Columna de Cinthia Quezada: Obesidad infantil en Chile: necesitamos acción legislativa

Obesidad Infantil

Según el último reporte sobre estado nutricional presentado por la Junaeb en el año 2024, el 50% de los escolares evaluados en Chile, presenta algún grado de sobrepeso u obesidad, una cifra preocupante que refleja la magnitud del problema.

La obesidad infantil acarrea serias consecuencias para la salud: físicamente, aumenta el riesgo de enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, hipertensión y problemas metabólicos que pueden derivar en enfermedades cardiovasculares, y a nivel psicológico, se asocia a depresión, ansiedad o baja autoestima, lo que puede impactar la concentración, el aprendizaje y el rendimiento académico.

Es por eso por lo que esta problemática exige una intervención integral que involucre a diversos actores, comenzando por el Estado y donde la academia, la industria alimentaria, las familias, las escuelas y el sector privado cumplan un rol fundamental.

Si bien se han tomado algunas medidas, como campañas de sensibilización sobre la importancia de la actividad física, la ley 20.606 del etiquetado nutricional, y la estrategia para detener la aceleración del sobrepeso y la obesidad en la niñez y adolescencia 2023-2030, entre muchas otras, estas no han sido suficientes.

Es necesario fortalecer estas políticas con medidas más contundentes. Por ejemplo, aumentar horas de educación física en escuelas en forma transversal, al menos a 2 horas a la semana; mejorar los espacios comunitarios, ampliando las áreas verdes y plazas para fomentar la actividad física en un entorno seguro; implementar estrategias que fomenten entornos escolares más saludables, donde las colaciones sean alimentos como frutas, verduras, cereales altos en fibra y lácteos; y por cierto, es muy necesario realizar educación alimentario nutricional y talleres de cocina saludable a estudiantes y sus familias, integrándolo al currículo escolar.

En resumen, solo a través de un enfoque integral, sistemático, mediante el fortalecimiento de políticas públicas eficaces se podrá revertir la tendencia creciente de obesidad infantil y mejorar la salud y el bienestar de las futuras generaciones.

Por Cinthia Quezada Ramírez, Académica de Vinculación con el Medio Carrera de Nutrición y Dietética Universidad San Sebastián

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