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Cristián Valenzuela
El heredero de Allende ha fracasado y no tiene ni en La Moneda, ni en la calle, el apoyo suficiente para impulsar sus reformas, no porque haya una nación imperialista planificando un bloqueo imaginario, sino que simplemente porque son reformas de mala calidad, que no concitan ni siquiera el apoyo de la coalición que él aspira a representar.
¿Por qué tuvimos que esperar dos años para que el gobierno reaccionara? ¿Por qué dejamos que un capricho ideológico permitiera el avance sin control del crimen organizado? ¿Cuántas muertes se podrían haber evitado si es que el Presidente y sus Ministros hubiesen dejado su sesgo antimilitar?
La verdad, es que el show de Javiera Contador fue fome. Muy fome. Relatos inconexos, chistes sin remate y narraciones muy extensas que, frente a un público que venía de una experiencia increíble con Bocelli, simplemente no logró entusiasmar.
Justo en medio del debate de pensiones, donde el propio Presidente emplaza a la oposición a subir la PGU a 250 mil para apoyar a los abuelitos, al mismo tiempo que cual monarca concede una pensión jugosa a esta tropa de angelitos.
Pero la primera chamba de una periodista, por muy insensible y ridiculizable que sea, no se compara con la primera chamba de un gobierno inexperto, incapaz e inepto para resolver los problemas graves de millones de chilenos que se multiplican día a día.