El ahora ex senador asume en un momento, por decir lo menos, desafiante. No sólo tiene una coalición oficialista en desorden y conflicto; además entra a un gobierno impopular, desgastado y enfrentando la profunda crisis económica gatillada por la pandemia del coronavirus. Con el plebiscito de octubre como gran test y un posible rebrote del estallido social como gran amenaza, el nuevo jefe de gabinete no tendrá una “luna de miel”.
La Tercera
29 jul 2020 06:00 AM