Columna de Pamela Álvarez: STEM sin barreras para un mejor futuro

Ciencia

En Chile, "sólo cerca del 30% de los estudiantes en carreras de Ingeniería, Tecnología y Ciencias Exactas son mujeres, a pesar de que aproximadamente el 52% de los estudiantes de educación superior pertenecen a este género. Es fundamental que, tanto el sistema educativo como las familias y las instituciones, trabajen de manera conjunta para cambiar esta realidad", dice Pamela Alvarez Marambio, directora del Departamento de Ciencias de la Ingeniería de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Andrés Bello.


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Pronto se rendirá la PAES (Prueba de Acceso a la Educación Superior), y la elección de una carrera es una oportunidad para seguir los sueños y aportar al desarrollo del país. Sin embargo, no todos los jóvenes pueden escoger libremente sus metas y deseos. Aún persiste una brecha significativa en las áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM), en la que las mujeres, a pesar de contar con las mismas capacidades que los hombres, siguen siendo minoría.

Si bien en Chile a participación femenina en carreras del área STEM ha aumentado en las últimas décadas, sigue siendo baja e insuficiente. Sólo cerca del 30% de los estudiantes en carreras de Ingeniería, Tecnología y Ciencias Exactas son mujeres, a pesar de que aproximadamente el 52% de los estudiantes de educación superior pertenecen a este género.

Estas cifras no deben hacernos perder de vista que las mujeres, al igual que los hombres, tienen aptitudes excepcionales para desenvolverse en estas áreas. Diversos estudios muestran que mujeres y hombres tienen habilidades similares en cuanto a la resolución de problemas, la creatividad y la capacidad analítica, competencias claves en las disciplinas del área STEM.

La diferencia radica en las oportunidades y los apoyos que reciben hombres y mujeres desde temprana edad. La falta de representación femenina en estas áreas y los sesgos socioculturales que se perpetúan desde la infancia, como la idea errónea de que las ciencias y la tecnología son “para hombres”, limitan el potencial y truncan los sueños de muchas mujeres que, de no ser por estas barreras, podrían sobresalir en estos campos.

Es fundamental que, tanto el sistema educativo como las familias y las instituciones, trabajen de manera conjunta para cambiar esta realidad. Un paso crucial es el apoyo incondicional a las jóvenes que sueñan con carreras STEM. En este sentido, la Universidad Andrés Bello lanzó la segunda convocatoria al Premio Ada Byron, que busca resaltar la labor de las mujeres en áreas como la ingeniería y la tecnología.

Asimismo, las familias juegan un papel fundamental en la toma de decisiones, y es esencial que fomenten el interés de las niñas en las ciencias y la tecnología desde temprana edad, sin limitarlas por prejuicios. Las niñas deben sentir que no hay barreras para ellas en ninguna carrera, y que pueden lograr cualquier cosa que se propongan. El apoyo en el hogar y el reconocimiento de sus logros en áreas como las matemáticas o la tecnología son esenciales para su motivación y autoestima.

Por otro lado, es vital que las universidades y las empresas se comprometan a crear entornos inclusivos que favorezcan la participación de las mujeres en estas áreas. Esto implica desde programas de mentoría que conecten a las estudiantes con profesionales consolidadas, hasta políticas que promuevan la igualdad salarial y el acceso equitativo a oportunidades de liderazgo. Incluir más mujeres en estas áreas no solo beneficia a las mismas mujeres, sino que también a la sociedad en su conjunto.

La diversidad de perspectivas en la ciencia y la tecnología contribuye a la innovación y mejora de soluciones a problemas complejos, desde la lucha contra el cambio climático hasta el desarrollo de nuevas tecnologías de la salud.

De esta forma, incorporar más mujeres en las disciplinas STEM es una oportunidad para fortalecer el desarrollo económico y social de Chile. Si más mujeres se interesen por carreras científicas y tecnológicas, estaremos construyendo una sociedad más equitativa, innovadora y competitiva. Las mujeres tienen mucho que aportar en todas las áreas del conocimiento, y es responsabilidad de todos apoyarlas para que puedan seguir sus sueños sin limitaciones.

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