reconocimiento de un fracaso", explicó a La Tercera el analista Mirko Lauer.
La despedida
El día después de la tormenta estuvo marcado por la discusión en el Congreso respecto de la renuncia de Kuczynski. Según Rospigliosi, si lo destituyen sólo sería "simbólico". "Es lo mismo que ocurrió con Alberto Fujimori en 2000. Él renunció, el Congreso no aceptó la renuncia y lo vacó. Entonces le impuso una sanción de 10 años de inhabilitación política, que en el caso de Kuczynski es simbólico porque no va a volver a la actividad política. Pero algunas personas piensan que dado el comportamiento de Kuczyinski, la manera que ha tenido de renunciar, tan agresiva, sin reconocer errores y luego en un pequeño mitin (fuera de su casa) ha llamado delincuentes a sus opositores, esto sería una manera de responder ante esta insolencia", añadió.
En una escena algo extraña, PPK volvió al mediodía al Palacio Pizarro para despedirse de los trabajadores. Aunque desde este viernes ya no será jefe de Estado, su destino no está para nada claro. Lo único confirmado, es que fue solicitado su arraigo.