"Encuentran a niño tomando leche de una perra en Arica"; decenas de titulares daban cuenta de una amarga noticia que salió a luz en 2015. Dentro de un taller de camiones, gracias a la denuncia de una mujer anónima, carabineros encontró a un niño semidesnudo y desnutrido amamantando de una perra. En el lugar, también estaba su madre, una mujer alcohólica.

"Me impactó fuertemente la noticia porque entonces mis hijas eran muy chiquititas", cuenta la artista visual y fotógrafa Gabriela Rivera (38). "Pero lo que más me impactó fueron los comentarios, todos castigaban a la mamá. Evidentemente no era la madre del año, pero nadie se preguntó qué pasaba con el padre".

"Esterilización en masa a estas cosas", ¿cómo se pueden llamar madres? basura humana"; son algunos de los comentarios que hasta el día de hoy pueden visualizarse en los portales de noticias. A Rivera, hubo uno que la marcó especialmente: "Hasta una perra es mejor madre". De este emblemático caso nació su serie fotográfica Maternidades culposas, en donde reflexiona en torno a cómo la sociedad, ante un caso de maltrato infantil, castiga y sataniza a las madres, olvidando la figura del padre.

En las imágenes aparece junto a sus dos hijas, mostrando algunos bordados que hizo con el cabello de ellas y el suyo propio.

Maternidades culposas es parte del proyecto Ofrendas fotográficas contra el femicidio en Chile, en el que otras diez mujeres fotógrafas reflexionan, a través de su trabajo, en torno a las distintas manifestaciones de violencia de género, de las cuáles muchas conllevan al femicidio. El proyecto que se adjudicó un Fondart en 2014, comenzó como una exposición que itineró por las ciudades de Concepción, Curicó, Copiapó y Santiago, y acaba de ser lanzado en formato de libro en el Museo Nacional de Bellas Artes.

"Tomamos como concepto fundamental la palabra "ofrenda", deteniéndonos en su significado como una dádiva, como un regalo, por un impulso de amor o solidaridad, ello porque somos conscientes de que trabajamos con seres fallecidas, con corporalidades que además sufrieron una muerte a causa de otro, reflejo de la culturización de la misoginia", explican al comienzo del ejemplar las autoras del proyecto: Gabriela Rivera y Andrea Herrera.

La curadora Mane Adaro además explica que trabajaron en conjunto con la Red Chilena contra la violencia hacia las mujeres y que el trabajo de las once fotógrafas puede ordenarse en cuatro categorías: institucionalidad, medios de comunicación, espacio doméstico e intervenciones activistas.

La artista Marcela Bruna, por ejemplo, presenta la serie Dominio público, en que reflexiona en torno a la autodeterminación de las mujeres y sus cuerpos. Apunta a temáticas como el aborto, superponiendo frases que aluden a la posesión y el derecho a asesinar, en banderas chilenas frente a La Moneda.

Mariana Gallardo, por su parte, muestra Flores de azúcar, que explora los cruces entre la institución del matrimonio y la violencia, fotografiando el trabajo de una mujer, víctima de violencia intrafamiliar, que se dedica a la creación de tortas de novios, cumpleaños y pasteles a modo de terapia. La artista además documenta la descomposición del pastel, haciendo una metáfora de la ruina y el silencio que albergan las relaciones institucionalizadas.

Jocelyn Rodríguez es una de las artistas que trabajó con medios de comunicación, en Trama inconclusa trenza reportajes de periódicos nacionales e internacionales con impresiones de ecografías. La obra indaga en las historias de mujeres embarazadas asesinadas por sus parejas, y como los medios distorsionan o neutralizan estas historias.

Zaida González, por otro lador, trabaja con las mujeres transexuales. Unos cuantos piquetitos hace referencia al cuadro homónimo de Frida Kahlo, en esta serie, se lleva al contexto chileno y problematiza lo que sufren las personas trans, tanto en el contexto público como en el doméstico.

​Entre las interveciones activistas, destaca la obra de Ximena Riffo, quien ha documentado los homenajes que se le han hecho a Mónica Briones Puccio, que fue asesinada en Santiago el año 1984 por ser lesbiana. Velatones y besatones masivas son algunos de los registros, pero también, la autora hace su propia intervención, en que estampa la imagen de una pareja lésbica besándose en el muro donde Briones fue asesinada.

Además de las obras de Pía Acuña, Sumiko Muray, Macarena Peñaloza, Andrea Herrera y Kena Lorenzini, el libro Ofrendas fotográficas... incluye registro de las exposiciones itinerantes que hicieron anteriormente y textos que las han acompañado. "La idea es poner en debate este tema, de una manera que tal vez no es tan evidente. De una manera profunda, pero también poética", explica Rivera.

El libro será lanzado nuevamente el día 15 de marzo en el Archivo Nacional. Actualmente puede adquirirse por $10.000 a través del correo proyectofotofemicidio@gmail.com y desde el 16 de marzo estará disponible en la librería TXT, en Santiago.