La invención de la soledad
Cuando Paul Auster se enteró de que su padre había muerto, en 1979, comenzó a escribir lo que más tarde daría forma a su primera obra en prosa: La invención de la soledad (1982). El libro se divide en dos partes: Retrato de un hombre invisible, una reflexión acerca de la relación de Auster con su padre y sobre una confusa tragedia del pasado que influenció su carácter, y El libro de la memoria, donde Auster confronta su papel de hijo con su propia paternidad y su soledad.
La trilogía de Nueva York
Publicada en el año 1987, recoge tres de las primeras novelas de Paul Auster: Ciudad de cristal (1985), Fantasmas (1986) y La habitación cerrada (1986). En la primera historia, Ciudad de cristal, una llamada nocturna interrumpe el sueño del protagonista, Quinn, escritor solitario de literatura policial. Desde el otro lado del teléfono, una voz desconocida pregunta por el detective Paul Auster. El escritor decide hacerse pasar por el investigador y tomar el caso, que lo conduce a una historia repleta de enigmas con Nueva York como laberinto y escenario.
En Fantasmas un detective privado y el hombre al que tiene que vigilar juegan al escondite en un claustrofóbico universo urbano. Y en La habitación cerrada, el protagonista se ve confrontado a los recuerdos de un amigo de la infancia, cuando la mujer de éste le escribe una carta explicándole que su marido ha desaparecido misteriosamente.
El cuaderno rojo
Ciudad de cristal nació de una anécdota vivida por Paul Auster: un día recibió por error la llamada de un desconocido que intentaba comunicarse insistentemente con la agencia de investigación Pinkerton; tras finalizar la llamada, Auster se preguntó qué hubiera ocurrido si se hubiese hecho pasar por un detective de la agencia, y se puso a escribir una historia. Otras anécdotas como esta se pueden leer en El cuaderno rojo (1993), libro que agrupa relatos en los que el autor narra historias vividas por él o por algún cercano, vinculadas con sus creaciones literarias.
El Palacio de la Luna
La música del azar
La música del azar (1990) parte como una novela de carretera. Es la historia de Jim Nashe, quien tras ser abandonado por su esposa y heredar una modesta fortuna de su padre, compra un auto y comienza un recorrido de un año por EEUU, adicto a la velocidad y con una profunda sensación de desarraigo. Cuando ya casi no le queda dinero, hace un trato con un joven jugador profesional de póker, Jack Pozzi, a quien le ofrece ser su socio y enfrentar en el juego a dos millonarios. A partir de aquí, la novela se interna en el dominio de la literatura gótica. Nashe y Pozzi penetran en un ámbito sutilmente terrorífico, y la morada de los millonarios se convertirá en una peculiar prisión, cuyos ilusorios límites y leyes deberán descubrir.
La noche del oráculo
Es protagonizada por el escritor Sidney Orr, quien se recupera de una enfermedad con el peor pronóstico. Un día, aún débil y desconcertado, compra un cuaderno azul portugués que le seduce y le devuelve los deseos de escribir. Así enfrenta nuevamente el desafío de la página en blanco. El misterioso cuaderno le inspira una historia que se cruzará con la suya a lo largo de la novela. Auster salta de la historia de Sid a la que Sid escribe en el cuaderno azul, que parece mágico: todo lo escrito allí se asemeja a lo que finalmente ocurre en la realidad. La noche del oráculo (2003) es una novela que ofrece reflexiones sobre el amor, el deseo y el destino, y está repleta de referencias literarias a las influencias del autor, entre ellas Wells, Hammett y Dostoievski.
La historia de mi máquina de escribir
El año 2000, Paul Auster cumplía 20 años de relación con su máquina de escribir marca Olympia, con la cual escribió gran parte de su obra y a la que nunca quiso reemplazar. Ese mismo año publica La historia de mi máquina de escribir como un homenaje a ella. La narración que Auster escribió sobre su vieja máquina es acompañada de dibujos que el pintor Sam Messer realizó de la Olympia, logrando, según el mismo Paul Auster, "convertir un objeto inanimado en un ser con una personalidad, con una presencia en el mundo".
El libro de las ilusiones
Auster escribe en El libro de las ilusiones (2002) sobre otra de sus pasiones, el cine. Es la historia de David Zimmer, un profesor de literatura que perdió a su familia en un accidente aéreo y cayó en una profunda depresión alcohólica, que lo lleva al borde del suicidio. Hasta que un día se ríe por primera vez en muchos años, cuando ve un cortometraje mudo del cómico Héctor Mann, actor que tuvo un fugaz pasaje por Hollywood y que desapareció sin dejar rastro en circunstancias poco claras. Zimmer encuentra así un motivo para dejar atrás su decaimiento y empieza a recorrer los archivos fílmicos de EEUU, Inglaterra y Francia, donde se encuentran las únicas 12 películas de Mann, de quien planea escribir un libro: El mundo silencioso de Héctor Mann.
Diario de invierno
Es una de las últimas entregas de Paul Auster. En Diario de Invierno (2012) el autor vuelve a escribir sobre sí mismo. A los 65 años, el escritor mira hacia atrás para componer sus memorias a partir de distintos episodios de su vida, desde la infancia ala adultez. Episodios que le marcaron: cómo defendía su origen judío a golpes y los ataques de pánico que sufrió tras la muerte de su madre.
Diario de invierno es una de las publicaciones más íntimas de Auster, donde se retrata como un hombre que aún sueña con conversaciones con su padre muerto y se pregunta cada día, cuántas veces más despertará por las mañanas.
Ensayos completos
Una obra imprescindible para conocer el imaginario del autor. Ensayos completos (2013) reúne en casi 800 páginas prácticamente toda la producción de no ficción del escritor neoyorquino: historias verdaderas, prefacios, ensayos, entrevistas y otros textos donde Auster detiene sus reflexiones en diferentes aspectos del ambiente que lo rodea. Un lugar especial ocupan sus lecturas sobre Franz Kafka, Knut Hamsun, Louis Wolfson, Laura Riding, Georges Perec, Paul Celan y Samuel Beckett