"Se entiende menos que chino". Más de alguna vez hemos escuchado esta frase cuando alguien no comprende la letra de otra persona o una mala pronunciación, haciendo alusión a los clásicos caracteres de un idioma que a más de 19 mil kilómetros de distancia de Chile parece tan difícil de aprender. Pero no lo es.
Con una historia de más de 4.000 años (el español tiene 1.400 años), el chino mandarín es el idioma oficial de la República Popular China. Un dialecto original de Beijing ("Capital del norte") que, según las estadísticas oficiales, es la lengua más hablada del mundo. Al igual que otros idiomas, como el español, tiene sus propios acentos y palabras, sobre todo al ser hablado en un país con 23 provincias y 56 etnias. El chino mandarín no es el dialecto de Beijing, sino un idioma común de la nación china, tiene la pronunciación estándar del dialecto de Beijing, y está basado en los dialectos del norte de China.
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Existen cuatro tonos distintos. Si alguien comienza y no tiene ninguna base de chino hay que saberlos diferenciar claramente, porque se puede estar utilizando la palabra correcta, pero no el tono, cambiando el significado.[/caption]
Andrea Mella, coordinadora cultural del Instituto Confucio para América Latina y profesora de chino mandarín, sabe de la complicación que existe en un inicio entre los chilenos al querer saber qué hay detrás de esos trazos. "Los alumnos llegan con mucho miedo, lo que es bueno y malo a la vez, porque, cuando tú hablas del idioma Chino, por lo general se ve algo muy complicado que no van a entender nunca. Pero una vez que empiezan se van dando cuenta que no es tan difícil", dice.
Andrea vivió 9 años en China y estudia el idioma desde 2007. Ella sabe que lo fácil del mandarín es que tiene muy poca gramática en comparación con el español, ya que este último cuenta con verbos, sustantivos y tiempos verbales más complejos.
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Para aprender chino mandarín, se recomienda dar tiempo para escribir y repetir mil veces los caracteres.[/caption]
A su turno, Belén Alarcón es la coordinadora de proyectos en la corporación Cruzando El Pacífico, y desde 2016 estudia chino mandarín. Dice que las dificultades más grandes que se dan en un hispanohablante para aprender la lengua oriental gira en torno a tres puntos:
La pronunciación: son consonantes y vocales que no son propias de un hispanohablante. Hay algunas similares a la pronunciación en español, sobre todo las vocales que son las que se hacen más fáciles de aprender. El resto requiere un estudio anatómico, incluso de la posición de la lengua, la boca o si las consonantes son aspiradas o no.
Los tonos: son cuatro tonos distintos. Si alguien comienza y no tiene ninguna base de chino hay que saberlos diferenciar claramente. Uno puede estar utilizando la palabra correcta, pero no el tono correcto, por lo que uno podría estar diciendo algo fuera de contexto. Por ejemplo, "mamá" si es mal pronunciado puede entenderse como "caballo".
Los caracteres: la dificultad es que son casi pictogramas, casi dibujos y cada carácter tiene su forma de escribirse porque existen trazos, los cuales tienen su nombre y orden. Hay que saber cómo dibujarlos.
"Los alumnos llegan con mucho miedo, porque, cuando tú hablas del idioma chino, por lo general se ve algo muy complicado que no van a entender nunca", dice Andrea Mella, coordinadora cultural del Instituto Confucio para América Latina.
Si somos drásticos, el diccionario más completo de chino mandarín que ha revisado la profesora Mella cuenta con 50 mil los caracteres; pero para no asustar a los iniciados, se consideran necesarios 3 mil caracteres para actos cotidianos como leer el diario. La base del nivel básico que el Instituto Confucio enseña son 100 caracteres.
Alarcón agrega que "es importante entender que existen caracteres simples o compuestos y tener claro el concepto de radicales". Los radicales son partículas que forman caracteres y que se van repitiendo, los cuales dan tanto el significado como la fonética. Conociendo estos radicales se va comprendiendo el significado de palabras: la palabra río tiene un radical de agua, el cual puede repetirse en conceptos como bebida o mar.
Los tips a considerar
Ambas profesionales coinciden en que la clave para aprender chino es insertarse en el conocimiento de la cultura. Siempre va a ser un punto adicional el querer aprender frente a un hablante nativo: los chinos no esperan que uno hable su lengua. "El interlocutor chino agradece el esfuerzo que, a lo mejor, tiene el nativo hablante inglés, que espera que uno hable de manera perfecta", afirma Andrea Mella.
El motivo: a la hora de tomar la iniciativa hay que tener claro el objetivo de dicho aprendizaje. Hay que preguntarse "para qué" antes de atreverse. Dependiendo de los intereses de por qué estudiar chino mandarín, el sentido puede cambiar.
"Las clases de chino, por lo general, son lecciones que están involucradas con la cultura: danza, música, arte y su historia milenaria", dice Belén Alarcón, coordinadora de proyectos en la corporación Cruzando El Pacífico.
"Tengo alumnos que practican artes marciales y ellos complementan el vocabulario con sus propias actividades. Hay otros estudiantes que quieren hacer negocios con China y, en sus propias reuniones de negocios, complementan con sus contenidos en clase. Hay un montón de actividades para poder aplicar", dice Mella.
Culturizarse en el idioma: "En general, todos los idiomas representan a la cultura", indica Belén Alarcón, quien aparte del chino mandarín maneja otros cinco idiomas como el finlandés o el coreano. "Las clases de chino, por lo general, son lecciones que están involucradas con la cultura: danza, música, arte y su historia milenaria", afirma.
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La motivación para aprender chino mandarín es clave; hay que preguntarse "para qué" antes de empezar y focalizar mejor el aprendizaje.[/caption]
Constancia: Pese a ser el tip más evidente de la lista, las profesoras indican que la tendencia es clara: en muchos de los cursos de chino mandarín en Chile estudian uno o dos años y no continúan los estudios. "El porcentaje de baja de estudiantes en Chile es alto, y está relacionado con la frustración y los intereses que tienen con el idioma del futuro", describe Mella. Más allá de estudiar una vez a la semana, la profesional cree que es ideal estudiar y practicar en promedio dos horas 3 veces a la semana.
Belén Alarcón, a su vez, recomienda dar tiempo para escribir y repetir mil veces los caracteres, quizás lo más complicado al inicio del desafío idiomático: "Un tip que te dan los chinos es repetir mil veces y te los vas a aprender".
Al mismo tiempo, pese a que existen tutoriales en YouTube y aplicaciones gratuitas como Duolingo para comenzar a tomar lecciones, existen cursos en el Instituto Confucio, la institución oficial para la enseñanza del idioma chino mandarín en el mundo, dependiente del Ministerio de Educación de China. En Chile, existe en la Pontificia Universidad Católica y en la Universidad Andrés Bello.
A continuación un video de la chilena Cassandra Armijo en su canal de Youtube junto a su novio Haoyang.
https://youtu.be/14AzK74ero0