Lucybell es una banda extraña, única. Ajenos a la épica de Los Prisioneros, Los Tres o La Ley, cuyas bitácoras registran drogas, sexo y traiciones en perfecta sincronía con las leyes extra musicales del rock clásico, las turbulencias del largo historial del grupo fundado en la Universidad de Chile en 1991, contando deserciones y excesos etílicos, han quedado fuera de su imagen y relato. Para la prensa nunca fueron carne de titulares. En vivo zigzaguean. Ofrecen jornadas magníficas, otras para olvidar. 

A cambio Lucybell tiene canciones, sonido y estilo inconfundibles.

Un profundo romanticismo funciona como motor de su expresión artística. El amor y la pareja copan casi la totalidad de la lírica. La base de su fanaticada está arraigada en una clase media mayoritariamente femenina que disfruta de un material en clave rock sugerente de relaciones intensas. En las composiciones de Lucybell nada sucede a medias.

Magnético es el primer álbum desde el EP Poderoso (2013), proyecto que intentó reunir a los integrantes originales sin mucha química. Los últimos años han sido más de conmemoraciones por discos claves -Peces (1995) y Viajar (1996)-, que de novedades. El vocalista y guitarrista Claudio Valenzuela vive la mitad del año en Boise, Idaho, localidad cercana a la frontera de Canadá. Esa distancia marca este retorno. El disco les tomó tres años.

Como en las parejas de larga data que se separan un tiempo, esta lejanía ha surtido efecto. Autoproducido, Magnético subraya las fortalezas del conjunto, combinación de energía, pulso y decibel enfundada en la seductora fragilidad de Valenzuela como intérprete. La dicción peculiar y la cómoda alternancia entre falsetes y tonos graves siguen siendo rúbrica. En esta colección esas características sencillamente brillan en canciones como Perfección, un concentrado de lo mejor que Lucybell sabe hacer.

A pesar del romanticismo dominante esta vez el líder toca asuntos políticos. Indestructible alude sin eufemismos a los detenidos desaparecidos: "Me vas a electrocutar, me vas a mutilar, y me vas a lanzar desde el aire (...) pero nunca podrás destruirme".

El aporte del baterista Cote Foncea y el bajista Eduardo Caces sigue en perfecta alineación. Foncea no solo es uno de los mejores en su puesto en Chile sino un músico versátil como compositor y guitarrista. Caces no hace aspavientos, pero si retiras su labor el andamiaje se desmorona.

Magnético no es el disco de la madurez porque ese punto ya lo cruzaron. Es el álbum que nos recuerda la singularidad de Lucybell con una convicción que habían extraviado.