Dos de los poetas más importantes de Chile y China en el siglo XX, Pablo Neruda y Ai Qing, respectivamente, cultivaron una amistad desde que se conocieron en 1951, en Beijing. El chileno asistió a galardonar a la vicepresidenta de la República Popular China Song Quingling, en 1951, por parte del Consejo Mundial de la Paz, de cual era parte.
Ai Qing había sido designado como su anfitrión en la semana que duró su visita a Beijing. Usando el francés como idioma común, recorrieron los rincones de la histórica ciudad china y sectores rurales aledaños, la Colina Fragante y el Palacio de Verano, en un momento de efervescencia política producto de la reciente fundación de la República Popular China en 1949.
Era la segunda vez que Neruda estaba en China. La primera vez fue un breve paso Shangai en 1927, cuando se dirigía a encabezar el consulado en Birmania, por lo que su conocimiento de la cultura china le era prácticamente desconocido. Ai Qing, por su parte, por esos años y hasta principios de la década del 30 cursaba estudios de arte y filosofía occidental en París. Este conocimiento cultural e idiomático común facilitó la comunicación con Neruda, quien había estudiado dos años de francés en su juventud en la Universidad de Chile.
En su libro autobiográfico Confieso que he vivido, el chileno describe un pasaje de su paso por China en 1951, evocando que "la sonrisa de los niños chinos es la más bella cosecha de arroz que desgrana la gran muchedumbre". A Ai Qing, lo llama "el príncipe de los poetas chinos" y reconocido militante comunista. El chileno gozaba de gran popularidad internacional por su papel humanitario en la guerra civil española y su calidad de senador exiliado de Chile por el presidente Gabriel González Videla, que se extendió hasta mediados de 1952.
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El interior de la casa de Neruda en Isla Negra, lugar donde recibió a Ai Qing en 1954.[/caption]
El entusiasmo de Neruda con la cultura china se hizo patente al impulsar la creación del Instituto Chileno Chino de Cultura en octubre de 1952, junto a Salvador Allende y al pintor José Venturelli.
En 1954, Neruda organizó la celebración de su medio siglo de vida, invitando a sus célebres amigos alrededor del mundo, entre los que destacaba Ai Qing. Ese viaje, que se prolongó por un mes, marcó la vida del poeta chino.
El poema Cabo de Chile, dedicado a Neruda, fue escrito luego de esa estadía en la que destacaron sus visitas al litoral central, especialmente a la casa de Isla Negra de Neruda. En el largo poema "Sobre el estrecho chileno - a Pablo Neruda", escribe: "Tú amas el mar, yo también amo el mar / siempre navegaremos por el mar". El chileno se refirió a él como "soldado solemne", "hermano carnal", "hijo de las altas montañas y del océano", "amigo del oleaje y del sol", según consta en un reportaje de marzo de 2011 de la Revista Instituto Confucio.
Ai Qing, por su parte, obsequió a Neruda dos obras del maestro de la pintura tradicional china Qi Baishi. Neruda, a su vez, compró varias copas de cuerno de toro como regalos para su amigo chino. Después de despedirse de Neruda en el aeropuerto Pudahuel, Ai Qing escribió en el vuelo su poema "Adiós".
"La sonrisa de los niños chinos es la más bella cosecha de arroz que desgrana la gran muchedumbre", escribió Neruda en su libro Confieso que he vivido.
Hasta su muerte en 1973, Neruda mantuvo en su dormitorio la pintura china titulada Imagen de 87 Dioses, uno de los obsequios que Ai Qing le llevó cuando fue a visitarlo a Chile, según la publicación del Instituto Confucio.
Tercer viaje a China
En 1957, Neruda viajó por última vez a China junto a quien convertiría en su tercera esposa, la cantante y escritora, Matilde Urrutia, y con la afamada pareja brasileña conformada por el escritor Jorge Amado y su esposa, la fotógrafa Zeila Gattai. "En Kunming, la primera ciudad china tras la frontera, nos esperaba mi viejo amigo, el poeta Ai Qing. Su ancho rostro moreno, sus ojos llenos de picardía y bondad, su inteligencia despierta, eran otra vez un adelanto de alegría para tan largo viaje", escribió el poeta chileno.
"Tú amas el mar, yo también amo el mar / siempre navegaremos por el mar", escribió Ai Qing a Neruda en su poema Sobre el estrecho chileno.
Ai Qing ejerció nuevamente como anfitrión de Neruda. Pero esta vez, el viaje fue radicalmente distinto: se internaron en el Bosque de Piedra, en la provincia de Yunnan; luego se embarcaron en el Lago Dian, pasando por ríos y montañas de la provincia de Sichuan, para terminar con un crucero por el río Yangtsé, desde Chongqing hasta Shanghai, hasta las Tres Gargantas (Xiling, Wu y Qutang). Tras varias semanas de trayecto, regresaron a Beijing.
Pero Ai Qing no pudo despedirse de Neruda, producto de una acusación en su contra que lo tuvo 21 años exiliado en el norte del país. Ese fue el motivo por el cual el chileno escribió que su último viaje a China terminó con un sabor amargo.