¿Es delito informar? ¿Es delito contar que un pueblo golpea cacerolas vacías como grito de protesta contra un gobierno abusivo? ¿Es delito explicarle al mundo que el hambre está matando a un país que fue rico? Por supuesto que no. Pero por hacer todo eso, mi hermano Braulio Jatar lleva 56 días encarcelado.
La tragedia de Braulio no es única en Venezuela. En mi país mueren adultos y recién nacidos por falta de medicamentos; los hospitales psiquiátricos han dado de alta a sus pacientes pues no hay psicotrópicos para mitigar su sufrimiento; los suicidios han aumentado brutalmente. ¿Qué pasó? ¿Cómo llegamos a esto?
Cuando el petróleo estaba a 100 dólares el barril, el gobierno se endeudó como si estuviese a 200 dólares, y con ese dinero se dedicó a destruir la producción nacional. Expropió y sometió a estrictísimos controles a todo tipo de empresas, incluidos los medios de comunicación. La mayoría de los medios de comunicación quedaron bajo el dominio de un gobierno que pretende controlar a la opinión pública. A mi hermano Braulio le quisieron comprar su portal digital Reporte Confidencial, pero no aceptó pues quiso seguir denunciando las erradas políticas del gobierno y la corrupción vergonzosa.
Hoy, la resaca posterior a la fiesta de las rentas petroleras tiene a Venezuela sin la capacidad de producir, con empresas destruidas. Peor aún, el gobierno irresponsable decidió pagar hasta el último dólar de la deuda a Wall Street y le niega las divisas a importadores de medicinas y alimentos.
El hambre arrecia y las violaciones a los derechos humanos se multiplican. Más de cuatro mil venezolanos han sido detenidos en los últimos dos años y medio por expresar su descontento. Hay más de 100 presos políticos. Centenares de mujeres que han gritado su desesperación en las inútiles colas de venta de comida han sido brutalmente golpeadas por fuerzas de seguridad.
¿Qué es más importante, el derecho a la alimentación o el derecho de expresión? El Premio Nobel de Economía Amartya Sen dice que nunca se han registrado hambrunas en lugares donde hay democracia y libertad de prensa. Hu Ping sostiene que la hambruna de la China de Mao, que mató a más de 30 millones de personas, no habría ocurrido si ese país hubiera tenido libertad de expresión. Venezuela está al borde de la hambruna por las políticas económicas equivocadas de un gobierno totalitario y porque la libertad de expresión y de prensa han sido cercenadas por el régimen.
Por informar sobre esa desesperación, mi hermano Braulio Jatar está preso en una cárcel de alta seguridad. No ha visto a su familia. Apenas tres veces ha podido hablar con su abogado. Le raparon la cabeza y le pusieron uniforme de reo sin haber enfrentado juicio. Lo sometieron a aislamiento y toda clase de privaciones físicas y sicológicas. Ha bajado 12 kilos. En Isla Margarita ha habido otros cacerolazos, pero mi hermano no está ahí para contarlo. Eso es lo que ellos querían. ¿Hasta cuándo seguiremos permitiéndolo? El gobierno chileno ha apoyado activamente a mi hermano. La prensa chilena ha hecho mucho para dar a conocer su historia. Lo agradezco de corazón, y pido con todo respeto a la Presidenta Bachelet que escuche el clamor de Venezuela y de sus presos políticos y les ayude a recuperar su libertad.
*Hermana de Braulio Jatar, chileno preso en Venezuela.