En agosto de 1999, un artículo del New York Times titulaba: "La Bruja de Blair es la primera película de internet". Obviamente, en ese entonces no existían ni teléfonos inteligentes, ni YouTube, ni ninguna red social como se conocen hoy. Aun así, la película de terror que ya llevaba un mes en cartelera y era todo un fenómeno, explicaba gran parte de su éxito en el mundo online.

No resulta extraño entonces que 17 años después, Hollywood en su tendencia actual de revivir cada concepto exitoso que pueda encontrar, haya optado por estrenar una nueva secuela de la cinta. Y es que frente a una industria cinematográfica que ha luchado -con poco éxito- por mantener el interés de la audiencia en 2016, el terror es un género que parece inmune a los desastres de taquilla, en gran parte gracias al antes y después que marcó El proyecto de la Bruja de Blair en 1999.

Si bien no fue la primera cinta de terror en utilizar el formato found footage -el método en donde las historias son presentadas como si fueran registros encontrados de cámaras amateur-, con ejemplos anteriores como Holocausto caníbal (1980), sí se transformó en la película que mejor lo supo utilizar. Presentada como un documental, recuperado de las grabaciones de tres estudiantes desaparecidos en un bosque de Maryland en 1994, el fenómeno de la película se empezó a gestar un año antes de su estreno. En 1998, los jóvenes directores Daniel Myrick y Eduardo Sánchez crearon un sitio web sobre el mito de la bruja de Blair, un pueblo de Maryland en donde se reportaron varias desapariciones y asesinatos desde el Siglo XVIII en adelante. El sitio incluía recortes de periódicos, informes policiales y, por supuesto, la historia de los estudiantes, de los que nunca se supo más.

Todo era falso -ni si quiera el pueblo de Blair existió realmente- pero en una época previa al escrutinio permanente de las redes sociales, la información no era tan simple de desmentir. Los estudiantes en verdad eran actores interpretándose a sí mismos, a quienes los directores les entregaron tres cámaras y los dejaron improvisar gran parte de la historia, sólo entregando lineamientos generales de lo que debían hacer durante la semana que pasaran grabando en el bosque.

Al momento de su estreno, al ser una cinta independiente, sólo fue exhibida por 27 salas en su primer fin de semana en Estados Unidos. Aun así, prácticamente la totalidad de las funciones se agotaron debido a las altas expectativas que generó la historia con su campaña online.

El costo total de la película ha sido objeto de debate: si bien sus creadores aseguran que no pasó de $ 30.000 dólares, hay quienes han asegurado que puede haber sido hasta $ 700.000 USD considerando la promoción. De todas formas, los $ 248 millones de dólares de taquilla que recaudó a nivel mundial la transformaron en una de las cintas de mayor rentabilidad en la historia.

El caso de El proyecto de la Bruja de Blair significó una revolución para el terror, y una fórmula que transformó al género en una apuesta imbatible. Si históricamente ya se trataban de películas de bajo costo de producción, el found footage bajó la inversión aún más, y la popularidad de la cinta transformó a la técnica en sinónimo de éxito. Películas como Actividad paranormal -la cinta más rentable de todos los tiempos- la española REC o Cloverfield se transformaron en algunas de los mejores resultados del género en la década que siguió a la cinta que las inspiró.

No sólo a nivel cinematográfico significó un cambio, sino que también a nivel promocional. La película adelantó todo un nuevo camino para las cintas del género, que comenzarían a aprovechar la internet para hacer campañas virales cuyo costo es menor que generar avisos en televisión o papel, y alcanza al público objetivo de estas historias, entre los 18 y los 35 años. El fenómeno del cine de terror de este año, No respires, basó gran parte de su campaña promocional en plataformas digitales, sin si quiera ser de un estudio independiente. Se estima que más del 50% de los avisos realizados por Sony fueron de forma online, incluyendo un vídeo viral en Snapchat.

La secuela de la cinta, estrenada el jueves en Chile y sólo bajo el nombre La Bruja de Blair, ha recibido malas críticas, centradas sobre todo en su falta de originalidad, pero aun así ha recaudado tres veces sus $ 5 millones de dólares de presupuesto en Estados Unidos, cifra que debería aumentar con su lanzamiento en los mercados internacionales.