Alguien dijo una vez que la locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. Y es eso lo que ha ocurrido en las últimas décadas. gobierno tras gobierno se hacen falsas promesas, al poco andar emerge la violencia, se presentan sendas querellas, unos piden que se aplique el Estado de derecho y otros replican que este no existe, se dictan larguísimas prisiones preventivas, luego vienen las huelgas de hambre, aparecen los oportunistas políticos que toman palco solo para criticar, se crean ilusas mesas de diálogo, se absuelve o condena a los imputados, luego vienen otra vez las falsas promesas, repitiéndose el mismo guion una y otra vez.
En la última semana dos hechos monopolizaron la agenda comunicacional, uno de ellos la "Operación huracán", en donde se detuvo a los supuestos cabecillas de la CAM y la WAM, paradojalmente para muchos no está en discusión la inocencia de los imputados, con un par de WhatsApp basta para declararlos terroristas. Los más descarados son los políticos que rasgan vestiduras defendiendo su inocencia cuando se les acusa a ellos de corruptos por emails en donde les dicen hasta como votar, para que hablar, de los audios en donde supuestamente algunos carabineros ofrecían sus servicios como guardias privados.
Después, entre gallos y medianoche el gobierno pidió modificar la prisión preventiva de los cuatro mapuche en huelga de hambre, y prometieron enviar al Congreso dos iniciativas legales para modificar la ley antiterrorista y los requisitos y plazos para la prisión preventiva. Días después el Ministro de Interior, Mario Fernández anuncio que el gobierno pedirá recalificar delitos de carácter terrorista en la querella contra mapuche que estaban en huelga de hambre.
Honestamente, no recuerdo un gobierno más oportunista en materia indígena que el segundo de Michelle Bachelet. Primero, importa bien poco que el gobierno haya pedido la recalificación del delito, toda vez que el Ministerio Público sigue su causa bajo la calificación de terrorista. Además, es irrisorio que en los últimos seis meses de Gobierno digan que enviaran dos nuevos proyectos de ley, cuando no pudieron en 4 años aprobar los proyectos de ley para crear el Ministerio y el Consejos de Pueblos Indígenas.
¿Qué pasara después? Bachelet dirá: Si los huelguistas fueron condenados por ley antiterrorista es culpa del Ministerio Público, si no se aprobaron las modificaciones legales, es culpa del Congreso. Dejando en evidencia que el perdón de Bachelet era mera demagogia y su nombramiento como integrante de una junta consultiva de alto nivel sobre mediación de la ONU es un chiste cruel.
Lo más frustrante de todo es que discusión se centra en si los actos son terroristas o comunes, y no en la solución al conflicto, existe un grupo minoritario de izquierda que dice que nada es terrorismo, mientras que otro grupo minorista de extrema derecha dice que todo es terrorismo, otro grupo, más numeroso y más sensato, dice que, si bien son terroristas, no representan a los mapuche y suelen preguntarnos a los mapuche si nos representan o no. Al respecto, el peñi Francisco Huenchumilla fue muy claro en el programa "En Buen Chileno" de Canal 13 y con eso se ganó mi voto:
"El mundo mapuche tienen como dos o tres estrategias, la inmensa mayoría, se va por la estrategia del diseño político, por la acumulación de poder político y hay un sector que dejo de creer en el Estado, por los abusos, por el racismo y escogió el camino de la violencia, pero no nos equivoquemos, porque donde hay unanimidad en el mundo mapuche es en la identidad, en que somos un pueblo, hay unanimidad en que somos un pueblo anterior al Estado chileno, hay unanimidad en que el Estado chileno nos despojó de nuestras tierras en el siglo XIX. Por lo tanto, hay acuerdo en el fondo con divergencias en las estrategias, pero en los objetivos finales naturalmente que hay un gran acuerdo".
Reducir el Conflicto Chileno - Mapuche a un tema de pobreza o violencia ya ni siquiera es ignorancia, es derechamente mala fe, se busca invisibilizar las demandas del pueblo mapuche, sumergiéndolas entre lo marginal y lo terrorista, dando como solución subsidios o querellas, pero sin avanzar en los problemas de fondo, esto tiene que ver con que el pueblo mapuche existía antes de la creación de la nación chilena, que posteriormente el Estado chileno nos expropio nuestras tierras y nos quiso asimilar a la nación chilena y que a pesar de lo anterior, en pleno siglo XXI seguimos existiendo.
Podemos seguir haciendo lo mismo de siempre, creyendo que es posible superar la pobreza con subsidios y solucionar el conflicto con querellas, o, podemos cambiar de estrategia y construir un nuevo futuro. Por supuesto que existe pobreza y violencia, pero estas son efectos y no causas del conflicto. Lo único cierto es que debemos abandonar la estrategia de prevenir el terror en unos sembrando el pánico en los otros, ya que esta ha tenido por único resultado la muerte de unos y otros por igual. Ojalá no nos demos cuenta tan tarde que pudimos haber evitado irnos directo al despeñadero…