El sencillo ejercicio que ayuda a perder grasa abdominal y mejora la salud
Si buscas bajar de peso, mantenerte en forma y/o mejorar tu salud, existe un ejercicio accesible, fácil y que no requiere equipamiento, solo ganas y constancia.
Si es que sientes motivación para ponerte en forma y mejorar tu salud, existe un ejercicio simple con el que puedes comenzar a moverte, bajar de peso y mantenerte en forma. No necesitarás más herramientas que tus propias piernas y un poco de tiempo al día.
Se trata de caminar. Según un estudio publicado en Journal of Exercise Nutrition & Biochemistry, dar una buena cantidad de pasos cada día tiene múltiples beneficios, entre ellos, la reducción de grasa en el abdomen, que es considerada la más peligrosa entre todas.
Y es que tener demasiada grasa en la zona visceral está relacionada con enfermedades como la diabetes tipo 2 y los trastornos cardiovasculares, como los infartos.
Así es cómo deberías planificar tus caminatas para convertirlas en tu hábito saludable por excelencia.
Cómo comenzar a caminar para bajar de peso
Lo primero que hay que saber es que caminar no hará que bajes de peso de la noche a la mañana, pero sí es un excelente hábito que tiene resultados indiscutibles, mientras más consistente seas.
Según la prestigiosa Mayo Clinic de Estados Unidos, caminar es un ejercicio sencillo, accesible y económico que permite quemar calorías, mejorar la composición corporal e incluso beneficiar a la salud mental.
Sin embargo, si lo que quieres es potenciar la quema de grasa abdominal —aunque, en realidad, no es posible quemar grasa solo en una parte del cuerpo específica, sino que se hace en su conjunto—, debes programar así tus caminatas:
- Alterna la velocidad. Puedes comenzar a caminar con un ritmo moderado por unos dos minutos y después aumentar la velocidad para caminar más rápido durante otros dos o tres minutos e ir bajando. Los intervalos pueden aumentar la quema de calorías y la resistencia.
- Camina con inclinación. Ya sea en una trotadora o al aire libre, caminar cuesta arriba puede activar muchos más músculos que haciéndolo sobre un nivel plano. De hecho, los que están en el abdomen se activan en esta postura y, por tanto, se queman muchas más calorías.
- Añade otros ejercicios. Si ya dominaste las caminatas, puedes aprovechar el pasto o algún parque para complementar la caminata con otros ejercicios como flexiones, sentadillas o pesas ligeras.
- Usa peso al caminar. Si crees que estás listo para otro nivel más intenso de caminata, puedes añadir peso extra a tu cuerpo para así hacerlo más desafiante y mejorar la resistencia. Por ejemplo, puedes utilizar chalecos con peso o tomar dos pesas ligeras en tus manos al andar.
- Prefiere entornos naturales. Si te gusta el senderismo o el trekking, practicar tus caminatas en terrenos irregulares puede ser una buena estrategia para mejorar la resistencia y quemar más grasa. Y es que la dificultad de andar en estos caminos estimulan más al cuerpo y sus distintos músculos.
- Aliméntate de forma equilibrada. Si el gasto de energía es alto, lo mejor será consumir carbohidratos saludables antes, para así mantener la energía y resistencia. Además, no debes olvidar alimentarte con proteínas después de ejercitarte para ayudar a tus músculos a recuperarse y crecer.
Beneficios de caminar para adelgazar
Entre los beneficios de caminar a diario están la pérdida de grasa y baja de peso, en especial la que rodea el hígado y el corazón. Esto está estrechamente vinculado con la reducción de enfermedades metabólicas.
Por otra parte, las caminatas reiteradas reducen la presión arterial, controlan el colesterol y fortalecen el sistema cardiovascular.
También reducen el azúcar en la sangre, ya que ayuda a estabilizar la glucosa.
Y, como extra, caminar al aire libre también reduce el estrés, la ansiedad y mejora el estado de ánimo. Esto, porque estimula la liberación de endorfina, también llamada como la hormona de la felicidad.
Para ver los beneficios en tu cuerpo, debes ser constante y caminar al menos cinco días a la semana. Los expertos aconsejan cambiar las rutas cada cierto tiempo para no perder el hábito por el aburrimiento.
También es importante hidratarse: deberás tomar agua antes, durante y después de tus caminatas.
Y, para no dejar el hábito a medias, también será importante establecer metas realistas. Puedes comenzar con caminatas cortas y de baja intensidad y aumentar los niveles a medida que te sientes cómodo y preparado.
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