En la librería me esperaban dos policías uniformadas, muy bonitas ambas, y dos guardaespaldas afroamericanos vestidos de negro. Les di la mano, les pregunté sus nombres, les agradecí por cuidarme, al tiempo que me preguntaba si no sería una exageración que cuatro custodios armados se mantuvieran a unos pocos pasos de mí, en previsión de algún atentado. ¿Podía alguien irrumpir en la librería y atacarme a tiros o cuchillazos?
3 jun 2023 07:47 PM