Latinoamérica es una de las regiones con peores resultados en la lucha contra el Sida en el mundo y nuestro país ha ganado el tristemente célebre título de campeón del continente. Otras regiones han logrado avances sustanciales en la lucha contra el Sida, mientras nosotros retrocedemos a un ritmo vertiginoso. De acuerdo al recién emitido informe VIH 2016 de Naciones Unidas, África, el continente más golpeado por la epidemia logró, entre 2010 y 2016, una disminución de un 29% en el número de nuevas infecciones por VIH mientras Latinoamérica mantuvo la tasa de contagios. En este escenario Chile es destacado por ser el país con mayor aumento en el número de casos de VIH con un incremento del 34% contra un aumento de 3% en Brasil y Argentina. La comunidad científica nacional y la Corporación Sida Chile vienen hace 2 años denunciando a la autoridad sanitaria y a la opinión pública el aumento sostenido de nuevas infecciones especialmente en jóvenes de 15 a 29 años y solicitando una respuesta país a este grave problema. El Instituto de Salud Pública confirma que en el año 2015 el 46,7% de los nuevos casos correspondió al segmento de 13 a 29 años, con un aumento de más de un 50% en la tasa de nuevas infecciones en jóvenes. Aún no hay respuesta en cuanto a políticas públicas por lo cual hemos promovido iniciativas privadas de intervención en testeo y prevención.
Volvamos a este vergonzoso primer lugar. ¿Qué hemos hecho para merecer este título? ¿Despriorizar el VIH en los programas de gobierno? ¿Mantener estrategias anquilosadas de prevención? ¿Desconocer los comportamientos sexuales de riesgo en la juventud? ¿Dificultar al máximo la realización del test de VIH? ¿Mantener tratamientos obsoletos a disposición de los pacientes? La respuesta correcta es: Todas las anteriores. Entre otras razones.
El VIH se ha olvidado. No forma parte de la agenda política de gobernantes ni de organizaciones civiles. La opinión pública cree que ya es un tema controlado, que tiene tratamiento, que nadie muere de Sida o, incluso que sólo es un tema de gays o de inmigrantes. Grave error. El VIH es la epidemia más "democrática" que ha existido, afecta a hombres y mujeres de todas las edades y niveles socioculturales y ha aumentando en todos los grupos y en todas las regiones del país en los últimos 5 años. ¿Tiene tratamiento? Sí. Una terapia de por vida que permite que la persona no enferme ni contagie la infección, siempre y cuando se diagnostique y trate oportunamente. En Chile, más del 40% de los casos se diagnostica con enfermedad muy avanzada y muchos mueren a pesar del tratamiento debido a su inicio tardío; la tasa de mortalidad por Sida en Chile aumentó de 2,3 a 3/100.000 habitantes. El diagnóstico en Chile es una deuda terrible; menos de la mitad de los infectados se encuentra en control y tratamiento. Los medicamentos disponibles en el Sistema Público de Salud son obsoletos y con serios problemas de distribución generando una grave discriminación hacia los pacientes públicos respecto de un sistema privado que cuenta con medicamentos modernos garantizados.
¿Se puede prevenir? Por cierto que sí. La Organización Mundial de la Salud promueve las estrategias de prevención combinada, basadas en la evaluación de los riesgos específicos, que incluyen educación, uso de condón, testeo y uso de antirretrovirales para la prevención, con el objetivo de erradicar el Sida al año 2030. Chile va en sentido contrario. La prevención se promueve una vez al año con una campaña de uso de condón, el examen del VIH se hace principalmente en recintos asistenciales con trabas para su realización y casi nula oferta de test rápidos. Otros países de Latinoamérica y muchos en el mundo incorporaron autotests de libre disponibilidad y tienen entrega gratuita de medicamentos para prevenir la infección a ser tomados en forma previa o posterior a una potencial exposición.
Si repetimos la fórmula tendremos los mismos resultados. No basta con una nueva campaña de promoción del condón. Es necesario sincerar la realidad país. El riesgo de transmisión ha aumentado, especialmente en jóvenes, por la no adopción de conductas de sexo seguro, y factores como número de parejas sexuales, sexo colectivo, uso de alcohol y drogas recreativas durante encuentros sexuales e incluso casos de exposición voluntaria a VIH son una realidad. Se necesita incorporar nuevas estrategias. Se requiere que el país entero tome conciencia de que esto es una emergencia. Cada día se infectan 12 personas en Chile a pesar de más de 20 años de campañas. ¿O hay que esperar que el próximo sea usted? ¿O su hijo o hija?