Dado que no es viable expulsar a decenas de miles de personas, el plan del gobierno para una regularización parece inevitable. Pero para ello debe dar plenas garantías de un control efectivo de la frontera, algo en lo que aún hay dudas.
Opinión
Editorial
Las cortapisas que distintos sectores están colocando, a lo que se suma la ausencia del gobierno, abren dudas sobre la voluntad de sacar adelante cuanto antes una reforma que aborde sobre todo la extrema fragmentación de nuestro sistema político.
Voces
Correos de los Lectores
Humor
Columnas anteriores
Maisa Rojas y Carlos Montes C.
Colombina Schaeffer y Josefina Correa