En noviembre de 2011, el programa musical de televisión Rockpalast tuvo el honor de recibir a dos grandes del rock. A pocos días del lanzamiento del disco Lulu, Metallica y Lou Reed subieron al escenario del show alemán y comenzaron a tocar el primer tema de la noche: "Iced Honey".
Reed con su voz grave cantaba los versos como declamando un poema. Por su parte, Hetfield, Ulrich, Hammett y Trujillo hacían lo suyo: poner las notas duras y así terminar de formar la extraña fusión que es Lulu. El año 2009 fue el gestor de esta reunión, cuando el Salón de la Fama del Rock, en el marco de su aniversario N°25, los convocó como artistas a presentarse en concierto.
Fue ese evento el que propició una conversación que derivó en la idea de trabajar en conjunto. Pero no fue hasta abril de 2011 que se comenzó a vislumbrar un proyecto concreto, cuando Kirk Hammett anunció que la banda trabajaba en algo que "no era Metallica al 100%". El nombre de Reed junto a Metallica fue confirmado recién en junio de ese año cuando las grabaciones ya habían terminado y solo quedaba esperar a la publicación del misterioso trabajo musical.
El disco nació a partir de antiguas canciones escritas por Reed y musicalización por parte de la banda de thrash metal. Los temas fueron inspirados en una obra de teatro homónima, Lulu, que cuenta la historia de una bailarina que fue abusada sexualmente y cómo sigue con su vida en cuanto a sus relaciones, éxitos y fracasos.
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Si dos músicos de fama mundial trabajan juntos, se asume que el producto será una obra de arte. Sin embargo, la crítica especializada y los fans no fueron benevolentes al juzgar a Lulu. "Para todas las alegrías que podrían producirse aquí, Lulu es un frustrante noble fracaso. Audaz hasta el extremo, pero exhaustivamente tedioso y con pocas ideas interesantes"; "El efecto que produce el álbum es Lou Reed despotricando sobre algunas maquetas de Metallica que no estaban destinadas para el consumo humano"; o "Falla la síntesis de ambas identidades. Cada una camina por su cuenta. Lou Reed, sobreactuando, y Metallica, simulando profundidad", fueron algunas de las opiniones de los críticos.
Pero la mala recepción no marcó el fracaso ni del solista ni de la banda. Lou Reed declaró que quiso hacer música con Metallica "básicamente por diversión", y con la trayectoria que tenía a sus 69 años, tenía todo el derecho de pasarlo bien. Pero la explicación de Reed no terminó allí, ya que aseguró que Lulu es para "gente alfabetizada". Ulrich apoyó en cierta forma los dichos de Reed al decir que sus letras no son para todo el mundo, y por su parte, James Hetfield, como es característico de él, fue un poco más crudo y declaró que las críticas venían de gente que aún vive en los sótanos de sus madres.
Este fue el último álbum de estudio del cantautor americano, no porque fuera un fracaso, sino porque sus problemas al hígado terminaron con su vida en 2013. Para Metallica, Lulu significó un trabajo más que se suma a su listado discográfico, renovado el 2016 con Hardwired to self-destructed.