A Woody Allen nunca le gustó Hollywood, aquel pueblo de plástico donde todos viajan en auto y nadie lee el diario en las cafeterías. Su filmografía es, en general, un fresco inacabable de Manhattan y una mitificación de todo lo que la ciudad de Nueva York representa, desde lo malo a lo bueno, desde los gángsters de los años 20 hasta un romántico amanacer frente al río East (la escena culminante y el póster de su cinta Manhattan). Muchas veces, además, se ha mofado de la urbe de la estrellas y ha presentado a Nueva York como el refugio de las conciencias atormentadas.

Así le pasó al comediante Alvy Singer, extensión de sí mismo, en Annie Hall y más o menos así le sucede ahora al emprendedor Bobby (Jesse Eisenberg). Se trata de un aspirante a hombre del espectáculo que se encandila con Hollywood y las estrellas solo para después entender que el paraíso estaba en casa, no muy lejos de su Brooklyn natal. Ahí, en la costa este, es donde al final de cuentas besa y se despide de la mujer de sus sueños. No en California, donde solo es un novato verborreico que da palos de ciegos en el amor y la vida.

Ambientada en los años 30, una época con la que Woody está obsesionado al menos desde La rosa púrpura del Cairo (1985), Café Society cuenta la historia de nuestro héroe Bobby durante dos épocas de su formación emotiva y profesional. En la primera, se lo ve viajando de Nueva York a Los Ángeles con el objetivo de contactar a su tío Phil Stern (Steve Carell), pez gordo de Hollywood que logró salir del fango de la miseria familiar y, sinceramente, no tiene interés en volver a saber de sus parientes. Le recuerdan de donde viene y eso es pasado, Y para un ejecutivo de éxito, solo hay futuro.

Solo por cansancio decide darle un trabajo menor al bueno de Bobby y para ello le pide que se haga informar por Vonnie (Kristen Stewart), su cándida y atractiva secretaria, quien también salió de la nada (el medioeste americano) y preferiría permanecer en California, aunque no siempre como secretaria.

Al mismo tiempo, y ahí es donde Allen otra vez escribe una poética misiva de nostalgia, en Nueva York se desarrolla una industria quizás menos opulenta, pero más real, humana y conectada con su cultura: la de Broadway, el jazz y los artistas. También hay grandes salones y mucha pompa a su alrededor, pero uno quizás tiene algo de tiempo para beber, conocer a otra chica y empezar una nueva vida en el mundo del showbusiness. Uno se puede tomar un trago y crear sueños en los cafés de la ciudad. En la Café Society.

Nota: 6. Café Society. Dir.: Woody Allen. Con Jesse Eisenberg, Kristen Stewart, Steve Carell. 96 min. Drama romántico. EE.UU., 2016. TE+7.