Stranger Things: Netflix apuesta por un homenaje al cine de misterio ochentero
Winona Ryder es la protagonista de la nueva serie que debuta el próximo viernes 15.
"Eramos unos nerds del cine. Steven Spielberg, por supuesto, es una gran influencia, sobre todo en esa época que lanzó Tiburón y E.T. o Encuentros cercanos del tercer tipo", declara Matthew Duffer sobre la infancia que él y su gemelo Ross tuvieron en Carolina del Norte, y la que de alguna manera marcó la génesis de Stranger things, la nueva serie de Netflix.
Ambos son los creadores de la producción que se estrena el próximo viernes 15 y que constará de ocho capítulos de drama y suspenso. Winona Ryder es la protagonista de la historia que se desarrolla en Indiana en 1980, y cuya trama principal se centra en la búsqueda de un niño que desaparece en misteriosas circunstancias. En ese momento, sus pequeños amigos, su mamá (Ryder) y la policía comienzan una imparable búsqueda, la que no se detiene a pesar de la presencia de fuerzas sobrenaturales y terroríficas y la aparición de una niña muy extraña.
"Nos pareció interesante lo que sucede cuando mezclas situaciones muy ordinarias con elementos extraordinarios. Para nosotros eso es lo que más llama la atención de esta serie. Es una premisa que nos permitió desarrollar todo lo que queríamos mostrar", explica Ross.
Shawn Levy (Una noche fuera de serie, la trilogía de Una noche en el museo) es el productor de la serie que pretende homenajear los grandes clásicos de la pantalla grande de los años 80, los mismos que hicieron que los gemelos Duffer se dedicaran al cine. Fue a partir de esa década, y gracias a películas que vinieron después como El joven manos de tijera, Drácula y La edad de la inocencia, que ambos comenzaron a centrar su interés en Winona Ryder. "Como los seguidores que somos de su trabajo, por supuesto que al minuto de preguntarnos a quién querríamos ver en este papel, pensamos en ella. Es sencillamente genial. Es cool, se ve asombrosa (ríe), es una gran actriz. Es alguien muy interesante de mirar", asegura Ross, mientras Matthew agrega: "Hemos sido fanáticos de ella por mucho tiempo. Quisimos verla realmente exigida en esta historia. Su personaje pasa por muchísimas emociones durante la temporada, y realmente patea traseros tratando de recuperar a su hijo".
La mayor paradoja es que los Duffer, de 32 años, ni siquiera habían nacido en 1980, el año en que parte la historia de Stranger things. Sin embargo, aclaran que recuerdan muy bien que desde chicos comenzaron a obsesionarse con las grandes producciones cinematográficas de la época, y que fueron éstas las que los llevaron a creer que cualquier cosa podía pasar mientras jugaban en el bosque con sus amigos cuando solo eran unos niños. Para Ross, fue fundamental crecer en un periodo en el que no existía internet porque "salíamos y explorábamos mucho. Todo podía suceder. Obviamente, nunca encontramos monstruos, pero uno sentía que podían aparecer. Creo que crecimos con un sentimiento particular de libertad. Algo tuvo que ver el contexto del mundo en esa época".
Y querer mantener algo de la magia que les significa recordar su infancia, fue lo que quisieron plasmar grabando toda la serie en Atlanta, un lugar que, según ambos, se asemeja mucho a su hogar natal en Carolina del Norte. "Acá se siente muy normal y ordinario, que era algo que buscábamos. Es un pueblo pequeño que pudiera estar ubicado en cualquier parte de Estados Unidos, pero que en la serie es Indiana", dice Matthew. Poco antes de dar con el lugar por el que optaron, los gemelos pensaron en Montauk, Nueva York, pero la descartaron, explica Ross, "porque buscábamos crear nuestra propia mitología para la serie. Un mundo propio que no tuviera que hacer eco de casos de la vida real".
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